San Miguel Arcángel, con tu espada flameante, protege a cada hogar, cada familia, a cada persona que se encomienda a tu Asistencia Divina y poderosa. Protege a la Iglesia de Cristo, a los Sacerdotes, religiosos y religiosas, misioneros y laicos evangelizadores, de todos los ataques del enemigo de nuestra salvación. San Miguel, ruega por nosotros. Amén.
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