Cada 21 de septiembre la Iglesia Católica celebra a San Mateo, apóstol y evangelista. San Mateo vivió en Cafarnaún, a orillas del lago de Galilea, y fue elegido por el mismo Jesús para integrar el grupo de los doce.
LEVÍ, EL RECAUDADOR DE
IMPUESTOS
Mateo fue hijo de Alfeo y llevó el nombre ‘Leví’,
antes de su conversión, según lo atestiguan San Marcos y San Lucas en sus
respectivas narraciones. Leví ejerció el oficio de publicano, es decir, se
desempeñaba como recaudador de impuestos.
Los publicanos solían ser personajes acaudalados pero, al mismo tiempo,
repudiados: primero, porque los impuestos que recaudaban eran considerados
excesivos e injustos por los judíos (el caudal iba a manos de los romanos
invasores); y, segundo, porque se enriquecían a costas de la miseria del pueblo
al que pertenecían.
Estas cosas eran suficientes para que fuesen considerados “pecadores públicos” y hombres corruptos según la
Ley de Dios.
MATEO, EL APÓSTOL
Sin embargo, nada de lo mencionado pareció importarle mucho a Jesús,
quien, un día mientras caminaba, vio sentado a Mateo cobrando el impuesto; se
le acercó y le dijo: “Sígueme”. Él escuchó
el llamado del Maestro y, sin dudar, se levantó y lo siguió (Mt 9, 9ss). El
episodio aparece relatado también en los otros dos evangelios sinópticos (Mc 2,
14ss; Lc 5, 27ss).
La tradición sugiere que fue Cristo quien le cambió de nombre por “Mateo”, que quiere decir “don
de Dios”.
San Mateo está siempre en el grupo de los doce. En su evangelio se
incluye a sí en la lista de los apóstoles (ver Mt 10, 2-3). En el pasaje
señalado, después de poner su nombre, ensaya una descripción de sí mismo: “Mateo, el recaudador de impuestos” o “el publicano”.
En los evangelios de San Marcos y San Lucas -en los que hay otros
listados de los doce- Mateo aparece en el séptimo lugar (Mc. 3, 13; Lc 6, 14).
Mientras que en los Hechos de los Apóstoles (Hch 1, 13), aparece nuevamente,
pero ocupando el octavo lugar, seguido de Jacobo (Santiago), a quien en el
pasaje se denomina “hijo de Alfeo”, razón
por la que se cree que ambos fueron hermanos.
TESTIGO DE CRISTO
Después de la Ascensión del Señor a los cielos, Mateo permaneció
predicando en Judea, aunque también lo hizo en tierras cercanas de Oriente. Se
dice que su evangelio fue escrito en arameo, probablemente entre los años 80 y
90 d.C. Solo después sería traducido al griego.
En los primeros años de la Iglesia primitiva, el apóstol estuvo en
contacto con la comunidad cristiana de Judea, y, en consecuencia, tuvo que
lidiar con los conflictos entre los judíos que querían seguir a Jesús y
aquellos que, por el contrario, se aferraban a la antigua Ley. Es por eso que
su evangelio está articulado consistentemente con pistas sobre por qué Cristo
es el Mesías esperado.
PATRONAZGO
San Mateo es considerado patrono de quienes trabajan en la banca, de los
contadores, de las financieras y de los financistas. También lo es de los que
recaudan impuestos y de los servidores públicos. Es patrono de algunas
ciudades, como es el caso de Salerno, en Italia.
Se le suele representar con un libro en las manos, haciendo cuentas. Su
símbolo es la figura de un hombre alado.
SAN MATEO Y EL PAPA
FRANCISCO
Un día como hoy, pero de 1953, Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco,
experimentó tras confesarse la llamada a la vida religiosa, en la Compañía de
Jesús. En ese entonces tenía solo 17 años.
Hoy, su escudo pontificio lleva inscrito el lema: "Lo miró con misericordia y lo eligió", palabras
tomadas del Evangelio y que describen el momento preciso del encuentro de Jesús
con el apóstol San Mateo.
Redacción ACI Prensa
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