Muchos consideran confusa o desconcertante la declaración Fiducia Supplicans y para ayudar a interpretarla correctamente, el cardenal Víctor Manuel "Tucho" Fernández, Prefecto de Doctrina de la Fe, ha concedido una entrevista al diario español ABC (aquí).
Es la tercera entrevista con la que busca aclarar el texto (tras
la concedida a The Pillar y
a Religión Digital),
pero en este caso parece que hubo un encuentro en persona con el corresponsal en
el Vaticano, Javier Martínez-Brocal, y no un simple intercambio de e-mails como
en los anteriores.
En esta entrevista, el cardenal
Fernández da un ejemplo de
aplicación de esas "bendiciones de
pareja": habla de bendecir a unos divorciados que cohabitan, sin trabajo y
con él enfermo.
(Se podría objetar a este ejemplo
que el enfermo necesitaría más
bien una oración de sanación o una de intercesión pidiendo a Dios
por su salud, y que la oración de intercesión para encontrar trabajo uno, la
otra, o los dos, es lo requerido. En cualquier caso, cada uno parece necesitar una bendición
individual, no una bendición "de pareja". En una valoración en The Pillar, monseñor Michael Nazir-Ali señalaba que en
los párrafos 29 y 33 (entre otros) de Fiducia
Supplicans veía "falta
de claridad en la distinción entre oración de intercesión y bendición"). También el obispo Kozon, de Copenhague, veía que "en lugar de una bendición formal o un ritual
realizado públicamente, el cuidado debe expresarse, por ejemplo, en conversaciones e intercesión").
Otro detalle interesante de la
entrevista en ABC es que el cardenal Fernández parecería
empezar a reconocer que la declaración podría legítimamente quedar sin aplicar
en regiones enteras (o reinterpretada de formas muy distintas) y que cada obispo puede discernir qué hacer con
ella.
Admite que los críticos plantean "la inconveniencia
de realizar en sus contextos regionales bendiciones que fácilmente se
confundirían con una legitimación de una unión irregular" y
añade que "es propio de cada obispo local hacer ese discernimiento en su
diócesis o en todo caso dar ulteriores orientaciones".
Por último, aunque parece empezar
a entender que la Iglesia es muy grande, muy variada y con muchos "contextos regionales", el cardenal
tiene una exigencia novedosa para los más de 1.200 millones de católicos de
toda lengua, cultura, tradición y condición: "Tendremos que acostumbrarnos a entender que si un cura da este tipo de sencillas bendiciones
no es un hereje, no está ratificando nada".
Por su interés, reproducimos íntegra la entrevista de
Javier Martínez-Brocal al cardenal Fernández tal como aparece en el
diario ABC:
-
¿QUÉ PUEDE RESPONDER A LAS REACCIONES CONTRA EL DOCUMENTO FORMULADAS POR VARIAS
CONFERENCIAS EPISCOPALES, CARDENALES Y OBISPOS?
- Que, si el texto se lee
serenamente, puede advertirse que sostiene con mucha claridad y sencillez la
enseñanza católica de siempre sobre el matrimonio y la sexualidad.
Evidentemente, esas conferencias u obispos no podrán estar en desacuerdo con
esa doctrina.
-
¿ENTONCES QUÉ SUCEDE? ¿POR QUÉ PLANTEAN REPAROS A ESTA BENDICIÓN?
- Lo que plantean es la
inconveniencia de realizar en sus
contextos regionales bendiciones que fácilmente se confundirían con
una legitimación de una unión irregular. A esto se agrega que en África hay
legislaciones que penalizan con la cárcel el solo hecho de declararse gay,
imagine usted una bendición. En realidad, es propio de cada obispo local hacer ese discernimiento en su diócesis o
en todo caso dar ulteriores
orientaciones.
-
¿QUÉ ELEMENTO NO ESTÁN TENIENDO EN CUENTA QUIENES SE OPONEN A IMPARTIR LA
BENDICIÓN A PAREJAS HOMOSEXUALES?
- Creo que no se advierte que el
tema central del documento es el valor de las bendiciones «no litúrgicas», «no ritualizadas», que no son un
casamiento, ni siquiera son un «visto bueno» ni una ratificación de nada. Son
solo la respuesta de un pastor a
dos personas que piden la ayuda de Dios. Y en ese caso el pastor no
pone condiciones.
-
¿PUEDE PONER ALGÚN EJEMPLO DE UN CASO EN EL QUE SE DÉ ESTA BENDICIÓN?
- Imagine usted que, en medio de
una gran peregrinación,
una pareja de divorciados en nueva
unión le dice al cura: «Por favor,
bendíganos. No conseguimos empleo
y él está muy enfermo, la vida se nos vuelve muy pesada, que Dios nos
ayude». ¿Usted negaría esa bendición?
-
NO VEO NINGÚN PROBLEMA.
- ¿Y si fueran
gais, la negaría? Como ve, bendecirles no es
aceptar un matrimonio, ni es una ratificación de la vida que llevan, ni tampoco
es una absolución. Es un simple gesto de cercanía pastoral que no tiene las
mismas exigencias de un sacramento. Tendremos que acostumbrarnos a entender que si un cura da
este tipo de sencillas bendiciones no es un hereje, no está ratificando nada,
ni está negando la doctrina católica sobre el matrimonio.
-
ALGUNAS PERSONAS LO HAN CELEBRADO, COMO UN PRIMER PASO HACIA LA LEGITIMACIÓN
DOCTRINAL DEL DIVORCIO O DEL MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO. ¿ES
CORRECTA ESTA PERCEPCIÓN?
Es totalmente incorrecta esa
percepción, y quien lo dice o no
ha leído el texto o tiene «mala leche», permítame
la expresión. La declaración afirma claramente y hasta el cansancio que
se trata de bendiciones no ritualizadas, de manera que no se interpreten como
un matrimonio
-
¿CÓMO INTERPRETARLO?
- La declaración afirma sin
vueltas que solo existe un matrimonio (entre varón y mujer, indisoluble,
exclusivo, etc.) y que solo en ese contexto son aceptables las relaciones
sexuales. Un enfoque más clásico que eso no hay.
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