EL OBISPO DE LISIEUX EN LA PUERTA DEL JUBILEO, CON LA PROMESA DE TERESITA DE ENVIAR UNA LLUVIA DE ROSAS, SÍMBOLO DE FAVORES
Se cumplen 150
años del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús, y un siglo
desde que fue beatificada. Con ese motivo, la Iglesia ha convocado un Año
Jubilar de Santa Teresa de Lisieux.
Este 8 de enero se han abierto simultáneamente la Puerta Santa de la Basílica de Lisieux y la de Alençon, localidad natal de la Patrona
de las Misiones, signo del inicio del Jubileo. Presidió el acto el obispo de
Bayeux y Lisieux, monseñor Habert. Por la tarde se celebró la primera misa de
peregrinos que se beneficiaba del Jubileo y sus indulgencias.
El Año Jubilar se prolongará
hasta el domingo 7 de enero de 2024 y tiene como lema “Por la confianza y el amor”, las últimas palabras de “Historia de un Alma”, su autobiografía espiritual.
Este año jubilar, concedido por
el Papa Francisco, coincide también con que esta efeméride esté incluida en la
lista de aniversarios a los que se asocia la Unesco para el
Bienio 2022/2023. Este
organismo internacional honra cada dos años a personalidades o instituciones
que han trabajado a favor de la paz, a través de la educación, la cultura y la
ciencia.
UNOS
ESCRITOS QUE TOCAN EL CORAZÓN
A través de su vida, Teresa de
Lisieux se descubre como una mujer culta
cuyos escritos nos invitan a escudriñar el misterio del hombre y el misterio de
Dios.
Los momentos fuertes de este jubileo
serán las procesiones que se organizarán un sábado al mes en torno a la
Basílica de Lisieux, y el 29-30 de abril, centenario de su beatificación.
En el resto del mundo, muchos se acercarán a la santa a través de la
peregrinación de sus reliquias y con actos devocionales, pero sobre todo a
partir de sus escritos siempre vivos.
Juan Pablo II habla de su doctrina como de “la Ciencia del Amor”, y así lo dijo al declararla Doctora de la Iglesia
en 1997 (la más joven Doctora de la Iglesia).
ESPIRITUALIDAD
PARA LAS MISIONES, PARA LA FAMILIA...
Teresita es, en la Iglesia, patrona de las misiones (junto con San Francisco Javier). Su impulso misionero hoy se
vive en las peregrinaciones de las reliquias, la difusión de sus escritos, el
ánimo constante a los misioneros y evangelizadores en toda circunstancia...
También tiene un elemento de espiritualidad familiar, puesto
que fue en la familia donde se fraguó la vocación misionera y a la santidad de
Teresa. De su padre, Louis Martin, la santa escribía, recordando la oración de
la tarde en su casa: “basta con mirarlo para saber
cómo oran los santos…”. Sus padres, Luis y Celia, son santos canonizados
juntos en 2015 por el Papa Francisco.
Desde Lisieux, invitan a los
fieles de todo el mundo a seguir las huellas de Santa Teresa por el camino de
la santidad. “La santidad no está en esta o aquella
práctica”, enseñaba ella. “Consiste en una disposición del corazón que nos hace
humildes y pequeños en los
brazos de Dios, conscientes de nuestra debilidad y confiados hasta la audacia
en su bondad de Padre”.
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