Es una devoción de oración privada o pública de nueve días para obtener alguna gracia o intención especial.
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
¿QUÉ ES UNA NOVENA?
Del latín "novem", nueve.
La novena es una devoción de oración privada o pública de nueve días para
obtener alguna gracia o intención especial.
Hay novenas dedicadas a Nuestro Señor, al Espíritu Santo, como también a la
Virgen María y a muchos santos. La sucesión de nueve puede referirse a días
consecutivos (ej.:nueve días previos a una fiesta)
o a nueve días específicos de la semana o del mes (ej.: nueve primeros viernes). Algunas novenas tienen una larga
tradición asociada con la devoción a un santo o a una promesa recibida en revelación
privada.
Muchas novenas tienen recomendación eclesiástica pero no un lugar propio y
establecido en la liturgia. No son parte de la oración oficial de la Iglesia.
Las novenas nos ayudan en nuestra oración cuando están adecuadamente valoradas
en el contexto de una sólida doctrina.
Al pedir la intercesión de un santo debemos desear imitar sus virtudes. Para
ello es necesario conocerlo. La novena puede convertirse en superstición si se
limita a buscar un deseo personal sin abrir el corazón a Dios y someterse a su
voluntad. Una novena bien hecha es un medio para intensificar la intercesión.
Mientras las octavas tienen un carácter festivo, las novenas generalmente se
hacen para lograr una intención o para orar por los difuntos.
Aunque las novenas son muy antiguas, no fue hasta el siglo XVII que la Iglesia
formalmente concedió la primera indulgencia a una novena en honor a San
Francisco Javier, otorgada por el papa Alejandro VII.
ORIGENES
Jesucristo nos enseñó a orar con insistencia. Él le pidió a los Apóstoles que
se prepararan en oración para la venida del Espíritu Santo. De aquí se inspira
la novena de Pentecostés.
Los judíos no tenían celebraciones religiosas de nueve días ni novenarios de
difuntos. Para ellos, el número siete era el más sagrado. Pero la novena hora
en la Sinagoga era una de las horas especiales de oración, como lo ha sido la
hora nona en la Iglesia desde el principio. Es una de las horas de oración en
la Liturgia de las Horas. (cf. Acts, iii, 1; x, 30; Tertullian, "De jejuniis", c. x, P.L., II, 966; cf. "De oratione", c. xxv, I, 1133).
Los romanos y griegos tenían novenas. Una de ellas, descrita en Livy (I, xxxi).
se trata de una fiesta pagana para apaciguar a los dioses. También hacían nueve
días de duelo por los difuntos. Aunque los primeros cristianos siguieron la
costumbre en cuanto al número de días, ya no lo hacían con superstición sino
fundamentados en Cristo.
PADRES DE LA IGLESIA
San Agustín, escribiendo sobre las novenas (P.L., XXXIV, 596), advierte a los cristianos el peligro de imitar esta costumbre pagana, ya que no se encuentra en la Biblia. El peligro no está en la novena sino en cómo se entiende esa oración.
Según algunos Padres de la Iglesia y los monjes de la Edad Media, el nueve
denota imperfección y se refiere a los hombres. El diez es el mas alto y
perfecto y por eso se refiere a Dios.
La novena simboliza la imperfección humana que busca a Dios. (cf. Jerome, loc. cit.;
Athenagoras, "Legat. pro Christian.", P.G.,
VI, 902; Pseudo-Ambrosius, P.L., XVII, 10 sq., 633; Rabanus Maurus, P.L., CIX,
948 sq., CXI, 491; Angelomus Monach., In Lib. Reg. IV, P.L., CXV, 346; Philo
the Jew, "Lucubrationes", Basle, 1554, p. 283).
Según San Jerónimo, el Padre de la Iglesia que
tradujo la Biblia al Latín, "El número nueve
en la Santa Biblia indica sufrimiento y dolor" (Ezech., vii, 24; --
P.L., XXV, 238, cf. XXV, 1473). II Reyes 25:3 "El
mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreció el hambre en la ciudad y no había
pan para la gente del pueblo".
EDAD MEDIA
Se decía que Cristo murió en la novena hora.(cf. Schmitz, "Die Bussbucher und die Bussdisciplin", II,
1898, 539, 570, 673) y que por la Santa Misa, en el noveno día, el difunto
sería elevado a los nueve coros de ángeles en el cielo. (cf. Beleth, loc. cit.;
Durandus, loc. cit.).
España y Francia introdujeron la "novena de
preparación" para la Navidad. para recordar los nueve meses de
embarazo de la Virgen. En España el Concilio de Toledo en el año 656 transfirió
la fiesta de la Anunciación al 18 de Diciembre (dentro de la novena). Por eso
la novena tomó un sentido de anticipación y preparación a una fiesta. Los
mejores modelos de preparación son Jesús y María, preparándose para el
nacimiento. Nosotros nos preparamos en este mundo para la vida eterna.
De la novena de preparación, surgió la costumbre (Francia y Bélgica) de hacer
novenas a la Virgen y a los santos por diversas intenciones.
EFICACIA DE LAS NOVENAS
Las novenas requieren humildad, confianza y perseverancia, tres
importantes cualidades de la oración eficaz. Innumerables santos rezaban
novenas con gran devoción y a travez de los siglos muchos milagros se han
logrado con la oración de novenas.
Un ejemplo del origen milagroso de algunas es la novena en honor a San
Francisco Javier de que hablamos al principio. Es conocida como la "novena de gracia". Comenzó en 1633
cuando el Padre Mastrilli, S.J., estaba mortalmente herido por causa de un
accidente. San Francisco Javier, a quien tenía gran devoción, se le apareció y
le exhortó a dedicarse a las misiones de las Indias. El Padre Mastrilli hizo un
voto ante su provincial de que iría a las Indias si Dios le salvaba la vida. En
otra aparición (3 Enero, 1634) San Francisco Javier le pidió que renovase la
promesa, le anticipó su martirio y le restauró la salud tan plenamente que esa
misma noche el padre pudo escribir los hechos y la mañana siguiente celebró la
Misa en el altar del santo y volvió a su vida comunitaria. Pronto se fue a las
misiones del Japón donde fue martirizado el 17 Octubre de 1637. El milagro se
propagó por toda Italia e inspiró confianza en la intercesión de San Francisco
Javier. Los fieles pedían su ayuda en la novena llamada "novena de gracia"
Jesucristo mismo, en la revelación a Santa Margarita Alacoque recomendó la
celebración de nueve primeros viernes de mes consecutivos (cf. Vermeesch, "Pratique et doctrine de la dévotion au Sacré Coeur
de Jésus", Tournai, 1906, 555 sqq.).
Promesa de Jesucristo a Santa Margarita María Alacoque:
Yo les
prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso
le concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos,
la gracia de la penitencia final; no morirán, en Mi desgracia ni sin recibir
los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.
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