Desde hace un tiempo he estado viendo diversos libros y herramientas en las que se proponen los hábitos para ser feliz, saludable, entre otras, y esto me llevó a pensar: ¿cuáles pueden ser los hábitos de un santo?
Me puse en la tarea de buscar
santos que nos ayuden hoy a tener «hábitos de
santidad», que nos ayuden a acercarnos a Dios y a ser como Él. Es a lo que
estamos llamados: «así como el que os ha llamado es santo, así también vosotros
sed santos en toda vuestra conducta, como dice la Escritura: Seréis santos,
porque santo soy yo» (1P 1,15-16).
Con este versículo quiero
empezar mi lista de hábitos. Lo que debemos hacer para ser santos es desear ser
cada vez más como Él y ¿cómo podemos hacer esto? Pues
conociéndolo a Él y a los santos que nos han precedido.
LOS HÁBITOS DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Para conocer a Dios debemos
buscar el tiempo para tener un encuentro con Él, en la lectura de la Palabra y
en historias de santos. Así lo hizo san Ignacio de Loyola. Aquí te dejo unos hábitos de
san Ignacio que te pueden ayudar:
1. SACAR TIEMPO PARA LA LECTURA
La lectura de la Sagrada
Escritura, textos Magisteriales y de la Tradición Católica junto con historias
de santos. Obviamente, no te hablo de una lectura rápida o sencilla, sino de
una lectura orante en la que pidas la presencia del Espíritu Santo que te ayude
a contemplar la belleza de la Verdad que se te revela y te ayude a configurar
tu vida con la semejanza a Cristo.
2. ESTUDIAR Y OFRECER EL ESTUDIO A DIOS
San Ignacio de Loyola estudió
en las universidades de Alcalá de Henares, Salamanca y París. Fue un apasionado
por el estudio y vio la importancia de la buena formación.
Por medio de ella desplegó
todas las capacidades que Dios le dio. La disciplina en el estudio, la
organización y el esfuerzo hacen parte de los hábitos que dan gloria a Dios,
debido a que Él mismo nos ha dado las capacidades que tenemos. Así que si te
gusta estudiar y se te da bien, ¡a por ello!
3. HACER EJERCICIOS ESPIRITUALES
Un hábito que podemos incluir
en nuestra rutina mensual y anual es tomarnos un tiempo para
retirarnos del mundo y acercarnos más a Dios. Los ejercicios
Ignacianos son un regalo de Dios al mundo por medio de san Ignacio.
LOS HÁBITOS DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS
A veces pensamos que para ser
santos tenemos que hacer cosas raras o despampanantes y, bueno, si lo vemos en
la perspectiva del mundo actual, podríamos decir que solamente ser cristiano ya
es suficientemente raro.
Santa Teresita del Niño Jesús nos enseña
un camino de santidad que parece sencillo a primera vista, pero es muy profundo
e implica el hábito del «ejercicio»; ejercitarse
en virtudes.
1. EJERCITAR LA HUMILDAD
El camino de santidad que nos
presenta Teresita es de una profunda sencillez de corazón. Nos lleva a
reconocer nuestra pequeñez delante de Dios, su inmensidad y poder. Para ser
santos debemos reconocer que sin Él no somos nada, no podemos nada.
Pero que, de Su mano, lo
podemos todo y lo somos todo porque lo somos en Él. Esto parece sencillo, pero
conlleva un abajamiento potente, una muerte a uno mismo que es en sí mismo un
don de Dios.
2. EJERCITARSE EN EL ABANDONO
Este hábito está ligado a la
confianza en Dios. Si nos reconocemos como unos niños pequeños en las manos de
un Padre que nos ama con locura, podemos abandonarnos confiadamente en Él y
saber plenamente que Él provee.
Él nunca nos deja solos,
conoce perfectamente lo que necesitamos y nos dará, no solo lo que necesitamos,
sino mucho más. Porque es un Dios generoso, que se desborda de amor por sus
pequeños hijitos.
3. EJERCITAR LA OBEDIENCIA
La obediencia. Hay muchos
momentos en los que no entendemos muy bien las razones por las que debemos
hacer algo que se nos pide. Pero un hábito que nos llevará a la santidad es la
obediencia a aquellas personas que Dios ha puesto en nuestro camino, que tienen
una vida cerca a Él y que son ejemplo de oración y virtud.
