La pareja invitó por whatsapp a una Misa para bendecir su unión
Un comunicado de
la archidiócesis de Bolonia niega que la misa del 11 de junio en Budrio fuera
para bendecir a una pareja gay, pero los testigos dicen lo contrario. Y «La
Bussola Quotidiana» también revela el contenido de la invitación vía whatsapp
enviada por uno de los «recién casados»
(La Bussola Quotidiana/InfoCatólica) El documento de la diócesis
también apela a un documento de 1986 de Ratzinger para mostrar que está en
sintonía: pero ese documento decía exactamente lo
contrario, es de hecho una clara condena de la labor pastoral del cardenal
Zuppi.
NEGANDO LA EVIDENCIA
«Niega todo,
niega siempre, sobre todo niega la evidencia»: el clásico lema del cónyuge
infiel se ha convertido ahora también en la pauta de la archidiócesis de
Bolonia y de su titular, el cardenal Matteo Zuppi. El comunicado que intenta aclarar lo sucedido el pasado 11 de junio en
Budrio, cuando una pareja gay fue «bendecida»
durante una misa tal y como ha documentado la Brújula Cotidiana, es en realidad un
concentrado de mentiras para negar la evidencia y desviar así la posición que
el cardenal sostiene sobre las uniones entre personas del mismo sexo.
Esto es lo que asegura el comunicado de la diócesis: no hubo bendición, aunque
estaba presente una pareja del mismo sexo; fue «una
misa
de acción de gracias por el grupo In
camino», presente en la diócesis desde hace treinta
años, cuyo objetivo es acompañar y apoyar en la vida cristiana también a las
personas con tendencias homosexuales».
UNA MENTIRA TRAS
OTRA
En
una frase ya tenemos muchas mentiras. La primera, y más
importante, es la que niega el hecho. Pietro y Giacomo -la citada pareja- no
estaban allí por casualidad, como adeptos al grupo In cammino: hay
pruebas fotográficas y también contamos con las palabras que los celebrantes
han hecho llegar a la Bussola, que desmienten a la diócesis de Bolonia.
Fue una misa ad hoc sólo para ellos dos.
Como
prueba adicional, hoy también podemos revelar el contenido
del mensaje de whatsapp con el que Pietro invitaba a sus
amigos a participar en la ceremonia:
«El sábado 11 de
junio de 2022, salvo imprevistos, Giacomo y yo nos uniremos civilmente
en el ayuntamiento de Budrio. Inmediatamente
después, en la iglesia de enfrente, celebraremos una misa de acción de
gracias/confianza por nuestra vida en común».
Exactamente
lo que hemos escrito, no nos dejemos engañar por las palabras
utilizadas por los nuevos fariseos para burlar la «ley»: hablar de una misa de acción de
gracias equivale a una bendición para la pareja, pero evita
transgredir formalmente el Responsum de
la Congregación para la Doctrina de la Fe, que prohíbe la bendición
de las uniones del mismo sexo. En cualquier caso, está claro que la misa en cuestión era para Pietro y
Giacomo y no, genéricamente, para el grupo In
cammino.
Segunda
mentira: en
todo caso, la finalidad del grupo en cuestión no es simplemente «acompañar y apoyar
a las personas con tendencias homosexuales en la vida cristiana», como dice el comunicado de la
diócesis, sino llevar al seno de la Iglesia la agenda LGTB,
la legitimación de cualquier orientación sexual, la aplicación práctica de la
ideología de género. Incluyendo la aceptación de las uniones homosexuales. La
diferencia es grande. In cammino no se toma en serio la doctrina de la
Iglesia sobre el género y la homosexualidad, simplemente quiere cambiarla o,
mejor dicho, subvertirla. Algo con lo que el cardenal Zuppi está de acuerdo,
evidentemente.
Y a este respecto, el
comunicado habla de una presencia en la diócesis desde
hace treinta años, como para dar la impresión de
continuidad entre el actual
arzobispo y sus predecesores, los cardenales Giacomo Biffi y Carlo Caffarra.
Pero no es así: In cammino siempre
ha tenido como referente la parroquia de San Bartolomeo della Beverara, pero
hasta 2015 su presencia era casi clandestina, a los obispos no les gustaba y
llamaban al orden al párroco. Todo cambió con la llegada del cardenal Zuppi,
que inmediatamente invitó al grupo a salir a la luz y su actividad pasó
a formar parte de la pastoral diocesana. Es un lenguaje
desconcertante que evidentemente presenta como acogida de la persona lo que en
realidad es la imposición de una ideología.
Y
lo mismo hace el comunicado de la archidiócesis de Bolonia, citando de forma parcial,
errónea y engañosa la carta a los obispos del entonces Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, fechada
el 1 de octubre de 1986. Para justificar las actividades
del grupo In cammino, el comunicado cita este pasaje, que debería ser el nº
16 del documento de Ratzinger: «Dios ama a toda persona y así lo hace la
Iglesia, renovando su compromiso contra toda discriminación y violencia por
razón de la orientación sexual», considerando «reductor
definir la identidad de las personas sobre la base de su ‘orientación sexual’
únicamente».
En realidad, esta cita está tomada del documento final del Sínodo de los Jóvenes (par. 150), que sólo en la segunda parte de la
frase –la persona no puede ser definida sólo por la orientación sexual- retoma
el concepto expresado en el nº 16 de la Carta de Ratzinger sobre la atención
pastoral a las personas homosexuales. Pero en la carta de Ratzinger esta
afirmación sigue a la denuncia de la actividad de un lobby gay dentro de la Iglesia que, ayudado por fuerzas externas y enemigas de
la Iglesia, pretende subvertir la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad
(nº 8 y 9); y sobre todo sigue al nº 15 en el que se define bien la tarea de la
atención pastoral a las personas homosexuales:
«Esta
Congregación, por consiguiente, anima a los obispos para que promuevan
en sus diócesis una pastoral que, en relación con las personas
homosexuales, esté plenamente de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia. Ningún programa pastoral auténtico
podrá incluir organizaciones en las que se asocien entre sí personas
homosexuales, sin que se establezca claramente que la actividad homosexual es
inmoral. Una actitud verdaderamente pastoral comprenderá la necesidad de evitar
las ocasiones próximas de pecado a las personas homosexuales».
Por si no quedaba claro, el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe condena claramente
actividades como las del grupo In
cammino y la pastoral que defiende el cardenal Zuppi, incluida la
bendición de parejas homosexuales. Nos encontramos, por tanto, ante una
auténtica sinvergonzonería, un consciente y colosal trabajo de mistificación
para demostrar que «la Iglesia de Bolonia» está
«en plena armonía con el Magisterio y la Doctrina
de la Iglesia». En absoluto lo está, pero aquí se revela la estrategia
del cardenal Zuppi: promover una revolución
antropológica en la Iglesia dando la idea de estar en armonía con la Tradición.
Un hecho que se comenta por sí mismo.
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