Jesús sana a quien lo necesita... sin importar día ni hora
Por: P. Enrique Cases | Fuente: Catholic.net
"Un sábado estaba enseñando en una de las
sinagogas. Y había allí una mujer poseída por un espíritu, enferma desde hacía
dieciocho años, y estaba encorvada sin poder enderezarse de ningún modo. Al
verla Jesús, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y le
impuso las manos, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios" (Lc). El milagro es uno más de esa siembra
de alegría de Jesús sobre los hombres, la libera del mal espíritu y la sana el
cuerpo para que pueda vivir erguida ante Dios y ante los hombres. Pero una vez
más el hecho de haber curado en sábado va a crear problemas.
NO SE PERMITE CURAR EN SÁBADO
"Tomando la palabra el jefe de la sinagoga,
indignado porque Jesús curaba en sábado, decía a la muchedumbre: Seis días hay
en los que es necesario trabajar; venid, pues, en ellos a ser curados, y no en
día de sábado. El Señor le respondió: ¡Hipócritas!, cualquiera de vosotros ¿no
suelta del pesebre en sábado su buey o su asno y lo lleva a beber? Y a ésta que
es hija de Abrahán, a la que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no era
conveniente soltarla de esta atadura aun en día de sábado? Y cuando decía esto,
quedaban avergonzados todos sus adversarios, y toda la gente se alegraba por
todas las maravillas que hacía" (Lc). El escándalo farisaico tiene
raíces ocultas, que son puestas a al vista en las duras reprimendas que Jesús
les dedicó en la comida en casa del fariseo. Entre los fariseos ya se ha
corrido la voz de enfrentarse con Él, y lo hacen. Poco parece importar la
alegría de la mujer y su liberación; tienen la mirada oscurecida por el
legalismo y por el odio a Jesús. El pueblo se alegra con la respuesta de Jesús
sobre la hipocresía y por su valentía.
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