Anita, de seis años, vuelve a su casa de la escuela. Había tenido su primera clase de planificación familiar. Su madre, muy interesada le pregunta: “¿Cómo te fue?”.
—¡Me morí de vergüenza! —responde.
—¿Por
qué?
Josele, el de la otra calle, dijo que a los niños los trae la cigüeña.
José Luis, el de la librería, dijo que los niños vienen de París.
Cristina, la de acá al lado, dijo que a los niños los puedes comprar en
un orfanato y
Nacho dijo que los compran en los hospitales.
Pablito dijo que nació de probeta.
Y Julio dijo que nació de un vientre alquilado.
Su Madre
le contestó sonriendo: “Pero eso no es motivo para
sentirse avergonzada”.
—No, ya sé, pero no pude decirles que nosotros somos tan
pobres, que tú y papá tuvieron que hacerme ustedes mismos.
Créditos
al autor correspondiente.
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