El cardenal Omella ha salido al paso de las numerosas informaciones sobre el proceso sinodal.
Durante los últimos días se han
ido conociendo las conclusiones de los procesos sinodales en muchas diócesis
españolas, que han pedido a los fieles su parecer en diversas cuestiones de
cara al Sínodo sobre la Sinodalidad que ha convocado el Papa Francisco.
Entre las conclusiones que más
repercusión mediática han provocado están las de la Archidiócesis de Barcelona.
Numerosos medios de comunicación han asegurado que la diócesis aboga la presencia de mujeres
sacerdotes, el celibato sacerdotal opcional, etc. Se ha presentado como si las propuestas
realizadas por los que han participado en la consulta sinodal fueran la opinión
oficial de la Archidiócesis.
Ante la cantidad de noticias que
se han publicado al respecto, el cardenal Omella ha querido aclarar esta
situación y para ello ha emitido un comunicado en el que recuerda que “se trata únicamente de unas propuestas, nunca votadas ni aprobadas. No estamos ante una nota doctrinal, sino un documento generado
por todos los bautizados, miembros de la Iglesia que peregrina a Barcelona y
que han querido participar y dar su opinión”.
Además, el arzobispo insiste en
que "ni esta diócesis, ni ninguna otra, han
presentado todavía al Papa ninguna propuesta particular. Precisamente es ahora que habrá que hacer una gran
síntesis en España, en Europa y el mundo con el fin de recoger las diversas
aportaciones, fruto de la consulta sinodal".
A continuación ofrecemos el comunicado íntegro del cardenal
Omella publicado
por la Archidiócesis de Barcelona:
COMUNICADO
ÍNTEGRO DEL CARDENAL OMELLA, ARZOBISPO DE BARCELONA
A propósito de las noticias aparecidas sobre el proceso sinodal en la archidiócesis de
Barcelona, en que se han destacado algunos aspectos a menudo
relacionados con la percepción social que se tiene de la Iglesia, habría que
clarificar el sentido del llamamiento del papa Francisco dirigido a todos los
miembros del Pueblo de Dios.
Toda la Iglesia ha
sido convocada en Sínodo para avanzar en un “caminar juntos” lleno de esperanza para ser una
Iglesia sinodal, que vive la comunión y la participación para la misión. La
Iglesia universal empezó este proceso sinodal en octubre del 2021 para
reflexionar y discernir sobre la sinodalidad, guiados por el Espíritu.
La sinodalidad es una dimensión
constitutiva de la Iglesia, es decir, fundamental y a veces desconocida, pero,
sin embargo, practicada por muchos sin ser conscientes. En Barcelona, la fase
diocesana del Sínodo culminó el 29 de mayo con la presentación de un documento
de síntesis que recopila las casi trescientas
aportaciones hechas por más de 7.000 personas distribuidas en diferentes grupos
sinodales: arciprestazgos, parroquias, movimientos,
asociaciones, congregaciones religiosas, escuelas, entidades y organismos
diocesanos.
Por lo tanto, se
trata únicamente de unas propuestas, nunca votadas ni aprobadas. No estamos
ante una nota doctrinal, sino un documento generado por todos los bautizados,
miembros de la Iglesia que peregrina a Barcelona y que han querido participar y
dar su opinión. Caminar juntos es positivo porque
nos hace crecer como personas y miembros de la Iglesia: ser más misioneros, saber escuchar y acoger al que piensa diferente,
saber dejar atrás prejuicios, dejar espacio a esperanzas, desarrollar nuevos
enfoques, ser inclusivos, aprendiendo los unos de los otros. Es un camino que
necesita diálogo y consenso. Porque la invitación del Papa era encontrarse y
escucharse, no tomar decisiones.
¿Cómo llevar a la
práctica una Iglesia que es en esencia Pueblo de Dios? ¿Cómo afrontar las
diferentes visiones y los conflictos cotidianos sin caer en el autoritarismo y
el clericalismo, sabiendo hallar el consenso? El Papa
dice que no se trata de un Parlamento donde se vota, sino de una familia donde se
llega a un consenso.
Las dificultades se
afrontan con diálogo, escucha mutua, intercambio de opiniones, participación y
respeto. Tenemos que ser una Iglesia de comunidades cristianas más atentas al
mundo actual donde todos los bautizados nos hacemos presentes en la sociedad,
en cada lugar y en todas sus dimensiones: económica,
social, política, cívica…
Dentro de la comunidad eclesial nos
duelen los propios defectos. Hay que estar atentos a aquellos que son
excluidos y rechazados, o que así se sienten, tanto en la sociedad
como en la comunidad eclesial, valorando el trabajo social que realizamos en
muchas entidades de nuestras comunidades parroquiales.
En la fase diocesana del proceso
sinodal, entre otros aspectos, ha aparecido el clamor por la
falta de igualdad entre hombre y mujer en la Iglesia, que se percibe clerical. Muchos jóvenes y adultos se perciben con una
cierta distancia respecto del pulso diocesano de nuestra Iglesia, y surge con
insistencia la pregunta: “¿Cómo llegar y dar
posibilidades a fin de que se oiga su voz?”. Hemos de reforzar el
diálogo con las otras confesiones cristianas y con otras tradiciones
religiosas. Tenemos un reto apasionante por evangelizar. En el camino del
Sínodo 2021-2023, ahora se acaba la primera fase diocesana. Ni esta diócesis,
ni ninguna otra, han presentado todavía al Papa ninguna propuesta particular.
Precisamente es ahora que habrá que hacer una gran síntesis en España, en
Europa y el mundo con el fin de recoger las diversas aportaciones, fruto de la
consulta sinodal. La aportación de nuestra diócesis se unirá al gran río de las
que llegarán de todas y cada una de las Iglesias locales de todo el mundo.
Confiamos en que este “caminar juntos” nos
permita la escucha del Espíritu a través de la voz de todos los miembros de la
Iglesia.
Como pastor de esta
archidiócesis, la amo por su fidelidad al mensaje de Jesucristo, en la
Tradición viva de la Iglesia, al sucesor de Pedro, el papa Francisco, y a toda
la comunidad que avanza “entre consolaciones y
persecuciones” (cf. san Agustín), irradiando la alegría del Evangelio.
† Card. Juan José
Omella Omella
Arzobispo de
Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario