TODO LO QUE DEBES SABER DE ESTA GRAN SOLEMNIDAD DEL 6 DE ENERO
En la solemnidad de la Epifanía
se celebra la manifestación de Jesús al mundo y la adoración al Niño por parte de los Reyes
Magos, que representan al mundo que acogería más adelante su
Palabra. Por ello, ambos acontecimientos van estrechamente unidos.
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¿QUÉ
ES LA EPIFANÍA?
La Epifanía de Jesús es la manifestación de Jesús al mundo y
que en la Iglesia Católica se celebra el día 6 de enero, conmemorando así
también la adoración de los Magos a Jesús en Belén. Es por ello que ambos
acontecimientos van completamente ligados.
Epifanía, según explicaba San
Agustín en uno de sus sermones, es una palabra griega que se puede traducir
como manifestación. “Al manifestarse en este día, el
Redentor de todos los pueblos lo hizo festivo para todos ellos.
Hace pocos días celebramos su nacimiento, hoy
celebramos su manifestación”, recordaba este Padre de la Iglesia.
De este modo, esta fiesta está
repleta de un gran simbolismo. San Agustín enseñaba que “aquellos
magos fueron los primeros gentiles en conocer a Cristo el Señor. Sin verse sacudidos por su palabra, siguieron la
estrella que se les manifestó y, cual lengua del cielo, les hablaba de manera
invisible de la Palabra que aún no hablaba”.
Por tanto, en la Epifanía los católicos
son llamados a una importante misión para cada día. Así lo explicaba San
Agustín en aquel sermón: “Adoremos nosotros, cuando
ya mora en el cielo, al que los magos, nuestras primicias, adoraron cuando
yacía en una posada. Ellos veneraron en Él, como en anticipo, lo que nosotros
adoramos una vez realizado”.
¿QUÉ
DICE LA BIBLIA ACERCA DE LA EPIFANÍA?
Tan sólo uno de los cuatro
Evangelios se hace eco de la Epifanía del Señor ante los Magos de Oriente. Se
trata del texto del evangelista Mateo que, sin embargo, es muy pormenorizado en
la descripción de los hechos que entonces sucedieron.
En el capítulo 2, entre los
versículos del 1 al 12, Mateo escribe:
“Después de nacer
Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de
Oriente a Jerusalén preguntando: ‘¿Dónde está el Rey de los
Judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a
adorarle’.
Al oír esto, el rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén. Y,
reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo,
les interrogaba dónde había de nacer el Mesías.
‘En Belén de Judá — le dijeron —, pues así está escrito por
medio del Profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor
entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que
apacentará a mi pueblo, Israel’’.
Entonces, Herodes,
llamando en secreto a los Magos, se informó cuidadosamente por ellos del
tiempo en en que había aparecido la estrella; y les envió a Belén, diciéndoles:
“Id e informaos bien acerca del niño; y cuando lo
encontréis, avisadme para que también yo vaya a adorarle”.
Ellos, después de oír al rey, se
pusieron en marcha. Y entonces, la estrella que habían visto en el Oriente se
colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el niño. Al
ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Y entrando
en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; luego, abrieron sus cofres y le ofrecieron
presentes: oro, incienso y mirra. Y, después de
recibir en sueños aviso de no volver a Herodes, regresaron a su país por otro
camino”.
¿QUÉ
DICE EL CATECISMO SOBRE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR?
El Catecismo de la Iglesia
Católica, que recoge oficialmente qué piensa y manifiesta la Iglesia, dedica un
apartado a la Epifanía, concretamente el 528, concretamente en “Los Misterios de la infancia de Jesús”. Dice lo
siguiente: “La Epifanía es la manifestación de
Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo
de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. Solemnidad de la Epifanía del
Señor, Antífona del "Magnificat" en II Vísperas, LH), la Epifanía
celebra la adoración de Jesús por unos ‘magos’ venidos de Oriente (Mt 2,
1) En estos ‘magos’, representantes de religiones paganas de pueblos
vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la
Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para ‘rendir homenaje
al rey de los Judíos’ (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel, a la luz
mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que será el rey
de las naciones (cf. Nm 24, 17-19). Su venida significa que los gentiles no
pueden descubrir a Jesús y adorarle como Hijo de Dios y Salvador del mundo sino
volviéndose hacia los judíos (cf. Jn 4, 22) y recibiendo de ellos su promesa
mesiánica tal como está contenida en el Antiguo Testamento (cf. Mt 2, 4-6). La
Epifanía manifiesta que ‘la multitud de los gentiles entra en la familia de los
patriarcas’ (San León Magno, Sermones, 23: PL 54, 224B ) y adquiere la
israelitica dignitas (la dignidad israelítica) (Vigilia pascual,
Oración después de la tercera lectura: Misal Romano)”.
¿POR
QUÉ SE CELEBRA LA EPIFANÍA EL 6 DE ENERO?
