SENADORAS DE IZQUIERDA Y DERECHA PIDEN COMBATIR LA INDUSTRIA PORNOGRÁFICA, MÁS DAÑINA QUE NUNCA
CUATRO SENADORAS DE
4 PARTIDOS EN FRANCIA LANZAN UN INFORME SOBRE EL DAÑO DE LA INDUSTRIA
PORNOGRÁFICA A LA SOCIEDAD Y LAS MUJERES
A finales de septiembre se
publicó en Francia un detallado informe realizado por
4 senadoras de distintos partidos que pide combatir al
máximo a la industria pornográfica, insistiendo en que es
mucho más dañina de lo que podía ser antes de Internet, dañando especialmente a las mujeres
que trabajan en ella, pero también a los jóvenes, a los consumidores y a toda
la sociedad.
El informe se titula L'enfer du décor (podría traducirse como "el infierno al otro lado del decorado") y
se puede consultar en la web del Senado francés, aquí.
Las autoras son senadoras de 4 formaciones
políticas distintas:
- Annick Billon, senadora de La Vendée, de la Unión
Centrista;
- Alexandra Borchio Fontimp, senadora de Alpes-Marítimos, de Los Republicanos;
- Laurence Cohen, senadora del Valle del Marne, del Grupo
Comunista Republicano;
- Laurence Rossignol, senadora del Oise, del Grupo Socialista Republicano.
"Por primera
vez en la historia parlamentaria [francesa], un informe se dedica por entero a las prácticas de la
industria pornográfica", detallan.
LA
VIOLENCIA ES ESTRUCTURAL, NO SON "CASOS DE EXCESOS"
Las conclusiones son
firmes: hay "violencia perpetrada y transmitida por y
en la industria pornográfica", y es mayoritaria y estructural.
Además, se trata de una "industria globalizada", que mueve miles
de millones de euros "en ganancias en
condiciones a menudo opacas", y se enriquece con "la explotación y mercantilización del cuerpo y la
sexualidad de las mujeres".
Las senadoras consideran que "la magnitud de la violencia sexual, física y verbal
observada en el mundo de la pornografía no constituyen simples excesos, sino que
tienen un carácter sistémico".
El informe no se queda en
generalidades indignadas: acude a detallar casos en los tribunales e historias
de mujeres maltratadas en esta industria. Los
actos sexuales que se muestran en pantalla casi nunca son fingidos, son reales
casi siempre, y desde hace años cada vez más degradantes y violentos, porque
al aumentar el consumo y la competencia, aumenta la demanda de contenidos "más fuertes".
Además, estos contenidos llegan
de forma masiva a menores de edad, jóvenes y adultos a través de Internet, sin
apenas cortapisas ni controles. Los que hay, son ineficaces, incluso a nivel
legal.
NO
HAY "PORNO ÉTICO": SON GOTAS DE AGUA Y COSMÉTICA LEGAL
Las senadoras abordan una novedad
en el país: poder llevar a los tribunales los actos violentos
cometidos mientras se filma o
trabaja en un contexto pornográfico.
Las senadoras piden un debate, no
sólo sobre los "excesos" que se
produzcan en esta industria, sino sobre su misma existencia.
Dedican todo un capítulo a
responder a los que proponen un "porno
más ético", o un porno más "amigable", que
cuide a sus trabajadoras (y trabajadores). Las experiencias por un porno "más ético" son, dicen las senadoras, "una gota de agua en un océano de violencia", "extremadamente minoritarias y
marginales" o, directamente, "medidas cosméticas sin fundamento
legal".
POR
QUÉ LA PORNOGRAFÍA ES HOY MUCHO PEOR
Pornografía siempre hubo, pero
hasta los años 90 estaba limitada a revistas, cines-x y vídeos en cintas
complicadas de acceder, especialmente para los menores de edad. El responsable
del quiosco o del videoclub ejercía el control. Pero a partir del año
2000, con Internet de banda ancha, se masificó su distribución.
1) Con los
llamados "tubes",
plataformas de vídeos online llenas de pornografía gratuita;
2) con grandes empresas, ricas y poderosas, que en Francia son Dorcel y ARES;
3) con las plataformas "de aficionados", que generan
nuevos consumidores;
4) con nuevos formatos como OnlyFans, “el Instagram del
porno”;
5) con nuevas formas de monetización;
6) con el acceso a través de teléfonos móviles, que
tienen incluso los menores de edad;
7) con la inacción de las grandes redes sociales, ineficaces al restringirla.
ADEMÁS, EL PORNO SIEMPRE DAÑÓ A LAS MUJERES QUE LO PROTAGONIZAN PERO AHORA MÁS:
a) la violencia
sexual, física y verbal es común en la industria del porno;
b) el consumidor se acostumbra a una visión que denigra a la mujer, quiere
imitar lo que ve;
c) entre la industria del porno y la prostitución hay una "porosidad"
evidente;
d) las mujeres se ven presionadas y ceden sus derechos de imagen de forma casi
ilimitada;
e) incluso
si legalmente una mujer puede exigir que se retiren sus imágenes, es casi
imposible una vez online;
f) los casos "French
Bukkake" y "Jacquie et Michel", en los tribunales, muestran
abusos y engaños en el reclutamiento de mujeres;
g) se dan disparates jurídicos y se crea el absurdo “consentimiento comercial”
en materia sexual.
OTROS ASPECTOS PREOCUPANTES QUE SE DAN EN LOS
ÚLTIMOS 20 AÑOS:
1) Apenas hay
regulación en Internet, o es ineficaz y confusa;
2) el porno llega más que nunca a niños y adolescentes;
3) el consumo de porno se banaliza y aprueba;
4) escenas cada vez más violentas y perturbadoras, casi siempre reales, no
fingidas;
5) se hipersexualiza a los adolescenes y jóvenes;
6) se disfraza la violencia como algo "erotizante";
Todo esto lleva a las senadoras a
plantear la pregunta: "¿Debemos seguir tolerando
la existencia de la industria pornográfica?"
Su respuesta es que hay que
acosar este negocio de tantas formas que no sea lucrativo ni sea fácil su
acceso, producción y distribución. El informe hace 23 recomendaciones, que se
pueden resumir en cuatro aspectos:
- que
el poder político luche contra la violencia en la pornografía y
contra "la mercantilización de los cuerpos";
- que los contenidos ilegales se eliminen con facilidad; y facilitar el
"derecho al olvido" (trabajadoras que piden que se
retiren sus imágenes);
- ya hay en Francia una ley que prohíbe el acceso de menores, pero no se aplica; debe usarse
con máximo rigor;
- hay que educar a adultos, padres, profesores y sanitarios sobre los daños que
causa la pornografía. Hay
en Francia una ley de educación sexual desde 2001 que pide 3 clases sobre
sexualidad en colegios; piden que se usen contra el porno.
Insisten, sobre todo, en educar
al público: el porno ya no es un vicio privado, sino un problema público que
daña a toda la sociedad. Que lo digan senadoras socialistas, comunistas, de
centro y derecha, 50 años después de la Revolución Sexual y mayo del 68 es
significativo.
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