EL AMOR DE UN NIÑO DE CUATRO AÑOS
Un niño
de cuatro años mira por la ventana a su vecino llorar desconsolado, el anciano
había perdido a su esposa, sentado sobre el porche de su casa.
El niño
cruza el patio y llega hasta donde está el anciano y se sienta en el regazo
abrazando con sus manitas el rostro del hombre, y así permanecen un tiempo.
Al
siguiente día, mientras desayunaban, la mamá del niño le pregunta: "¿Y qué fué lo qué le dijiste a nuestro
vecino?", el niño muy serio contesta: "NADA,
SOLO LO AYUDE A LLORAR".
La mejor
lección de amor lo recibimos de un niño.
Nunca
debimos dejar de ser niños, pero teníamos hambre de crecer.
Luis Francisco.
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