No se puede ceder en la doctrina para llenar los templos
Una muestra de
la incertidumbre que el camino sinodal de la Iglesia en Alemania está
provocando también fuera del país germano es la carta pública de un grupo de
seglares católicos italianos al obispo Georg Bätzing, que ha sido publicada por
la revista «Tempi».
(Die Tagespot/InfoCatólica) El llamamiento lleva la fecha
del 30 de julio de este año y ha sido firmado hasta ahora por 162 fieles,
exclusivamente seglares de la región del norte de Italia. El promotor del
recurso es un abogado llamado Giuseppe Zola, de Milán.
MIEDO A LA RUPTURA
Los firmantes se preocupan por
la unidad de la Iglesia, advierten del peligro de adaptarse al espíritu de los
tiempos y llaman al Camino Sinodal alemán a confesar sin vergüenza a
Jesucristo, que es la única garantía de vivir una vida «nueva».
El motivo del llamamiento, dicen en la introducción del texto, es la
tibia respuesta del Presidium del Camino Sinodal a la declaración de la Santa
Sede del 21 de julio, en la que el Vaticano había advertido contra la
imposición a los fieles de nuevas estructuras y doctrinas que violaran la
unidad eclesial universal.
La carta de los laicos
italianos se divide en cuatro puntos. En primer lugar, identifica «la posible y muy probable ruptura de la unidad de la
Iglesia católica» como el mayor peligro que plantea el curso emergente
del Camino Sinodal. En el Evangelio de Juan, Jesucristo pide que todos
permanezcan unidos, y los laicos recuerdan a San Bonifacio, que trabajó en
Germania para que la Iglesia permaneciera unida. Una Iglesia católica unida es
lo que la hace atractiva y creíble.
SÓLO LA AMISTAD CON
CRISTO
En el segundo punto, los
fieles italianos subrayan que es tarea de una asamblea eclesial como el Camino
Sinodal aumentar la claridad y la certeza sobre cómo deben moverse los
cristianos en un tiempo como el actual, en el que muchos valores están siendo
reinterpretados ideológicamente. «Sólo la amistad
con Cristo cambia verdaderamente el mundo y la Iglesia, no la multiplicación de
normas que reducen el cristianismo a una ética». Además, según el tercer
punto, temen que el Camino Sinodal siga las modas de la época que, obviamente,
tienen una vida útil limitada.
«Creemos que es
iluso pensar que cediendo en la doctrina conseguiremos que nuestras
congregaciones se llenen. Al contrario, la iglesia se volvería entonces más
insignificante. Muchas conversiones en los tiempos modernos han demostrado que
no es necesario cambiar las reglas, sino llamar a una nueva vida en el curso de
la cual la doctrina es explicada y entendida».
NEGAR A CRISTO
Uno tiene la impresión, dice
el texto en el cuarto punto, de que muchos implicados en el Camino Sinodal se
avergonzarían de confesar a Jesucristo por lo que es y lo transformarían, en
cambio, en algo supuestamente más «apetecible». Pero
Jesús ya sabía que esto sucedería y había prometido a los que lo negaran que él
también los negaría.
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