JÓVENES MASONES EN UNA LOGIA MASÓNICA DE COSTA DE MARFIL
"En África
Central las élites locales no son ajenas a la atracción de la masonería.
Para muchos, unirse a esta
sociedad secreta se ha convertido en un requisito para avanzar en
la escala social".
Lo explica en una entrevista con
la agencia misionera Fides el arzobispo de Brazzaville,
Bienvenu Manamika Bafouakouahou, que pastorea una diócesis de 1,3 millones de habitantes, donde solo la mitad son católicos.
El país, Congo Brazzaville
(oficialmente "República
del Congo") es una antigua colonia francesa, con 6 millones de
habitantes, de los que casi la mitad se consideran de religión animista, y la
otra mitad cristianos, sobre todo católicos. Al otro lado del río Congo está su
enorme vecino, el antiguo Zaire, hoy República Democrática del Congo, con 96 millones de habitantes,
que fue colonia belga, con capital en la gigantesca Kinsasa (19 millones).
En Congo Brazzaville
gobierna desde 1997 el general Denis Sassou-Nguesso. Para medrar y
maniobrar en este régimen, muchos acuden a sociedades secretas, como la
masonería.
Recientemente, el Papa Francisco y Doctrina de la Fe reafirmaron la incompatibilidad de la masonería con
el catolicismo.
JÓVENES
FORMADOS... CON FAMILIA QUE MANTENER
"La Iglesia,
con firmeza, desaconseja esta práctica, considerándola como una
vía “mágica” hacia el éxito. A pesar de las capacidades
intelectuales de alguien para ocupar un puesto de responsabilidad, a menudo se
encuentra con obstáculos a menos que se una a la masonería. La
masonería ya no se esconde como antes. No es oficial, pero ahora
se muestra públicamente. Hoy en día, muchos jóvenes son reclutados por ella",
avisa el arzobispo.
Líderes masones en
una logia de Costa de Marfil. En varios países de África, funcionarios de alto
rango se apoyan entre sí y hacen progresar a jóvenes funcionarios que se hagan
masones, en una red de favores secretos, a la vez que bloquean a los católicos.
"Surge un
dilema para los jóvenes cristianos que, tras completar sus estudios, se
enfrentan a la presión de unirse a la masonería para obtener
empleo, especialmente en el ámbito público. Cuando un joven
cristiano ha terminado sus estudios y busca trabajo, al principio se resiste a
este tipo de presiones, pero luego se da cuenta de que tiene una familia que
mantener. Y cuando solicita un puesto público, se le pide que se afilie a la
masonería para conseguirlo. Esto se convierte en un dilema para él. ¿Qué hacer?
Y yo, como pastor, tengo que decirle que se atenga a sus creencias. Pero, ¿quién le da de comer a
él y a su familia? Es un verdadero problema pastoral", admite.
"La Iglesia
sostiene que la masonería es un mecanismo esotérico que carece de
objetividad y no contribuye al bien de la sociedad. Siempre
dialogamos con nuestros intelectuales que pueden sentirse atraídos por los
caminos masónicos. Pero les decimos que ese no es el camino a seguir. El único
camino a seguir es el camino regular, no el camino de los atajos", añade.
Para ayudar a los cristianos
formados a perseverar en la fe, la Iglesia de Congo creó la Accabe, la academia de ética en Brazzaville, "para ayudar a estudiantes, intelectuales y
parlamentarios católicos a mantener una línea de conducta coherente.
Lamentablemente, la pobreza no nos ayuda. Algunos nos dicen: “Monseñor, me
gustaría comportarme de manera recta, pero ¿qué comerá entonces mi familia?”
Vivimos en un contexto híbrido".
EL
RETO DE LOS PENTECOSTALES
Otro desafío que encuentran los
católicos son las comunidades de protestantes pentecostales, que según el
arzobispo incluyen muchas delegaciones "que proceden
de países vecinos, pero están dirigidas por
pastores formados en Estados Unidos. De hecho, estas comunidades locales
cuentan con el respaldo y apoyo de líderes pentecostales
estadounidenses".
El arzobispo considera que "están llevando a cabo una especie de guerra
espiritual contra la Iglesia católica" y que
"perturban la fe de los católicos al ofrecer
soluciones rápidas y aparentemente
sencillas a los problemas de
la vida". Muchos cristianos muy pobres piden "respuestas inmediatas a sus problemas
apremiantes" y estos grupos religiosos les ofrecen "soluciones mágicas" (se refiere a rápidas, automáticas, ligadas a una
oración o petición).
El arzobispo de
Brazzaville, Bienvenu Manamika, pastorea una diócesis de 1,3 millones de
habitantes, la mitad no cristianos.
LA
POBREZA Y EL RESPETO AL MEDIO AMBIENTE
El arzobispo habla también de la
riqueza ecológica del país, que grandes empresas destrozan sin controles y sin
beneficiar a la población local.
"Congo
Brazzaville forma parte de las tres cuencas forestales ecuatoriales que
comprenden, además de la nuestra, las cuencas del Amazonas y de Borneo, en el
sudeste asiático. A mediados de octubre, nuestro país acogió una cumbre de las
tres cuencas. Desde el Presidente de la República hasta el ciudadano de a
pie, todos los congoleños estamos muy comprometidos con el proceso de
protección del medio ambiente. Todo esto es cierto, pero todavía
estamos en la teoría", advierte.
"Las
grandes empresas mineras prometen desarrollo, construcción de escuelas, etc.,
pero esto no sucede. En
Pointe-Noire prometieron escuelas y desarrollo pero vemos que hay pueblos
enteros contaminados y esto más bien lleva a la miseria", denuncia.
"Sobre el
terreno los grandes responsables hacen lo que quieren. Nuestros
países, tan ricos en recursos naturales, no forman parte del grupo de
responsables que tienen voz sobre nuestro petróleo, madera, etc. Y el dinero
también está mal gestionado. Parece que progresamos, pero en realidad no es
así. Al final somos pobres viviendo en países ricos", protesta.
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