LOS PADRES DE INDI GREGORY QUIEREN TRATARLA EN ROMA PERO LOS JUECES INGLESES SE NIEGAN A DEJARLA IR, QUIEREN QUE MUERE ASFIXIADA EN INGLATERRA
Los provida denuncian obstinación eutanásica en los jueces ingleses
Se había dicho que la sentencia
de la Justicia británica pedía quitar el respirador a la bebé Indi Gregory el lunes, pero luego los jueces declararon a sus padres y su abogada que debía
hacerse "lo antes posible", es
decir el sábado.
La niña ya fue llevada en
ambulancia a un hospital especializado en moribundos. Cuando se detenga la
ventilación artificial, la pequeña llevará aún una máscara de oxígeno. La esperanza de la familia es que Indi siga con vida al menos hasta el
lunes. Pero nadie puede
decir si sobrevivirá el fin de semana. El riesgo es que la muerte llegue
mucho antes.
Todo el rodillo
de un perverso entramado judicial y médico en Inglaterra se niega a dejar
que la niña, que desde el miércoles es ciudadana de Italia, reciba una segunda opinión médica y tratamiento en el prestigiosísimo hospital
Niño Jesús de Roma, el hospital pediátrico del Papa, especializado
en enfermedades raras infantiles.
EL
PAPA ASEGURA QUE REZA POR INDI Y SUS PADRES
El portavoz de la sala de prensa
vaticana, Matteo Bruni, ha asegurado a los periodistas en la mañana del sábado
que "el Papa Francisco abraza a la
familia de la pequeña Indi Gregory, a su padre y a su madre, reza por ellos y
por ella, y dirige su pensamiento
a todos los niños que en estas mismas horas en todo el mundo viven con dolor o
arriesgan su vida a causa de la enfermedad y de la guerra".
El Papa el 15 y 18 de abril de
2018 en el rezo del Regina Coeli y la Audiencia hizo alusión a los casos de
Vincent Lambert y del pequeño Alfie Evans. En 2017 mencionó el caso del pequeño
“Charlie Gard", expresando cercanía y
oración a sus padres. Son sombríos precedentes, otros niños
ingleses a los que no se permitió buscar mejores cuidados en Italia.
MELONI
ESCRIBIÓ AL RESPONSABLE DE JUSTICIA DE REINO UNIDO
Avvenire explica que unos minutos
antes de que el juez Peter Jackson leyera el veredicto este viernes ordenando
que se retire la ayuda a respirar a la bebé, se supo que Giorgia Meloni, la
Primer Ministro italiana, ha escrito al
secretario de Estado de Justicia del Reino Unido, Alex Chalk, para que aplique
el Convenio de La Haya de 1996 sobre protección de los menores,
y que Chalk "informe formalmente a la
autoridad judicial que está examinando la cuestión" de enviar la
niña a Italia, es decir, "el acceso al
protocolo terapéutico propuesto por un importante hospital pediátrico".
La carta de Meloni intenta salvar
a la niña, ahora una pequeña italiana, con argumentos: "Creo
firmemente que esto es lo mejor para la niña: no le causará
ningún dolor, como aseguran los médicos, y sólo le dará una
oportunidad concreta adicional de vivir una vida digna. Espero que
puedan aceptar esta petición mía a tiempo, en el espíritu de
colaboración que siempre ha caracterizado las relaciones entre nuestros dos
países".
Ese espíritu de colaboración es
retórico: ya en casos anteriores de bebés ingleses enfermos el Hospital Niño
Jesús intentó llevarlos a sus instalaciones, su directora Mariella Enoc incluso se personó
con equipo medicalizado en Inglaterra en el hospital
Alder Hey para intentar salvar a Alfie Evans, y siempre el dúo
jueces-hospitales lo impidió. De hecho, se sabe que el Alder Hey gastó 165.000 euros en pleitos y juicios para
conseguir que Alfie Evans muriera y evitar cualquier
alternativa.
Pese a lo
insólito de que la Primer Ministro de Italia se movilice por salvar un bebé, los portavoces del primer ministro inglés Rishi
Sunak se limitaron a decir que "el Gobierno no
comenta casos individuales".
LOS
JUECES INGLESES, "IRRITADOS" Y "MORDACES", DICE AVVENIRE
Pero los jueces sí se
pronunciaron sobre la argumentación legal de Meloni, respondiendo que la
petición de Italia "no está en el espíritu de
la Convención" y que la intervención de la gobernante italiana es "completamente equivocada". También
parece -dice Avvenire- que ha molestado a
los jueces tener que lidiar con el cónsul italiano en
Manchester, Matteo Corradini, que el miércoles se convirtió en juez tutelar de
Indi tras obtener la ciudadanía italiana e inició los trámites para pedir que
su caso se traslade a tribunales de Roma.
Avvenire señala
que los jueces y funcionarios ingleses se han mostrado "visiblemente
irritados durante la audiencia" y comentaron "de manera mordaz que los tribunales ingleses saben
evaluar el 'interés superior' del niño". En concreto, dijeron que un tribunal italiano no era
necesario porque su tribunal inglés estaba "en
la mejor posición para juzgar".
Según ellos, el
'interés superior' de la bebé sería, pues morir asfixiada lejos de casa y sin
cuidados paliativos, y no se
cuidada y atendida en uno de los mejores hospitales pediátricos del mundo en
Italia. Se le quita la respiración asistida en el Queen's Medical Centre de
Nottingham y se le lleva después a un centro especializado en acoger enfermos
terminales.
La negativa de los jueces de
apelación a que la niña cuente con más cuidados paliativos o vuelva a su casa
con sus tres hermanas es valorada por sus padres Dean Gregory y Claire Stanifort
así: "Es una última patada en los dientes".
El padre declaró a la prensa
italiana que su hija, de 8 meses, es "una luchadora que quiere
vivir". "Creemos que lo mejor para Indi es venir a Italia para recibir un tratamiento que
pueda ayudarla a respirar abriendo una válvula mediante la implantación de un
stent", detalló. "Después ya podremos centrarnos en su enfermedad
mitocondrial".
UNA
DERROTA PARA LA CIENCIA Y LA CIVILIZACIÓN
Jacopo Coghe, portavoz de Pro
Vita & Famiglia, asociación que desde Italia se ha mantenido en contacto
con los padres y su abogada, denuncia que la decisión de los jueces
ingleses "es una derrota para la humanidad, para la
medicina, la ciencia y la civilización occidental. La decisión se tomó sobre la base de parámetros de
dignidad de vida que son eutanasia y nos retrotrae a los períodos
más oscuros de nuestra historia reciente", comenta en
alusión a las prácticas eutanásicas de regímenes totalitarios en Europa en los
años 20 y 30.
"Queda clara
la obstinación de los jueces ingleses, dictada por una ideología de la eutanasia, al querer
proceder a la retirada del soporte vital de la pequeña Indi Gregory. Por enésima vez se rechazó cualquier vía alternativa y se
rechazó dar competencia al juez italiano".
Coghe señala que Indi Gregory se
suma a otros casos de niños ingleses (Charlie
Gard, Alfie Evans, Isaiah Haastrup) en los que "el
servicio de salud británico y el poder judicial británico han considerado
indignos de vivir a pesar de los mejores cuidados paliativos y el amor de sus
padres".
Coghe propone crear ya "un acuerdo político institucional bilateral entre
Italia y Reino Unido" para que los padres puedan proteger a sus
bebés y llevarlos a Italia rápidamente en estos casos.
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