Audiencia del Papa a la asociación Familia de la Esperanza, especializada en la recuperación de personas con adicciones.
Por: Redacción | Fuente: Vatican News
“Tan hermoso es este carisma suyo: ¡el carisma de
la esperanza! No deben abandonar nunca su vocación a la esperanza, la más
humilde de las virtudes teologales, pero la más cotidiana y la más fuerte”. Un
carisma nacido hace cuarenta años, de la petición de ayuda de un joven que
quería liberarse de la drogadicción. Es el de la Familia de la Esperanza,
Asociación Internacional de Fieles fundada en Brasil, a quienes el Papa
Francisco recibió en el Patio de San Dámaso en la mañana de este 29 de
setiembre con motivo de su aniversario.
Agradecido por la visita, el
Pontífice recordó su historia, e hizo hincapié en la indiferencia, uno de los
grandes problemas del mundo actual. Ustedes – reconoció -no fueron indiferentes
al dolor que veían en los rostros de tantos jóvenes, afligidos por un gran
sufrimiento existencial, especialmente de aquellos cuyas vidas fueron
destruidas por las drogas y otras adicciones. “Se
hicieron ‘prójimos’, más aún, ‘hermanos’ de tantas personas que recogieron de
la calle y, como en la parábola del Buen Samaritano, los acompañaron para
tratarlos, curarlos y ayudarlos a recuperar su dignidad”.
La
asociación sabe "muy bien", dijo
el Papa, que llevar esperanza significa no sólo ayudar "a
vencer los vicios, a superar los traumas", a recuperar el "lugar en la familia y en la sociedad". Algo
que llama la atención, y que "confirma la
validez del trabajo", expresó recordando las palabras de Benedicto XVI cuando los visitó en 2007 "son las conversiones, el reencuentro con Dios y la
participación activa en la vida de la Iglesia".
El carisma confiado a la Familia
de la Esperanza, es un don suscitado por el Espíritu Santo que lleva a “cuidar a las personas en su integridad material y
espiritual, en cuerpo y alma”. Y en tal sentido, “los fundadores han sido instrumentos providenciales para que este don
tomara forma, se consolidara, encontrara su lugar en la Iglesia y llegara a
tantas personas”. Tras 40 años, “en
fidelidad a la inspiración original, - observó Francisco- nuevas personas están
llamadas a asumir la responsabilidad de conservar y hacer fructificar este
patrimonio espiritual que el Señor les ha confiado”. No tengan miedo de
esta nueva etapa – alentó -. Vívanla con humildad,
con confianza y preservando la comunión espiritual entre ustedes”:
Y el
Señor, que comenzó con ustedes este camino, permanecerá cerca suyo y lo llevará
hasta el final.
Dando gracias a Dios ante todo, y a la asociación por el testimonio en las diversas obras que llevan a cabo, - como las "Fazendas da Esperança", esparcidas por todo Brasil y, desde 1998, presentes también en otros países- Francisco concluyó su discurso demostrando su gratitud por el trabajo que realizan con sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, ayudándoles a superar los desafíos y problemas psicológicos que afectan a algunas personas consagradas a Dios. Y finalizó:
“¡ADELANTE CON ESTA BUENA LABOR, TAN
NECESARIA PARA LA IGLESIA!”
La Familia de la Esperanza nació
en Brasil en 1983 a partir de una iniciativa de un joven parroquiano - Nelson
Giovanelli -, como resultado de su preocupación por responder a ciertas
necesidades relacionadas con un grupo de usuarios de drogas, con el cual se
encontraba en el día a día en su trayecto para ir a su trabajo. Dar una
respuesta concreta a través de la vivencia del Evangelio a los sufrimientos de
la humanidad es el objetivo que la Asociación realiza en diversos campos, pero
el principal es la recuperación de personas que sufren el flagelo de las
adicciones y libremente piden ayuda junto a su familia.
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