Papá no te lleva 9 meses dentro de él.
No
vomita, No pasa por el parto normal. No se vuelve loco con las hormonas, no se
queda con la inseguridad del mundo y el miedo de no aguantar todo el proceso.
Papá no
ve sus pechos sangrando para alimentar al bebé, no vela el sueño del bebé en la
madrugada, no pasa la mano en su naricita 569 veces cada noche para ver si está
respirando.
Papá no
sufre mientras mira su cuerpo cambiando en el espejo.
Papá
puede devolverle a mamá el bebé cuando éste pierde el aliento de tanto llorar.
Papá
tiene una retaguardia que se llama mamá.
Es claro
que papá es importante, MUY IMPORTANTE.
PERO
MAMÁ ES DIFERENTE.
Mamá
es MAMÁ: está por encima de todo. Mamá
tiene un poder de "autoridad espiritual"
sobre su bebé.
Mamá
renuncia, mamá le pide a Dios todos los días, interceder por sus hijos.
Mamá deja
a sus amigos, mamá se queda en casa cuando todos se están divirtiendo. No tarda
al bañarse, ¡QUE LUJO lavarse el cabello!
Mamá vive
para criar.
Una buena
persona es quien quiere a su hijo.
Un buen
lugar es donde puede ir con su bebé.
Una buena
comida es la que no da cólico.
Mamá no
tiene un interés mayor que no sea por el bienestar de su hijo.
Mamá
sufre con la fiebre, mamá se rompe en mil con el llanto.
Mamá besa
a su bebé, hace payasadas para ganar una risita, no mira una noticia sin
imaginar "Dios mío, y si fuera mi hijo?" ¡Mamá
se enfrenta a un ejército... de un salto y a pecho abierto!
Cuando
todo falte, mamá va a estar junto a su hijo.
MAMÁ
ES MAMÁ, ASÍ DE SIMPLE
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