El 27 de agosto el Papa Francisco presidirá un consistorio en el que creará a 21 cardenales, entre los cuales está el Obispo de San Diego (Estados Unidos), Mons. Robert McElroy, quien ha afirmado que la Eucaristía no debe negarse a los políticos que apoyan la legalización del aborto.
El futuro cardenal, de 68 años, fue ordenado sacerdote en 1980. En 2010
fue nombrado Obispo Auxiliar de San Francisco y en 2015 el Papa Francisco le
encargó la dirección pastoral de la Diócesis de San Diego.
Mons. McElroy ha hablado varias veces en el debate sobre la "coherencia eucarística", al afirmar que
la Comunión no debe negarse a los políticos que apoyan la legalización del
aborto.
Además, a menudo ha criticado lo que considera la elevación del aborto
como una prioridad sobre otras preocupaciones sociales, como la pena de muerte,
el cuidado de los migrantes y el medio ambiente.
En noviembre de 2019, el Obispo generó controversia en la Asamblea
General de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos cuando
objetó el lenguaje en una carta que se publicaría como suplemento del documento
de 2015 "Formando conciencias para ciudadanos
fieles". Se opuso a la frase que afirmaba que "la amenaza del aborto sigue siendo nuestra
principal prioridad porque ataca directamente a la vida misma".
Llamó a esa línea "al menos
discordante" con lo que el Papa Francisco había enseñado, pero no
explicó a qué enseñanza en particular se violaba.
En un ensayo del 5 de mayo de 2021, Mons. McElroy denunció lo que llamó “una teología de indignidad” para recibir la
Eucaristía. Dijo que quienes la practican se centran demasiado en la
disciplina.
El Obispo de San Diego argumentó que la lógica de negar la Eucaristía a
los políticos proaborto constituye una prueba de fuego “extremadamente
expansiva” que “aplica sanciones de manera
muy selectiva e inconsistente”, y que, en su opinión, el aborto está
siendo señalado en detrimento de otros males.
En ese ensayo dijo que "la Eucaristía
nunca debe ser instrumentalizada para un fin político, no importa cuán
importante sea".
"No veo cómo privar de la Eucaristía al
presidente u otros líderes políticos en función de su postura de política
pública, pueda interpretarse en nuestra sociedad como algo más que el uso de la
Eucaristía como arma y un esfuerzo por no convencer a la gente con argumentos,
con diálogo y con la razón, sino, más bien, para someterlos a golpes sobre el
tema", escribió.
Algunos observadores han notado el contraste entre la opinión de Mons.
McElroy, de que no se debe negar la Eucaristía, y la de su ex arzobispo, Mons.
Salvatore Cordileone, quien la semana pasada prohibió que la presidenta de la
Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, reciba la Sagrada
Comunión hasta que se arrepienta de su apoyo al aborto.
Mons. Cordileone explicó que emitió la instrucción sobre Pelosi de
acuerdo con el canon 915 del Código de Derecho Canónico, que establece que “no deben ser admitidos a la Sagrada Comunión los
excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o
declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto
pecado grave”.
La Iglesia enseña que "la cooperación
formal en un aborto constituye una ofensa grave".
“Luego de numerosos intentos para hablar con ella y
ayudarla a entender el grave mal que está perpetrando, el escándalo que está
causando y el peligro en el que pone a su propia alma, he determinado que ha
llegado la hora en la que debo hacer una declaración pública de que ella (Nancy
Pelosi) no debe ser admitida a la Sagrada Comunión”, escribió el Arzobispo de San Francisco el viernes 20 de mayo.
NO RESPONDIÓ A UNA
CARTA QUE PEDÍA INFORMACIÓN SOBRE LA CRISIS DE ABUSOS SEXUALES
En 2016, el investigador Richard Sipe envió una carta a Mons. McElroy en
la que enumeró las acusaciones contra media docena de obispos y advirtió sobre
un problema más amplio de violaciones de la castidad por parte de miembros del
clero.
En su texto, Sipe enumeró las acusaciones contra varios obispos,
incluidos los informes de mala conducta de Mons. John Neinstedt y de Mons.
Robert Brom, el abuso de Mons. Thomas Lyons y de Mons. Raymond Boland, y el
encubrimiento del Cardenal Roger Mahony.
Sipe también dijo que había entrevistado a doce sacerdotes y
seminaristas que describieron actividades sexuales de parte del entonces
Cardenal Theodore McCarrick.
Mons. McElroy dijo que no respondió a esa carta porque la forma en que
fue entregada hizo que Sipe no fuera confiable.
Después de la muerte de Sipe, el Obispo de San Diego dijo que había
expresado su preocupación de que parte de la información pudiera haber sido
inexacta y también de que el investigador no había proporcionado ninguna
evidencia que corroborara sus afirmaciones.
MONS. MCELROY APOYA LA
ORDENACIÓN DIACONISAS Y A LOS CATÓLICOS QUE SE IDENTIFICAN COMO LGBT
En 2019, Mons. McElroy le dijo al National Catholic Reporter que está a
favor de ordenar mujeres al diaconado. "Mi
opinión al respecto es [que] las mujeres deberían ser invitadas a todos los
ministerios o actividades que tengamos que no estén doctrinalmente
excluidas", afirmó.
El Papa Francisco ha pedido a dos comisiones que estudien la cuestión de
un diaconado femenino en la Iglesia Católica.
La segunda fue creada en 2020, luego de la discusión sobre
las diaconisas durante el Sínodo para la Amazonía de 2019.
En febrero de 2021, Mons. McElroy fue uno de varios obispos católicos de
Estados Unidos que firmaron una declaración en oposición a la “violencia, la intimidación o el acoso”
dirigida a quienes se identifican como LGBT.
La declaración dice en parte: “Todas las
personas de buena voluntad deben ayudar, apoyar y defender a la juventud LGBT;
que intentan suicidarse a tasas mucho más altas que sus contrapartes heterosexuales;
que a menudo no tienen hogar debido a familias que los rechazan; que son
rechazados, intimidados y acosados; y que son objeto de actos violentos a un
ritmo alarmante”.
Traducido y adaptado por Eduardo
Berdejo. Publicado originalmente en CNA.
Por: Jonah McKeown
Redacción ACI Prensa
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