Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, que la Real Academia de la lengua Española (RAE) define como “demencia senil progresiva y crónica”; por ello recordamos la intercesión de San Alberto Magno, quien olvidó todo lo que sabía por una promesa de la Virgen María.
Alberto Magno nació en Alemania en 1206. Ingresó en los dominicos y
destacó por su gran inteligencia y sabiduría. Sabía tanto y de diversas
especialidades que lo llamaban “doctor universal”,
"milagro de la época" y "maravilla
de conocimientos".
Fue maestro de Santo Tomás de Aquino, separó la filosofía de la teología
y llegó a mostrar que las enseñanzas de Aristóteles tenían gran parecido con
las cristianas. Además, con bases sólidas demostró que la tierra es redonda.
De muchos países iban los estudiantes a escuchar sus clases, tanto en
Colonia como en París. En suma, alcanzó la fama de ser el más sabio de los
sabios de su época y es considerado Doctor de la Iglesia.
Pero toda esta grandiosidad intelectual un día se acabó. Al joven
Alberto le costaba rendir en los estudios formativos, por lo que una noche
trató de huir trepando las paredes con ayuda de una escalera.
En ese momento, apareció la Virgen María, quien le dijo: "Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me
rezas a mí que soy Trono de la Sabiduría?”. “Si me tienes fe y confianza, yo te
daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la
concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías".
Esto así sucedió y dos años antes de morir, mientras daba una clase, se
olvidó todo lo que sabía. De esta manera, dejó sus labores y se retiró a orar.
Falleció tranquilamente un 15 de noviembre de 1280.
POR ABEL CAMASCA
| ACI Prensa
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