LO
AFIRMÓ UN DÍA DESPUÉS DE LA EXIGENCIA DE SU REVISIÓN POR EL SÍNODO DE LOS
OBISPOS ALEMANES
Este 10 de marzo Francisco concedió una entrevista
al fundador de Infobae, Daniel Hadad, donde abordó su primera década de papado,
la cuestión del celibato sacerdotal o la guerra en el mundo.
Tan solo un día después de que la
Asamblea sinodal alemana haya pedido al Papa la exención del
celibato de los sacerdotes ordenados, Francisco afirmó que esta "es una prescripción temporal" que "podría revisarse". Lo hizo en una entrevista concedida
este 10 de marzo al fundador de Infobae, Daniel Hadad, donde abordó otros
aspectos como sus diez años de pontificado, la guerra en el mundo, los matrimonios
divorciados o la existencia
de quienes podrían llevar a la Iglesia "al
borde del cisma".
Aunque mostró su convicción de
que revisar o eximir del celibato a los sacerdotes no signifique
una solución a la crisis de vocaciones o pueda llevar a más personas al sacerdocio, destacó que
se trata de "una prescripción temporal. No es
eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre. En cambio el
celibato es una disciplina", expresó.
Preguntado por si podría ser revisado, respondió:
"Sí. Sí. De hecho todos los de la iglesia oriental están casados. O los
que quieren. Antes de la ordenación la opción por casarse o por ser
célibes".
HOMOSEXUALES,
DIVORCIADOS Y MATRIMONIOS "INVÁLIDOS"
Otro de los temas que más
polémica está desatando en las propuestas del Camino Sinodal alemán es el de la
aceptación de las tendencias homosexuales dentro de la Iglesia. Preguntado por
si una persona homosexual podría recibir la comunión, destacó nuevamente que en
este y otros aspectos, "la Iglesia es de
pecadores".
"La gran
respuesta la dio Jesús: todos. Todos. Adentro todos. Y cada uno resuelve sus
posturas ante el Señor con la fuerza que tenga. Esta es una iglesia de
pecadores. La iglesia de santos no sé dónde está, acá somos todos
pecadores. Creo que hay que ir a lo esencial del Evangelio: Jesús llama a todos
y cada uno resuelve su relación con Dios como puede o como quiere. A veces
[uno] quiere y no puede, pero el Señor espera siempre",
subrayó.
El difunto Benedicto XVI también
estuvo presente. Uno de los primeros momentos en que Francisco le mencionó fue
para argumentar la invalidez de "gran parte
de los matrimonios por la Iglesia", debida
en buena parte a la "falta de fe" argumentada
por Benedicto.
Francisco añadió "la falta de conciencia" que los
invalida, especialmente por una comprensión nula o equivocada
del "para siempre", por lo que urgió nuevamente "un catecumenado hacia el matrimonio y los primeros
años de matrimonio".
En el caso de los matrimonios
divorciados, Francisco destacó que también puede
darse esta invalidez, y de no poder ser probada, debería "entrar la conciencia del
obispo" para ser analizados, por lo que aconsejó a los
matrimonios separados acudir al obispo y presentarle su situación.
EL
POSIBLE "DESEQUILIBRIO" DE ORTEGA Y LA DICTADURA COMUNISTA
Poco después de
celebrarse el primer año de guerra entre Ucrania y Rusia, Francisco mostró
nuevamente su dolor por el conflicto y su disponibilidad para "trabajar
por la paz". Sin embargo, destacó que esta
guerra "llama la atención" porque "la
tenemos cerca", pero recordó
que "el mundo está en guerra desde
siempre".
"Nos olvidamos
de Yemen, de los rohinyá, de Myanmar, de Goma al norte del Congo, y Ruanda.
Como esta guerra es del barrio de al lado nos llama la atención, pero no
paramos de guerrear", agregó.
También denunció la situación que
vive la Iglesia en Nicaragua ante el recrudecimiento de los ataques de
Daniel Ortega, siendo uno de los más flagrantes el encarcelamiento del obispo
de Matagalpa Rolando Álvarez, condenado a 26 años por negarse a ser deportado.
"No me
queda otra que pensar en un desequilibrio [de Ortega]. Tenemos un obispo preso, un hombre serio, muy
capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está
fuera de lo que estamos viviendo, es como traer la dictadura comunista de
1917", criticó.
La entrevista estuvo salpicada en
buena parte por los aspectos más cotidianos del
día a día del Papa Francisco, como sus hábitos de oración, descanso o incluso
su añoranza por su tierra natal.
"DISPONIBLE"
Y A LA ESPERA DEL MOMENTO PARA VER A PUTIN
Fue precisamente abordando estos
aspectos más cotidianos como comenzó la otra entrevista de
la semana, concedida a Paolo Rodari y que será emitida este domingo en la
Radiotelevisión Suiza (RSI).
"Soy
viejo. Tengo menos resistencia física, la lesión de rodilla fue una humillación física, aunque ahora se está
curando bien", afirmó en torno a su estado de
salud.
También expresó su añoranza de
algunos aspectos previos a su pontificado, como "pasear,
ir por la calle, caminar o usar el transporte público en Argentina,
"siempre con gente".
Inevitablemente, la guerra volvió
a aflorar en la conversación, destacando en esta ocasión su carácter de
una "guerra mundial" alimentada por "la
industria armamentística".
Aunque "disponible"
a una visita al mandatario ruso Vladimir Putin, subrayó que "le hablaría con la misma
claridad" en privado que la que muestra en sus intervenciones
públicas.
"Es un hombre
educado. El segundo día de la guerra fui a la embajada rusa en la Santa Sede
para decir que estaba dispuesto a ir a Moscú si Putin me daba una ventana para
negociar. Lavrov me escribió dándome las gracias, pero [dijo que] ahora
no es el momento. Putin sabe que estoy disponible", agregó.
"CANSANCIO
O FALTA DE CLARIDAD", LOS MOTIVOS DE UNA HIPOTÉTICA RENUNCIA
Benedicto XVI también
estuvo presente, especialmente la "sobriedad" en sus
exequias, que Francisco explicó por la dificultad de los
ceremonieros para organizar el funeral de un Papa no reinante.
"Era difícil
marcar la diferencia. Ahora les dije que estudiaran la ceremonia de los
funerales de los futuros Papas, de todos los Papas. Están estudiando
y también simplificando un poco las cosas, quitando las cosas
que litúrgicamente no van", explicó.
Como Benedicto, Francisco también
reconoció estar dispuesto a renunciar en el
caso de sufrir "una falta de claridad, de
saber valorar las situaciones, un cansancio que no hace ver las cosas con
claridad" o, quizá, "un problema
físico".
Las muestras de
afecto el Papa emérito -"un hombre de Dios"- cerraron la
entrevista para la Radiotelevisión Suiza al recordar la última ocasión en que
coincidió con él.
"Apenas podía
hablar. Necesitaban traducir sus palabras. Estaba lúcido, hacía preguntas,
estaba al día de todo… Era un placer hablar con él, le pedía opiniones, daba su
opinión, pero siempre equilibrada, positiva, un hombre sabio. La
última vez, sin embargo, se veía que estaba al final. Le quiero mucho",
concluyó.
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