EN SU PRIMER DISCURSO EN EL CONGO LLAMÓ A PERSEGUIR LA PAZ FRENTE AL TRIBALISMO Y LA EXPLOTACIÓN
FRANCISCO, TRAS SU LLEGADA AL CONGO, HA SIDO RECIBIDO POR UNA
MUCHEDUMBRE DE FIELES Y ALGUNAS AUTORIDADES DEL QUE ES EL PAÍS MÁS CATÓLICO DE
ÁFRICA.
Segundos después de las 14:30
horas, el Airbus A350 en el que el Papa Francisco inició su 40º viaje apostólico aterrizaba
este martes en el aeropuerto de Kinsasa, en la República
Democrática del Congo. La
siguiente parada de su "peregrinación
de paz" tendrá lugar
en Sudán del Sur, donde viajará el próximo 3 de febrero. Volará de vuelta a
Roma el domingo.
Tras una cálida acogida inicial
por una muchedumbre de fieles, el Primer Ministro del país, Jean-Michel Sama, y el Nuncio Apostólico, Ettore Balestrero, dirigieron
la primera recepción oficial del
Pontífice en el país, guiándole hasta el espacio habilitado para el primer
encuentro con autoridades. Posteriormente se trasladó al Palacio Presidencial,
donde le esperaba el presidente, autoridades civiles y miembros del cuerpo
diplomático.
Durante la primera recepción, no
faltaron las anécdotas y muestras de cariñó entre los fieles. La primera de
ellas, por dos niños que le regalaron flores. Mientras, una multitud le
saludaba desde los techos, puentes, escaleras, ventanas e incluso cajas
amontonadas mientras le gritaban: "¡Le Pape,
le Pape!".
"HE
VISTO UN ÁNGEL"
"¡He visto un ángel!", dijo una niña, exultante tras ver al papa en su papamóvil. Estuvieron
presentes incluso grupos de música
folclórica, como el G. Folk Muyene Aile Kin Basakatar, que le saludaron
con danzas tribales a ritmo de tambores y atuendos tradicionales.
Tras la primera ceremonia de
recibimiento, Francisco recorrió a bordo de su papamóvil las calles que
conducen al Palacio de la Nación, a 29 kilómetros del
aeropuerto, donde le esperaba el presidente Félix Tshisekedi.
El encuentro con el presidente
comenzó con un intercambio de
regalos, en el que Francisco entregó al presidente una medalla de bronce
con un escudo de su pontificado y una paloma sobrevolando África bajo una cruz,
entre otros motivos y decoraciones.
Tras la bienvenida, el Papa
Francisco se dirigió al presidente, autoridades y a todos los congoleños para
transmitir esperanza ante "la guerra,
conflictos y migraciones forzosas y terribles formas de explotación, indignas
del hombre y de la creación" que asolan el país.
"Vengo
a encontrarme con ustedes en nombre de Jesús, como peregrino de reconciliación y de paz.
Mucho he venido para traerles la cercanía, el afecto y el consuelo de toda la
Iglesia", expresó.
Frente a esta multitud de
ocasiones que "vulneran la dignidad" de
los congoleños, Francisco comparó al país a lo largo de todo el discurso con
"un diamante", haciendo énfasis en el "inestimable"
valor de todos sus habitantes.
EL
CONGO, "UN DIAMANTE" CON UNA DIGNIDAD "INESTIMABLE"
"Su país es un
diamante de la creación; pero ustedes, todos ustedes, son infinitamente más
valiosos que cualquier bien que pueda brotar de este suelo fértil. Estoy aquí
para abrazarlos y recordarles que tienen un valor inestimable, que la Iglesia y
el Papa confían en ustedes; que creen en vuestro futuro", alentó Francisco.
Uno de los primeros llamamientos
del Papa a las autoridades fue el de intensificar su lucha por obtener la paz,
frente a una violencia presente "desde hace
décadas".
"La paz y el
desarrollo siguen siendo posibles, porque, con la ayuda de Dios, los seres
humanos son capaces de justicia y perdón, de concordia y reconciliación. Quisiera
hacer un llamamiento: que la violencia y el odio no tengan ya cabida en el
corazón ni en los labios de nadie", exclamó.
Asimismo, Francisco denunció que "diversas formas de explotación" sigan
presentes en el país.
