LA SANIDAD INGLESA PROPONE QUE "LOS BLOQUEADORES NO SE RECETEN DE FORMA RUTINARIA, YA QUE NO HAY SUFICIENTES EVIDENCIAS DE SEGURIDAD O EFICACIA".
La deriva trans parece que echa el freno en algunos países.
Primero fueron Suecia, Francia, Finlandia, Canadá... y esta vez ha sido el
Servicio de Salud inglés (NHS) el que acaba de anunciar que dejará de recetar bloqueadores de la pubertad en niños con disforia de
género.
El Servicio Nacional de Salud de
Inglaterra anunció que el uso de fármacos que bloquean la pubertad en menores se permitirá solo "como parte de la investigación
clínica". La
disforia de género es la percepción de que el sexo no coincide con la "identidad de género percibida".
AFECTAN
A HUESOS Y CEREBRO
La nueva disposición de la
Sanidad inglesa propone que "las hormonas
supresoras de la pubertad no se receten de forma rutinaria ya que no
hay suficientes evidencias para respaldar su seguridad o eficacia clínica".
La medida del NHS entrará en
vigor cuando se abran nuevas clínicas para reemplazar al Servicio de Desarrollo
e Identidad de Género (GIDS). Este instituto cerrará en marzo de 2024,
después de que una revisión independiente encontrara problemas graves, incluida una denuncia sobre las consecuencias de los tratamientos.
El nuevo enfoque clínico del
NHS se centrará en una "exploración terapéutica
cuidadosa" del niño
como individuo. Antes del cambio de postura, la Sanidad inglesa inició una
consulta ciudadana, que llegó a recibir casi 5200 comentarios.
La Junta de Supervisión de la
Disforia de Género en Niños y Jóvenes del NHS aprobó también una investigación
para saber cómo afectan los bloqueadores de
la pubertad a los menores.
Los bloqueadores de la pubertad
actúan suprimiendo el estrógeno y la testosterona, que pueden afectar los huesos, el cerebro y otras partes del cuerpo de los
jóvenes. Estos medicamentos no están aprobados por la FDA (agencia
estadounidense del medicamento) para su uso en niños y adolescentes.
Algunos expertos, además, señalan
que los bloqueadores pueden interrumpir el
desarrollo del cerebro en
áreas de alcanzar un pensamiento crítico, autorreflexión y habilidades para
resolver problemas.
El caso de Inglaterra se suma al
de otros países como Suecia, donde en 2019, el principal hospital en investigación de bloqueadores canceló este tipo
de tratamientos. En Finlandia,
fue su sistema de salud el que aconsejó que se priorizaran las
intervenciones psicológicas, como tratamiento de primera línea.
En Noruega, una comisión de salud, aseguró que no había evidencia científica de seguridad y eficacia en
estos tratamientos, y que había
que detenerlos. Algo similar ocurre con Francia, Australia y Canadá, donde
también se han tomado medidas restrictivas en este sentido.
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