También la obediencia a la
santa Iglesia católica, su Doctrina y Magisterio. Debemos confiar que la
Iglesia está inundada por la presencia del Espíritu Santo y que, aunque no
entendamos algunas cosas en el momento, de la mano de Dios y en
oración, podemos llegar a comprender lo que nuestra madre Iglesia nos quiere
enseñar.
LOS HÁBITOS DE SANTA CATALINA DE SIENA
Lo bueno de la Iglesia es que
es universal, en ella hay espacio para todos y no todos somos iguales. Hay
momentos en los que la vida nos presenta grandes dificultades y podemos ver que
algunos miembros de la Iglesia están haciéndole daño al Cuerpo de Cristo.
En estos momentos
necesitaremos ser fuertes y valientes de la misma manera que lo fue santa Catalina de Siena,
quien en su época (s. XIV) levantó la voz y se involucró con fuerza en la
situación política que se afrontaba en aquellos años. Los hábitos que nos enseña santa Catalina son:
1. HACER ORACIÓN
Una intensa vida de oración en
la que busquemos hablar con Dios, entender lo que nos pide
y así hacer verdaderamente su voluntad. Luchar,
de manera profética, contra las injusticias implica una valentía que viene como
un don de Dios.
Santa Catalina tuvo claro que
la valentía que desplegaba no venía de sus propias fuerzas. Sus mismas palabras
no eran solamente suyas. Por la íntima unión que tenía con Dios y por la
profunda vida de oración en la que se unía profundamente a Él, Dios se
desbordaba en generosidad con ella, dándole todo lo que necesitaba para
afrontar las dificultades de su época.
2. BUSCAR LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL Y CONFESIÓN
Santa Catalina, debido a las
grandes dificultades que afrontó, se rodeó de personas virtuosas que la
ayudaron y guiaron en la lucha que vivió por su profundo amor a la Iglesia.
3. MANIFESTAR EL CARIÑO
Santa Catalina nos demostró su
amor a la Iglesia. Este hábito, relacionado con la obediencia, nos acerca al
regalo que Dios nos ha dado. Él se ha quedado con nosotros en la Iglesia,
específicamente en el sacramento de la Eucaristía. El amor al Cuerpo de Cristo
nos une a Dios de una manera directa. Él ha fundado la Iglesia y permanece en
ella a pesar de nuestra fragilidad (por eso la Iglesia es santa, no por
nosotros, sino porque Dios habita en ella de una manera misteriosa).
Y LOS DE CARLO ACUTIS
Para no quedarnos con santos
que parecen estar muy lejos de nosotros, por época y tecnología, veamos los
hábitos que un joven amante del internet nos puede enseñar: el beato Carlo Acutis.
1. RECIBIR LA EUCARISTÍA (Y AMARLA)
Este santo es bien reconocido
por su profundo amor a la Eucaristía, por su deseo de recibirla. Por su anhelo
de unirse a Dios, recibiéndolo sacramentalmente. El amor de Carlo Acutis a la
Eucaristía queda plasmado en la ardua investigación que realizó, con tan corta
edad, en los milagros eucarísticos.
2. HACER BUEN USO DE LAS HERRAMIENTAS QUE TENEMOS A
DISPOSICIÓN
Carlo Acutis tenía un don para
el uso del internet y lo utilizó para hacerle honor a Dios. Supo reconocer su don y utilizarlo para darle siempre más gloria a Dios.
Este es un hábito que podemos aprender: utilizar
las herramientas que tenemos para darle gloria a Dios. Las herramientas
no son malas, los inventos tecnológicos no son malos en sí mismos, lo malo es
lo que nosotros decidimos libremente hacer con ellos.
3. SERVIR CON GENEROSIDAD
Caridad, generosidad y
servicio. Tres hábitos que van unidos y son fundamentales para el camino de
santidad. Amar al prójimo, ser generoso con lo que Dios nos ha
dado y servir a los que tenemos a nuestro alrededor son hábitos que reflejaran
a Cristo en nuestros actos.
Encomendémonos a estos cuatro
santos para que, por su intercesión, podamos seguir el camino que Dios quiere
para cada uno de nosotros y seamos santos. Que lo reflejemos a Él con todos los
dones y carismas que Él mismo nos ha dado.
Siendo nosotros mismos,
sepamos tomar de cada uno de los ejemplos que han caminado por esta tierra los
rasgos y características que Dios ha puesto en ellos. Y sepamos vivir como
ellos: amando y haciendo el bien.
Escrito por: María Claudia Arboleda
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