Están en la edad apropiada para desarrollar valores como: el estudio, la generosidad, el servicio a los demás, la responsabilidad y la fe.
Por: María González Elespe | Fuente:
Son tus hijos
¿QUÉ EDUCAR EN NIÑAS DE 10 A 12 AÑOS?
El conocer los períodos sensitivos en los que están las niñas facilitan la
formación, ya que aunque los seres humanos, gracias a nuestra voluntad, podemos
ponerlos en marcha cuando ya no estamos en la edad adecuada, el aprovechar su
tiempo natural nos evitará el tener que desarrollar una fuerza de voluntad muy
superior. Por ejemplo, los períodos sensitivos para adquirir un idioma están
entre 1 y 4 años, donde se aprende fácilmente, sin embargo, todos tenemos la
experiencia propia o cercana de lo costoso y difícil que es aprender un idioma con
más de 20 años, para además no conseguir hablarlo a la perfección. Conseguir se
consigue, pero serán más completos y menos costosos los aprendizajes, siempre
que se realicen dentro de su tiempo natural.
A esto me refiero
con los períodos sensitivos.
La edad de oro de
aprendizaje de los hijos suele terminar antes de los 12 años, ya que el 80% de
los períodos sensitivos transcurren en ese tiempo. Si se dedica tiempo a la formación de
los hijos hasta esa edad, nos evitaremos la mayor parte de los problemas que surgen
en la edad adolescente.
Hablemos
brevemente de cada uno de ellos:
EL ESTUDIO: están viviendo períodos sensitivos como el afán
por aprender y la tendencia a la curiosidad. Saber cosas nuevas les apasiona,
por lo que cuando una niña no estudia hay que pensar que existe un problema y
la única forma de que se recupere es descubrirlo cuanto antes. Podríamos estar
hablando de problemas familiares, pequeños fracasos escolares que le han
bloqueado, haber sido rechazada por sus amigas, no considerarse querida por las
profesoras, etc. Como los períodos sensitivos juegan a nuestro favor, por lo
general con amor, motivaciones positivas y paciencia se puede corregir el
problema.
LA GENEROSIDAD Y EL SERVICIO
A LOS DEMÁS: Además de vuestro ejemplo, debéis proporcionarles
diferentes oportunidades para darse a los demás. Por ejemplo: Ayudando en casa, cuidando a un hermano, prestando cosas
a los amigos, tomando la peor parte en el postre, repartiendo golosinas,
enseñarles a no elegir lo mejor, a saber conformarse, saber perdonar, acordarse
de dar las gracias, pedir las cosas por favor… A esta edad, debería
entusiasmarles llevar a la práctica este tipo de acciones.
Están llegando al umbral de la adolescencia, edad en donde el retroceso es
inevitable, se distancian de los padres y la afirmación egoísta del YO vuelve a ser natural, por tanto se deben poner
todos los medios a su alcance para favorecer actitudes de generosidad y respeto
y para que la comunicación entre padres e hijos no se cierre. Deben saber que estáis
dispuestos a ayudarles.
LA RESPONSABILIDAD: Los
períodos sensitivos relacionados son: el amor a la justicia, la disposición a
ayudar, el deseo de quedar bien y el afán de superación.
LA FE: La
herencia más importante que unos padres pueden dejar a sus hijos son sus
creencias, es decir, unos valores que sirvan para orientar su vida. Los hijos
necesitan alimentar su espíritu; si los padres no les enseñan a buscar la
verdad, otros se encargarán de enseñarles su verdad (la TV por ejemplo). Y si
no llegan a encontrar ninguna, entrarán a formar parte de ese “VACÍO ESPIRITUAL” tan frecuente hoy en día.
Se acaba la edad propicia para que hagan suyas las creencias en Dios, para
conocer bastante en profundidad la doctrina de la Iglesia, para continuar las
prácticas de piedad por amor, sin rutina y acercarse con frecuencia a la
confesión y a la Eucaristía y para que el amor a Dios sea una
consecuencia LIBRE de sus creencias.
No olvidemos que
la formación religiosa de los hijos corresponde a la responsabilidad directa de
los padres.
María González Elespe
Licenciada en Psicopedagogía.
Diploma en Magisterio en Primaria.
CAP en Lengua y Literatura.
Actualmente es la coordinadora de Formación de 5º y 6º EP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario