Un sacerdote español destacó tres celebraciones especiales que siempre deben ser recordadas, pocos días después de concluir junio, que “puede ser considerado como el mes del Señor Jesucristo”.
En un artículo titulado “Un mes para el
Señor”, publicado por la Diócesis de Plasencia, el P. Francisco Torres
Ruiz, profesor de Liturgia, destacó que en junio se celebran fiestas muy
especiales dedicadas a Jesús, “que están muy
arraigadas en la piedad popular”.
“En primer lugar, la Solemnidad de la Santísima
Trinidad se celebra el domingo después de Pentecostés”, indicó, recordando que se trata de “una
fiesta antigua que aparece en Hispania y en Galia”.
“En el s. VIll aparece el actual prefacio de la
Trinidad que pertenece al Sacramentario Gelasiano y se mantiene actualmente:
‘Que con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo
Señor; no en la singularidad de una sola Persona, sino en la Trinidad de una sola
naturaleza. Y lo que creemos de tu gloria porque tú lo revelaste lo afirmamos
sin diferencia de tu Hijo y del Espíritu Santo. De modo que, al proclamar
nuestra fe en la verdadera y eterna Divinidad, adoramos tres Personas
distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad’”.
Si bien “en el 800 aparece la misa votiva de
la Trinidad para los domingos”, recordó, “será
en 1334 cuando el Papa Juan XXII la elevó a misa universal el domingo después
de Pentecostés”.
La segunda celebración especialmente dedicada a Cristo, continuó el P.
Torres Ruiz, es “la Solemnidad del Cuerpo y la
Sangre del Señor -más conocida como Corpus Christi”, que “arranca de las visiones de Juliana de Lieja en 1209”.
“En 1264 Urbano IV., a raíz de un milagro, la
extendió a toda la Iglesia con la bula Transiturus”, dijo, aunque precisó que “hasta 1317 no se
generaliza” la celebración.
“La primera procesión se realizó en Colonia en
1270. En Roma se introduce en el s. XV”, indicó.
El P. Torres Ruiz indicó que en junio “también
la Solemnidad del Sagrado Corazón se celebra el viernes más próximo al Corpus”.
Esta celebración, explicó, “pretende
glorificar a Dios-hombre desde el símbolo de su corazón”.
“San Juan Eudes es quien primero celebra esta
fiesta en Francia. El primer reconocimiento oficial lo hace Clemente XIII en
1675 en Polonia”, señaló.
“Pio IX la inscribe en el calendario litúrgico para
la Iglesia universal en 1856”, añadió.
El sacerdote español subrayó que “estas tres
solemnidades tienen como fin que los cristianos elevemos nuestros ojos al Señor
Jesucristo y le contemplemos en el misterio más profundo de su humanidad
encarnada por nosotros”.
“El mismo Jesús que habita eternamente en la
eternidad junto al Padre y al Espíritu Santo, se ha hecho hombre con corazón
humano para amarnos. Y de ese amor hemos recibido su Cuerpo y Sangre como
camino seguro a la vida eterna, vida de la Trinidad”, concluyó.
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
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