El P. Juan Manuel Góngora, sacerdote de la diócesis española de Almería, advirtió recientemente sobre el peligro que entrañan ideologías como el liberalismo y el comunismo.
En un hilo publicado en su cuenta de Twitter, que cuenta con más de 53
mil seguidores, el P. Góngora indicó que “tanto
liberalismo como socialismo son hijas de los mismos padres con diferentes
madres (nominalismo-teosofía, luteranismo-gnosis,...)”.
“Y como hermanastras, andan siempre a la gresca en
el lodazal del materialismo positivista”, dijo.
Anoche publiqué
adrede el tuit citado con el interés de observar las diversas reacciones,
posturas e inquietudes que surgían. Tras leer muchas respuestas, hilo va con mi
reflexión personal al respecto. https://t.co/NaJVdwhBTM
— P. Juan Manuel Góngora (@patergongora) July 29, 2022
Para el sacerdote español, la pregunta importante es: “¿Consideras a la fe católica como una ideología equiparable
al resto de planteamientos que se nos ofrecen en el menú intelectual y
mediático actual?”.
“Partamos de una clave. La ideología, imitando a la
religión, se sustenta en una idea del hombre y de la sociedad”, dijo.
“Una cosmovisión antropológica más o menos acertada
dependiendo de los autores de cabecera que la hayan postulado y su posterior
desarrollo histórico”, continuó.
El P. Góngora advirtió que las ideologías “aunque
en muchas ocasiones y aparentemente abjuren de ello, tienen una pretensión de
totalidad”.
“Es decir, intentan abarcar todas las dimensiones
del ser humano y ofrecer ‘soluciones’ a las diferentes problemáticas de cada
época (ya sean reales o intencionalmente inventadas)”, explicó.
“El problema -dijo- viene al partir de una falsa
premisa y fracasar en la mencionada pretensión. Por una razón, lo humano es
limitado y si no se asume es caldo de cultivo para reduccionismos interesados
que son poco legítimos y por ello deben camuflarse para ‘facilitar la
digestión’”.
El P. Góngora indicó que “de esta forma, la
frustración a la que les conduce ese mesianismo impotente genera rechazo hacia
donde realmente reside la verdad”.
“Por ello es necesario la elaboración de un
conjunto de relatos, bien financiados y distribuidos, para intentar
desacreditar lo evidente”, indicó.
A manera de “ejemplo actual”, el
sacerdote español señaló a quienes dicen que “la
Iglesia no debe meterse en política".
“Oiga usted, han politizado todo, han ideologizado
hasta la náusea incluso la propia naturaleza humana y tiene el suficiente
rostro pétreo de afirmar tal exabrupto con el fin de excluir”, criticó.
Para el sacerdote español, “esa exclusión de
lo cristiano viene dada por el menester de ocultar todo aquello que suponga un
obstáculo moral y ético a la falsa pretensión de totalidad”.
“No reconocer la limitación y obstinarse contra
ella, es el pecado de toda ideología; porque es humana y por ende, pecadora”, advirtió.
El P. Góngora recordó luego la encíclica del Papa Emérito Benedicto XVI,
en la que se recuerda que “la experiencia de la
inmensa necesidad puede, por un lado, inclinarnos hacia la ideología que
pretende realizar ahora lo que, según parece, no consigue el gobierno de Dios
sobre el mundo: la solución universal de todos los problemas”.
“Por otro, puede convertirse en una tentación a la
inercia ante la impresión de que, en cualquier caso, no se puede hacer nada. En
esta situación, el contacto vivo con Cristo es la ayuda decisiva para continuar
en el camino recto: ni caer en una soberbia que desprecia al hombre y en
realidad nada construye, sino que más bien destruye, ni ceder a la resignación,
la cual impediría dejarse guiar por el amor y así servir al hombre”, se lee en el documento de Benedicto XVI.
El sacerdote español destacó también un mensaje del Papa Francisco a los
miembros de la “Fraternidad Política” de
Chemin Neuf, en mayo de este año, en el que advirtió que “no se puede hacer política con la ideología”.
“Y por si fuera poco en el n. 101 de la encíclica
‘Veritatis Splendor’, San Juan Pablo II nos advierte proféticamente de los
riesgos que estamos sufriendo ahora y que él, hace casi 30 años, dejó
retratados”, señaló.
En ese numeral, San Juan Pablo II advertía del “riesgo
de la alianza entre democracia y relativismo ético, que quita a la convivencia
civil cualquier punto seguro de referencia moral, despojándola más
radicalmente del reconocimiento de la verdad”.
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
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