El juicio por uno de los infanticidios más atroces de la historia argentina llegó a su fin el pasado 23 de septiembre. Miguel “Brujo” Jiménez y Rodolfo “Rody” Sequeira, dos de los nueve acusados, fueron condenados a prisión perpetua por ser responsables directos del secuestro, la violación y descuartizamiento de Marito Salto en Quimilí (Santiago del Estero).
DETALLES DE LAS
CONDENAS
Según informa TN,
Jiménez y Sequeira eran dos de los cuatro imputados que enfrentaban una condena
a prisión perpetua. Ramón Rodríguez, el tercero, fue condenado a 11 años de
prisión y Daniel Sosa fue absuelto de la causa.
De los otros cinco imputados
por encubrimiento agravado, sólo tres fueron condenados a tres años de prisión:
María Eugenia Montes, Ramón Ocaranza y Pablo Ramírez. Daniel Gastón y Gustavo
Hernández fueron absueltos.
El tribunal, conformado por
los jueces Alfredo Pérez Gallardo, Luis Domínguez y Daniela Campos Nittinger,
también rechazó el pedido de excarcelación que habían realizado los abogados de
María Eugenia Montes y Pablo Ramírez.
Jiménez
y Sequeira fueron los autores materiales del homicidio triplemente calificado por
alevosía, ensañamiento y el concurso premeditado de dos o más personas y privación ilegítima de la libertad, y son señalados también
como presuntos autores intelectuales de abuso sexual con
acceso carnal, todo en concurso real de delitos.
LOS DETALLES QUE DIO
LA FISCAL
La fiscal Mariela Bitar de
Papa dio detalles escalofriantes de los hechos ocurridos entre el 31 de mayo
y el 2 de junio de 2016, desde el secuestro de Marito hasta que sus restos
fueron encontrados en varias bolsas de basura en la periferia de Quimilí.
Según el alegato de la
funcionaria, quedó acreditado que el nene fue víctima de “un crimen en un ritual
satánico en ofrecimiento a San La Muerte” y
contó que “se lo
exanguinó, los miembros de la secta bebieron su sangre y se quedaron con partes
de su cuerpo”.
La fiscal consideró que
Jiménez fue el ideólogo del espeluznante asesinato y encontró en Sequeira al
responsable de haber secuestrado a Marito, que desapareció una
tarde mientras pescaba en una represa en las cercanías de su casa.
LA EVOLUCIÓN DEL
PROCESO JUDICIAL
En el inicio del juicio, en
diciembre del año pasado, sobre Jiménez y Sequeira pesaban acusaciones
diferentes de las que pesan hoy: al primero se lo señalaba como autor material
y el segundo estaba imputado por captar a Marito e
introducirlo por la fuerza en un auto negro.
Desde abril, tras un pedido de
la fiscalía, ambos están acusados de ser los autores materiales y, semanas
atrás, TN contó detalles de la ruptura del pacto de silencio que
había entre ellos hasta entonces (véase la información más abajo).
Los forenses de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación determinaron que Marito Salto fue
violado y, tras ser colgado con un alambre, fue descuartizado con vida. Antes
había sufrido una asfixia incompleta por estrangulación.
Primero
le cortaron las piernas y luego lo decapitaron. Los brazos estaban adheridos
al torso cuando el cadáver fue encontrado en el basural. La autopsia determinó
que la muerte ocurrió por “exaguinación,
hemorragia fatal producida por la sección de vasos arteriales y venosos”.
CUANDO SE ROMPIÓ EL
PACTO DE SILENCIO
El pasado mes de agosto, en el
cierre de la ronda de testigos por el brutal crimen de Marito Salto, uno de los
acusados pidió ampliar su declaración y, por primera vez en los nueve meses que
llevaba entonces el juicio, apuntó contra otro.
Se trataba de Rodolfo Adrián
Sequeira (46 años), alias “Rody”, que insistió en su inocencia e incriminó a Miguel “Brujo” Jiménez (59), según pudo saber TN a
través de fuentes de la causa.
Después de las intervenciones
de los dos últimos testigos, Sequeira compareció ante el tribunal. Según los
portavoces, aseguró que Jiménez y un grupo de policías “armaron la causa” por
la cual él se encontraba acusado.
Se refería a la postura
asumida por Jiménez una vez que, en junio de 2016, el cuerpo del niño de 11
años apareció desmembrado y dispuesto en varias bolsas de basura.
Según contó Mario Salto (el
padre de Marito) en aquellas semanas, el “Brujo” se acercó a la
familia e incluso participó de operativos policiales y de marchas en las que se reclamaba el esclarecimiento
del caso. “Es puntero político y siempre
tuvo privilegios en la investigación”, denunció
el padre de la víctima en una entrevista con TN en el inicio
del juicio.
LA IMPLICACIÓN DE
UNA VIDENTE
Jiménez fue más allá y, como
parte de su coartada, contrató a una vidente cordobesa a la que llevó a recorrer Quimilí
–la localidad de Santiago del Estero donde se produjo el crimen– y fue la que
presuntamente señaló a Sequeira como sospechoso. Esos detalles constan en su
declaración de diciembre de 2017, días después de ser detenido.
“(Jiménez)
Armó lo de la vidente y se hizo tan grande que no lo pudo parar”, indicó –según las fuentes–
Sequeira ante el tribunal. La mujer, conocida como Marcela Mendoza, declaró en
marzo como testigo y dijo haber presenciado un encuentro entre los dos
imputados, que siempre negaron conocerse.
“Nosotros
tenemos muy claro cuál ha sido la participación de cada uno de los acusados”, remarcó Carol Gadán, abogada
del papá de Marito, en diálogo con TN. Atribuyó la reciente
declaración de Sequeira a un intento por atenuar una inminente condena y
sostuvo que “hasta ahora (el acusado) no ha
podido probar nada de todo lo que dijo durante el juicio”.
QUÉ PASÓ REALMENTE
La tarde del 31 de mayo de
2016, Marito Salto salió en bicicleta de su casa de Quimilí rumbo a una laguna
cercana donde solía pescar. Fue secuestrado y su cuerpo
apareció el 2 de junio. Desde el principio, la hipótesis principal
sugería que el asesinato fue realizado como parte de un ritual
satánico a San La Muerte. La sentencia judicial lo ha confirmado.
El inicio de la investigación
estuvo teñido de dudas y el padre de Marito afirmó a TN que “se perdieron un montón de pruebas”. Hasta que, en noviembre de 2017, un perro
rastreador marcó un cajón de la habitación matrimonial de Jiménez y la docente
Arminda Díaz en Quimilí.
Dentro había papeles con
frases como “Ya
tengo su virilidad, su juventud, su fortaleza. Dame lo que pido”; y “Dame tu fuerza, 666″. También encontraron recortes de las páginas
policiales del caso y en la parte trasera de la vivienda hallaron un altar donde se veneraba a San La Muerte. Desde entonces, Jiménez pasó a ser el principal
sospechoso.
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Secretaría RIES
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