Tus hijos te necesitan más que tu trabajo.
Tus
hijos te necesitan más que tu carrera.
Tus
hijos te necesitan más que tus amigos.
Tus
hijos te necesitan más que tus pasatiempos.
Tus
hijos te necesitan más que tus sueños.
Tus
hijos te necesitan más que tus logros.
En
definitiva, tus hijos te necesitan más de lo que tú mismo te necesitas. Ámalos,
más de lo que te amas a ti mismo, tus esperanzas y deseos, y pasar tiempo con
ellos, será como estar en el paraíso.
Los hijos son la gloria
de los padres.
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