LA ARCHIDIÓCESIS DE MÉXICO PIDE "RESPETO POR LO SAGRADO" ANTE EL INCREMENTO DE ATAQUES A LA IGLESIA EN SU JURISDICCIÓN Y EN LA NICARAGUA DE ORTEGA.
La Iglesia católica
en Nicaragua ha sufrido
cerca de 400 agresiones por
parte del régimen sandinista de Daniel Ortega a lo largo de los últimos cuatro años,
127 de ellas en 2022. Los datos corresponden a un informe independiente
de la investigadora Marta Patricia Molina, que muestra cómo estos ataques "se van incrementando" con el paso delos
años. Algo que, a su juicio, responde a que la Iglesia "es el último bastión que ha quedado en la lucha cívica en
Nicaragua".
"La dictadura
la está viendo como una amenaza, porque los sacerdotes y obispos siguen
denunciando las arbitrariedades que se están cometiendo", explica Molina.
El recuento de agresiones y
ataques, elaborado en base a los datos informados por los medios de
comunicación, muestra "un pico" de
los mismos a lo largo del último año, y comprende desde pintadas ofensivas,
profanaciones, insultos y amenazas de muerte hasta ataques
armados, encarcelamiento de religiosos o prohibición del culto y actividades religiosas, entre otras.
En este sentido, 2022
se configura como el peor año para la Iglesia católica
en el país.
Uno de los ataques más llamativos
para la investigadora es el sufrido por el sacerdote Mario Guevara,
asaltado con ácido sulfúrico mientras
confesaba en la catedral de Managua en diciembre de 2018.
"Para mí fue
el hecho más dolorosos porque es un sacerdote que personalmente conozco y fui a
visitar en su situación de gravedad. Vi como quedó dañado todo su rostro, los
brazos y las piernas", comenta Molina.
La investigadora describe cómo
este último año han cambiado las agresiones: "Antes
estaban más enfocados en los robos, las profanaciones y las pintadas y ahora se
están enfocando en los procesos penales, los cierres de medios de
comunicación y organizaciones católicas".
El destierro y exilio de
religiosos es otra de las prácticas en ascenso del régimen. El caso más
representativo es el del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez. Pero no es el único: se
han registrado 11 religiosos expulsados del
país, destacando al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag o al
sacerdote Luis Carrillo. A otros ocho se les ha impedido entrar en
Nicaragua y a uno el acceso.
Además, 10 religiosos han
sido encarcelados sin ningún
tipo de garantía constitucional o proceso judicial. El documento muestra
algunos escalofriantes testimonios de sacerdotes encarcelados.
La persecución a la
Iglesia en Nicaragua asiste a un crecimiento sin precedentes desde 2018, cuando
estallaron las protestas de los católicos contra el régimen de Daniel Ortega.
"SI
POR MÍ FUERA SALDRÍAS EN UNA BOLSA"
"Vas a salir
de aquí hoy, y quiero que le des gracias al comandante (Daniel Ortega) y la
compañera (Rosario Murillo), pues ellos respetan a los sacerdotes. Porque si
por mi fuera saldrías de aquí en una bolsa negra", le habría dicho un policía a un sacerdote que pidió el anonimato. "Luego de eso me dijo: `Toma tu pasaporte´. Abrió la
puerta y lo lanzó al suelo. Yo lo recogí. Entonces, me gritó: `Cuando vuelvas,
si es que sucede, ya sabes que de aquí sales de dos formas: o en una bolsa o
directo a la cárcel´".
Con todo, los 396 ataques
registrados por Molina podrían quedarse cortos, ya que "la
mayoría de los sacerdotes y obispos están optando por el silencio. Conozco
robos, profanaciones y amenazas contra sacerdotes que han optado por no
denunciar y han pedido que no se incluyan en el informe".
La investigadora asegura en Infobae estar "preocupada"
por "el silencio" de las
autoridades religiosas. "Como
católica, quisiera ver a una Conferencia Episcopal más activa, denunciando todas las
arbitrariedades en contra de la iglesia católica y que llamen las cosas por su
nombre". Una denuncia que, sin embargo, no ve incompatible
con una "Iglesia
fortalecida" que
actúa con prudencia, pues "se está enfrentando
con una dictadura nefasta, asesina y criminal".
Aunque con menor intensidad, la
Iglesia en México también asiste a un repunte de los ataques a
templos por parte del crimen
organizado, ya sean de forma directa o como daños colaterales. El último de
ellos tuvo lugar el pasado domingo 27 de noviembre, cuando un ataque armado
frente al templo de Sacoj Grande, zona 6 de Mixco, dejó al menos a siete
personas heridas, que según Prensa Libre se encuentran en "estado
delicado".
LAS
IGLESIAS SON CAMPOS DE BATALLA
En este sentido, el portal de la
Archidiócesis de México, Desde la fe, ha denunciado en su último editorial fechado
el mismo día de este ataque la pérdida del respeto a lo sagrado, en muchas
ocasiones a través de la violencia.
"Los
templos se han vuelto museos, campos de batalla y, en el peor de los casos, escenas del
crimen. Nicaragua y otros países han visto cómo los templos se han vuelto
escenario de profanaciones a lugares y objetos sagrados y de culto; además de
la destrucción, quemas y bloqueo de templos católicos", denuncia el medio.
Refiriéndose a México, se
denuncia que el caso de Mixco no es aislado, pues solo en 2022 "se han dado a conocer numerosos casos de personas que
han sido asesinadas frente a templos católicos".
Del mismo modo, menciona los asesinatos de los dos sacerdotes jesuitas
ocurridos el pasado mes de junio o el asesinato de un novio nada más casarse a
la salida de la Iglesia en el mes de octubre.
"Parece
lejana aquella época en la que el templo se respetaba por ser pilar de la fe y la comunidad. Y este
desprecio a lo sagrado es un reflejo del rechazo de nuestra sociedad a la
tradición y los valores que forjaron nuestra cultura. No es solo nuestra casa,
sino también la casa de Dios", lamentan.
Por ello, el comunicado dirige un
llamamiento a los católicos para "redescubrir
el don de la piedad que hace
mostrar especial reverencia a Dios y las cosas sagradas. Solo así podremos
entender que no solo es sagrado el templo, sino la dignidad humana y la vida de
nuestro prójimo", concluye Desde la fe.
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