No hay constancia de que los
Magos adorasen al Niño un 6 de enero, por lo que nuevamente la Tradición, en
este caso gracias a la aportación de un gran santo, acabaría fijando esta
fecha. San Eusebio de Cesárea y San Jerónimo en el siglo cuarto, al igual que
San Epifanio en el siglo sexto dicen que los reyes llegaron hasta el Niño antes
que Jesús cumpliese los dos años. Sin embargo, San
Agustín en sus sermones de la Epifanía afirmó que llegaron el día 13 después
del nacimiento del Señor. Es decir, el 6 de enero del calendario actual.
¿ERAN
TRES LOS MAGOS? ¿ERAN REYES? ¿SE LLAMABAN MELCHOR, GASPAR Y BALTASAR?
En el Evangelio Mateo no dice que
los Magos fueran reyes, ni que fueran tres ni que se llamaran Melchor, Gaspar y
Baltasar. Todos estos elementos forman parte de la Tradición y han llegado hasta nuestros días como una
ayuda a los fieles para entender mejor el significado de lo que se celebra.
Las Escrituras no especifican el
número de magos, pero sí el número de regalos: oro,
incienso y mirra. Por ello, los Padres de la Iglesia
empezaron a hablar de tres personas, una por cada regalo. De ahí que se hable de tres personas.
Los nombres tampoco son
mencionados y aparecieron por primera vez en el famoso mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad
italiana de Rávena. Los
nombres de Gaspar, Melchor y Baltasar eran
típicamente babilonios.
Porque lo que sí dice San Mateo es que llegaron de Oriente. Mucho se ha
escrito acerca de la procedencia de los Magos, pero una de las opciones más probables
es que utilizaran la ruta comercial conocida como la “media
luna” procedentes de la zona de Mesopotamia.
Del mismo modo, tampoco en las Escrituras se afirma que fueran reyes, algo que
la tradición ha añadido con los siglos. Lo que sí parece claro es que estos
magos llegados de Oriente eran personajes de cierta relevancia y que no
tuvieron problemas además en ser recibidos por Herodes.
¿QUÉ
SENTIDO TIENEN EL ORO, EL INCIENSO Y LA MIRRA?
En el Evangelio sí aparecen los regalos que los Magos realizaron a Jesús
en el establo. El oro, el
incienso y la mirra fueron los presentes que los sabios llegados de
Oriente ofrecieron al Niño. Estos obsequios son mundialmente conocidos, pero lo
que no tantos conocen es el simbolismo que encierran.
Con el oro se honraba la realeza
de Jesús. Este metal precioso era un regalo que tradicionalmente se hacía a
reyes e incluso en el Evangelio de Mateo se recuerda que los Magos preguntan: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?”. Su categoría de rey estaba muy presente en
este presente.
Con el incienso se resaltaba el
carácter divino de Jesús. En la religión católica, pero
también en la judía y en muchas otras el incienso ha sido utilizado para quemar
ante los dioses. El humo del
incienso se eleva hasta el cielo y con este regalo quedaba patente que Jesús
era también Dios.
Con la mirra se destaca su santa
humanidad que conocerá la muerte y la sepultura. La mirra se utilizaba para
embalsamar a los muertos. Sería ya un preanuncio de la Pasión de Jesús.
¿CUÁLES
SON LAS TRADICIONES MÁS COMUNES?
La fiesta de los Reyes Magos está
especialmente extendida en España y en los países de Iberoamérica o que siglos
atrás estuvieron bajo su soberanía. Desde el siglo IX en España se
instauró la tradición en la noche de Reyes en la que los Magos dejaban regalos
para los niños. Y
vinculada a esta fiesta está también la famosa cabalgata, cuya primera se
celebró en 1866 en la localidad alicantina de Alcoy, y que rápidamente se
extendió a toda España y a otros países, especialmente de cultura hispana.
En Alemania hay también una
arraigada tradición que se conoce como el día de Dreikönigstago,
el día de los niños. Ellos se disfrazan de los Reyes
Magos y cantan canciones tradicionales. Van de casa en casa y la gente les da
dinero o dulces. Se les conoce como los “Sternsinger” o los
“cantores de estrella”, este nombre lo adquirieron porque llevaban
siempre la estrella en la mano.
Otra tradición extendida es la bendición de las casas que se realiza en la Epifanía.
Se hace con una inscripción con tiza en la puerta de la casa y que en este año
que entra sería la siguiente: 20 + C + M + B+ 23. Al principio y al final de
esta inscripción aparecen los cuatro números del año civil recién iniciado. Las
letras C, M y B son las iniciales de los nombres tradicionales de los magos:
Gaspar (Caspar en latín), Melchor y Baltasar. Pero también son las abreviaturas
de Christus mansionem benedicat (Cristo bendiga esta casa). Entre los
números y las letras aparece la cruz, en la que Cristo derramó su sangre por la
humanidad.
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