FRENTE
AL COLONIALISMO ECONÓMICO Y EL TRIBALISMO
Entre ellas, un "colonialismo económico" que impide al país
"beneficiarse de sus inmensos recursos" y ante lo cual "el
mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos": "África no
es una mina que explotar ni una tierra que saquear. Mirando a este pueblo, se
tiene la impresión de que la comunidad internacional casi se haya resignado a
la violencia que lo devora. No podemos acostumbrarnos a la sangre que
corre en este país desde hace décadas".
En plena reivindicación de la paz
y la resolución de los conflictos, dedicó su especial agradecimiento a quienes
proporcionan una "ayuda sustancial en este
sentido. Gracias a Dios, dijo, "no faltan quienes contribuyen al bien de
la población".
Pero el colonialismo económico
externo no es, sin embargo, el único enemigo del país. Un país del que destacó
su "pluralismo y carácter polifacético", elementos
que "hay que cuidar" en lugar de "caer en el tribalismo y la contraposición".
"Tomar
partido obstinadamente por la propia etnia o por intereses particulares, alimentando
espirales de odio y violencia, va en detrimento de todos", advirtió en referencia a conflictos tribales activos en la región. El
de Ituri es solo uno de los
muchos ejemplos, que enfrenta desde 1997 hasta la actualidad a la etnia
agricultora Iendu y a la ganadera Hema. Diversos grupos armados han tomado
parte por ambas facciones y se cuentan por decenas de miles
los muertos y asesinados.
El problema, continuó, "no está en la naturaleza de los grupos étnicos,
sino en la forma en que deciden estar juntos. La voluntad o no de ayudarse
mutuamente, de reconciliarse y empezar de nuevo, marca la
diferencia entre la oscuridad del conflicto y un futuro brillante de
paz".
"LAS
RELIGIONES", NECESARIAS PARA LA PAZ
Francisco recordó que en la
búsqueda de la paz, "las religiones"
cobran un papel necesario "de
manera especial" al "renunciar a toda agresión, proselitismo y
coacción".
En este sentido, advirtió del
peligro de "degenerar la religión al
imponerse, persiguiendo adeptos indiscriminadamente" y que "mediante el engaño o la fuerza, se saquea la
conciencia de los demás y se da la espalda al Dios verdadero".
"Nuestro Padre
del Cielo quiere que sepamos acogernos como hermanos y hermanas de una misma
familia y que trabajemos por un futuro que sea junto con los demás, no
contra los demás", mencionó.
Antes de concluir se refirió a
los dos actores sociales principalmente responsables en la lucha por la paz.
Así, recordó el "papel esencial" que
desempeña la "sociedad civil" al "oponerse a la injusticia y degradación
aún a costa de grandes sacrificios, para defender los derechos humanos, una
educación sólida para todos y una vida más digna para cada uno".
Se dirigió, por último, a
las autoridades cívicas y de gobierno, para
recordar su deber de "actuar con transparencia
y ejerciendo el cargo recibido como un medio para servir a la sociedad".
LAS
CLAVES DE UN "REINICIO SOCIAL VALIENTE"
De hecho, añadió, "el poder solo tiene sentido cuando se
convierte en servicio". Un servicio, que se debe
materializar en "la celebración de elecciones
libres, transparentes y creíbles"; en la "participación
en los procesos de paz a las mujeres, los jóvenes y grupos marginados" o
en "buscar bien común y la seguridad de la gente
por encima de los intereses personales
o de grupo".
Otro llamamiento dirigido a las
autoridades fue la necesidad de conceder y fortalecer "oportunidades
educativas sólidas" que permitan a los hijos "aprovechar al máximo los brillantes talentos que
poseen". La educación es fundamental, añadió, "es
la vía hacia el futuro, el camino que hay que tomar para alcanzar la
plenitud de este país y del continente Africano".
Antes de concluir, Francisco
también hizo alusión al "cuidado de
la creación", exigió "que no se escatimen esfuerzos en denunciar
el trabajo infantil" e instó a que "los modelos sanitarios y sociales respondan no solo
a las urgencias del momento, sino que contribuyan a un efectivo crecimiento
social".
"En
nombre de Cristo, que es el Dios de
la esperanza, el Dios de todas las posibilidades que siempre da la fuerza para
volver a empezar, en nombre de la dignidad y del valor de los diamantes más
preciosos de esta espléndida tierra, que son sus ciudadanos, quisiera
invitarlos a todos a un reinicio social valiente. Que Dios bendiga a toda la nación congoleña", concluyó.
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