Dos sacerdotes católicos, el español Antonio María Domenech Guillén, y el mexicano Eduardo Hayen Cuarón, compartieron algunas reflexiones sobre el llamado “Yellow Day” o el día más feliz del año, que corresponde a este lunes 20 de junio.
Se celebra el Yellow Day (Día Amarillo) porque hoy se inicia el verano
en el hemisferio norte, en una fecha que corresponde al solsticio de verano, lo
que hace que haya más hora de luz solar.
En razón de eso se eligió el amarillo, como opuesto además al Blue
Monday (Lunes azul), que corresponde al día “más
triste del año”, que se dio el pasado 17 de enero.
El P. Hayen dijo a ACI Prensa que “el Yellow
Day, o el día más largo del año, se relaciona con horas prolongadas de sol,
alegría, tiempo libre y vacaciones”.
“Más allá del clima o de los estados de ánimo,
debemos pensar durante estos días largos, cómo quisiéramos aprovechar el tiempo para que
el tiempo libre y el ocio sean realmente provechosos”, destacó.
El sacerdote mexicano explicó luego que “el
tiempo de vacaciones es un tiempo de descanso y, por lo tanto, para pasar más
tiempo con la familia y los amigos. Pero también es un tiempo para pensar cómo hemos
de cultivar el espíritu”.
“Es cuando debemos pensar en alguna buena lectura
para el tiempo de verano, aprender algo nuevo, tomar un curso, hacer
actividades al aire libre, visitar algún museo, pero no dejar que el ‘no hacer nada’
se apodere de nosotros. Eso sería desperdiciar el tiempo. Hay un
refrán muy corto que dice una gran verdad: ‘Ocioso, vicioso’”, subrayó el sacerdote.
En estos días, concluyó, también es bueno “seguir
cultivando nuestra relación con Dios
a través de libros de espiritualidad y un poco más de oración”.
MI YELLOW DAY ES CORPUS CHRISTI
El P. Domenech dijo a ACI Prensa que “para mí, sin lugar a dudas, el día
más feliz es el día de Corpus”.
“Como un
niño feliz de llegar a un día esperado, vivo el Corpus Christi todos los años,
llevando al Señor en la custodia”, explicó.
Para el sacerdote español “pasear junto a
Jesús Eucaristía por las calles de los pueblos siempre ha sido un regalo, no
solo por el bien que hace a las gentes que decoran sus calles con altares,
alfombras en algunos lugares, música y danzas para el Señor Sacramentado, sino
por el bien que recibo de acompañarlo tan de cerca y porque estoy seguro de que
le encanta”.
“Jesús debe ser honrado por todos, solo a Él se le
debe el honor y el poder. A Él la Gloria por los siglos de los siglos”.
“Si todo el
mundo supiera la grandeza de la Eucaristía, comulgaríamos más”, concluyó.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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