EL USO DE CLAVOS, EL TRANSPORTE DE SU PROPIO PATÍBULO... «TIENE QUE SER ÉL»
El experto Bruno Barberis ofreció recientemente en
México una conferencia en la que detalló siete elementos que convierten a la
Sábana Santa en un elemento íntimamente ligado a una persona de las
características de Jesús.
Bruno Barberis es profesor de
Física Matemática de la Universidad de Turín y vicepresidente de la Cofradía
del Santo Sudario de Turín.
El experto acaba de exponer siete razones que permiten asegurar que la figura del
hombre de la Sábana Santa es Jesús de Nazaret.
El profesor participó en el
Congreso Internacional Ciencia y Fe en la Sábana Santa: ¿Quién es el hombre de la Sábana Santa de acuerdo a la
ciencia?. Evaluando los
diferentes elementos que se pueden ver en la Sábana Santa, para Barberis, se
puede determinar que sólo Jesús de Nazaret pudo
sufrir ese suplicio.
En la ponencia titulada La Sábana Santa: Espejo del Evangelio y desafío a la
inteligencia, organizada por el
Centro Mexicano de Sindonología y de la que se hace eco Desde la Fe, el
especialista italiano detalló las siete
características que permiten
determinar que el sudario perteneció a Jesús.
1-
ENVUELTO EN UNA SÁBANA
El hombre de la Sábana Santa y
Jesús después de la muerte fueron envueltos en una sábana, esto es muy raro en tiempos antiguos, sobre todo en el caso de
un crucificado. En la mayoría de los casos los cadáveres de los crucificados
eran abandonados a los animales salvajes o, como muchos, sepultados en fosas
comunes.
2-
CORONA DE ESPINAS
Tanto al hombre de la Sábana
Santa como a Jesús les pusieron en la cabeza un
casco con espinas. Este hecho es verdaderamente excepcional, y no
poseemos ningún documento que nos informe de esta costumbre ni entre los
romanos ni entre otros pueblos.
3-
EL TRANSPORTE DEL PATÍBULO
El hombre de la Sábana Santa, al
igual que Jesús, llevó sobre la espalda un objeto pesado que no puede ser otra
cosa que el patíbulo al que fue clavado. El transporte del patíbulo por el
condenado no se realizaba en todas las crucifixiones,
ya que se usaban árboles o cruces ocasionales.
4-
EL USO DE CLAVOS
Tanto el hombre de la Sábana
Santa como Jesús fueron fijados a la cruz con clavos, este método parece que
estaba reservado a crucifixiones oficiales, mientras que en la mayoría de los casos los condenados se sujetaban a la cruz con cuerdas.
5-
NO LE QUEBRARON LAS PIERNAS
El hombre de la Sábana Santa y
Jesús fueron heridos en el costado después de la muerte, mientras que no les fracturaron
las piernas. Este es un hecho prácticamente único, ya
que era más común la costumbre de quebrar las piernas a
los crucificados para acelerarles la muerte a los condenados.
El hombre de la Sábana Santa y
Jesús después de la muerte fueron envueltos en una sábana, esto es muy raro en
tiempos antiguos.
6-SIN
LAVADO NI UNCIÓN
El hombre de la Sábana Santa y
Jesús fueron envueltos en el lienzo funerario inmediatamente después de ser
bajados de la cruz, sin que se efectuara ninguna operación de lavado, ni la
unción. Las costumbres de la época, para el caso de una sepultura normal,
preveían el lavado del cadáver y su unción con aceites aromáticos antes de
envolver el cuerpo en la tela fúnebre. En el caso de Jesús sabemos que fue
envuelto en una sábana y puesto en un sepulcro
inmediatamente después del descendimiento de la cruz, por la
necesidad de realizar esta operación antes de la caída de la noche, en que
comenzaba la pascua hebrea, durante la cual, no podría realizarse ningún
trabajo manual. La sepultura final definitiva habría tenido que realizarse, por
las mujeres, dos días después.
7-
POCAS HORAS ENVUELTO
Tanto el hombre de la Sábana
Santa como Jesús estuvieron en la sábana por poco tiempo. De hecho, para que la
imagen que vemos se haya producido, fue necesario que el cadáver estuviera en la sábana algunas horas, pero no más de dos o tres días,
ya que de otro modo el proceso de descomposición habría destruido la imagen y
habría dejado en la tela manchas simples e irreconocibles, que sin embargo no
están presentes en la Sábana Santa. Jesús fue envuelto en una sábana tras ser
bajado de la cruz y después de un tiempo no superior a 40 horas en el sepulcro,
vigilado por guardias, fue encontrada únicamente la tela mientras que el
cadáver no estaba.
"Es imposible
que la imagen de la Sábana Santa no pertenezca a Jesús, teniendo presente que
estos siete hechos son claramente independientes entre ellos. La probabilidad
total de que estos siete sucesos se hubieran dado a la vez en otro hombre y que
haya sufrido el suplicio de la crucifixión es de 1 entre 20 mil millones, un
número bastante próximo a cero", explicó Bruno Barberis.
"En otras
palabras, entre 20 mil millones de crucificados eventuales, solo uno podría
haber poseído las siete características que hemos considerado, comunes al
hombre de la Sábana Santa y a Jesús. Como es evidente en la historia de la
humanidad no pudo haber habido 20 mil millones de crucificados, como
máximo algunos cientos de miles o algún millón", subrayó.
"El cálculo
realizado", concluyó Barberis, "permite concluir que es altísima la probabilidad de
que un crucificado con estas características sea único y que por tanto el
hombre de la Sábana Santa sea precisamente Jesús de Nazaret".
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