viernes, 9 de septiembre de 2022

CURAR LA CEGUERA DE LA SOBERBIA

Existen ocasiones que abren un rayo de curación.

Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net

La soberbia puede llevar a la insensibilidad, al desprecio del otro, a la creencia de ser superior respecto de los equivocados, los viciosos, los incultos, los anclados en un pasado visto como algo sin sentido.

La soberbia ciega, sobre todo cuando uno tiene una gran inteligencia y una personalidad fuerte, que le llevan a sentirse cualificado para juzgarlo todo con un criterio válido: el suyo.

Una vez herido por la ceguera, el soberbio no percibe ni el daño que producen sus palabras, ni la pena de quien ha sido despreciado, ni la posibilidad de que otros puntos de vista puedan tener también su parte de razón.

No resulta fácil curar la ceguera de la soberbia, precisamente porque quien se autodeclara bueno, inteligente, justo, “superior”, no percibe ninguna necesidad de convertirse, de replantearse la propia vida, porque ya la ve como “perfecta”.

Ese es el gran daño de la soberbia: hacer que uno llegue a considerarse infalible, poseedor de cualidades que otros deben reconocer para seguir sin resistencia lo que el soberbio afirme y defienda.

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