Tu esposo o esposa es prioridad antes que tus padres y tus hijos, tus padres te criaron y amaron, pero no eres una sola carne con ellos, tus hijos son una bendición de Dios y debes amarlos y guiarlos en la verdad, pero no eres una sola carne con ellos tampoco. De la casa de tus padres te fuiste, y de la misma forma, algún día de tu casa se irán tus hijos. ¿Quiénes quedarán entonces? Solo el matrimonio del principio.
Y si
descuidas el matrimonio, poniendo en prioridad a tus padres, estás relegando a
tu cónyuge a una posición que no le corresponde. Y si priorizas a tus hijos,
los estás poniendo en un lugar que no les corresponde tampoco. Y cuando estos
dos casos pasan, o tan solo uno de ellos, el matrimonio se arruina, por ende la
familia, por ende todo.
Porque si
está bien tu matrimonio, estarán bien tus hijos, y tu familia en general.
Dios dejó un orden, primero Dios,
luego tu cónyuge, y luego el resto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario