Hermosas niñas (no mayores de 8 años), vestidas con ropa tradicional modesta, juegan con sus hermosas muñecas. Es obvio el mensaje: están siendo entrenadas desde jóvenes para convertirse en buenas esposas y madres amorosas.
De repente, Margot Robbie (actriz que retrata a Barbie) aparece de manera gloriosa como un gigante, en un atractivo traje de baño; todas las niñas quedan atónitas como si hubiesen visto el rostro de una diosa. ¿Qué hacen? Inmediatamente dejan caer sus muñecas al suelo y una de las niñas, toma una de las muñecas y comienza a destrozar al resto de las muñecas como con un martillo.
El
mensaje es alto y claro: las verdaderas mujeres libres y empoderadas no sueñan
con ser madres, se esfuerzan en convertirse en Barbies.
Este es
el mensaje principal que se transmite a través de la película a todos los que
la ven, especialmente a las niñas. Esto, por supuesto, es el corazón de la
filosofía feminista. Simone de Beauovoir, la heroína poliamorosa y pedófila del
feminismo escribe: "Mientras el mito de la
familia y de la maternidad no sean destruidas, las mujeres seguirán siendo
oprimidas".
En la
teología feminista, la maternidad debilita a la mujer, la vuelve vulnerable y,
en última instancia, la vuelve dependiente del hombre. Por eso, según el
feminismo, la mejor forma de "vencer al
patriarcado" es desdeñar la maternidad, desligarla de la femineidad
y hacer una nueva asociación: ser mujer es ser
rica, sensual y completamente independiente de cualquier hombre (auto-suficiente).
Esto, por
supuesto, no es nada nuevo a la película de Barbie: es
ciertamente la película que ha sido más explícita al afirmarlo, pero este
mensaje anti-materno, anti-familia y anti-hombre, se ha difundido y permeado en
casi todo lo que sale de Hollywood últimamente.
No se
dejen embobar, no le den un mordisco a la lustrosa fruta: dentro hay un veneno letal que carcomerá su capacidad
para pensar y razonar lógicamente y los convertirá en títeres voluntarios de
cualquier tontería que salga de Hollywood.
No hay comentarios:
Publicar un comentario