DESDE LA SENTENCIA DE 1973, EN EEUU SE HAN PRODUCIDO 64 MILLONES DE ABORTOS
LOS JUECES DEL TRIBUNAL SUPREMO PODRÍAN
MANIFESTARSE SOBRE EL FONDO DE LA CUESTIÓN DEL ABORTO EN EEUU EN BREVE.
Un auténtico tsunami mediático, político y social se ha producido en
Estados Unidos en las últimas horas tras la filtración al conocido medio de información
Politico del borrador inicial de la
Corte Suprema donde se informa que una mayoría de
jueces votaría la anulación de Roe vs Wade, la sentencia judicial de
1973 que impuso el aborto a petición, sin alegar causa, en todos los Estados de
EEUU. Debido a aquel fallo se estima que se han producido desde entonces
unos 64 millones de abortos en el país.
En estos momentos, gracias a los tres nombramientos realizados por
Donald Trump, existe una mayoría conservadora y provida en la Corte Suprema.
Precisamente, este borrador que se ha filtrado lleva la firma
del juez Samuel Alito, nombrado por George Bush, y refleja una
opinión predominante de una mayoría de los magistrados que conforman la Corte.
Este documento, etiquetado como “opinión de la Corte” ataca directamente
los argumentos de la sentencia de 1973, pero también otra posterior de 1992,
conocida como Planned Parenthood v. Casey, que afianzaba aún más el aborto ya
impuesto judicialmente dos décadas antes.
“Sostenemos que Roe y Casey deben ser
anulados”, dice el borrador firmado por el juez Alito, que añade: “Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver el
tema del aborto a los representantes electos del pueblo”.
Además, el texto de Alito añade: “La
conclusión ineludible es que el derecho al aborto no está profundamente
arraigado en la historia y las tradiciones de la Nación”.
Samuel Alito fue designado juez en el mandato de
George W. Bush.
Si finalmente la Corte se manifestara en este sentido, sería cada estado
el que legislase sobre el aborto, lo que provocaría que al no existir ya la
sentencia Roe v. Wade, habría numerosos estados que podrían
restringir enormemente e incluso prohibir el aborto.
En el borrador, especialmente contundente, aparece: “Roe estaba terriblemente equivocado desde el principio. Su
razonamiento fue excepcionalmente débil y la decisión ha tenido consecuencias
perjudiciales. Y lejos de lograr un acuerdo nacional sobre el tema
del aborto, Roe y Casey han inflamado el debate y profundizado la división”.
El borrador, que fue preparado en febrero, trata en realidad el caso 'Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization' y
se refiere a una ley de Misisipi de 2019 que prohíbe
realizar abortos pasados 15 semanas de embarazo, excepto los que reclamen ser "emergencia médica física" o "graves anormalidades fetales".
Durante los últimos años se han aprobado leyes provida en distintos
estados, como la de Misisipi, concebidas precisamente, o al
menos en buena medida, para este objetivo final: neutralizar Roe v. Wade en el
Supremo. Los legisladores estatales preveían un bloqueo
judicial, por lo que sus argumentos estaban concebidos para atacar las grandes
lagunas que presentaba la sentencia de 1973. Con una mayoría provida en la
Corte Suprema era el momento de estrategias de mayor calado que la de una
normativa netamente estatal.
De hecho, Politico asegura en su exclusiva que recibió una copia de
este borrador de una “persona familiarizada con los
procedimientos judiciales en el caso de Misisipi junto con otros detalles que respaldan la autenticidad
del documento”, que consta de 98 páginas.
La publicación norteamericana, de una tendencia política más situada
hacia la izquierda, asegura en su extenso reportaje que cuatro de los
jueces del Supremo, Clarence Thomas, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney
Barret habrían votado con Alito en la reunión celebrada entre los
magistrados después de escuchar los argumentos orales en diciembre. Esa
alineación no se habría movido desde entonces.
Por su parte, los tres jueces designados por los demócratas, Stephen
Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan estarían trabajando en uno o más textos
disidentes. Y lo que no estaría claro, según Politico,
es el voto en última instancia, del presidente del Tribunal Supremo, John Roberts.
En estos procedimientos judiciales los magistrados realizan votaciones
preliminares sobre los casos poco después de la discusión y asignan a un
miembro de la mayoría para que redacte un borrador de la opinión del tribunal,
que es lo que habría hecho Alito. Pero el borrador podría ser más adelante
modificado tras las aportaciones de otros jueces. E incluso podría darse el
caso que un juez cambie al final por completo el sentido de
su voto.
¿A QUIÉN INTERESA ESTA FILTRACIÓN?
La batalla sobre el aborto en Estados Unidos es enorme en estos
momentos. Es una cuestión política de primer orden, pero lo es
también ideológica y especialmente económica. De ahí, la relevancia extrema de una posible revocación de la
sentencia que legalizó el aborto en todo el país.
Una filtración de estas características no tiene precedentes, lo que ha
provocado un gran escándalo en el país, y obligará a una exhaustiva
investigación. De ahí las pertinentes preguntas: ¿a quién interesa
que se conozca? ¿Lo han hecho los
provida o los proabortistas han decidido quemar sus naves para que la opinión
pública presione a algún juez para que se retracte de su opinión inicial?
En Mercatornet, Michael
Cook se manifiesta al respecto: “Parece más
probable que sea alguien del lado ‘pro derecho a decidir’ que del lado provida. El supuesto borrador del juez Alito es cáustico y
severo. Según Politico, describe Roe v Wade como una decisión
‘excepcionalmente débil’ que fue ‘extremadamente incorrecta’ y afirma que ha
tenido ‘consecuencias perjudiciales’ desde un punto de vista legal. Su tono es
‘burlón’ y lleno de ‘florituras retóricas’. Varias veces describe a los médicos
y enfermeras como ‘abortistas’, un término que los grupos de presión a favor
del aborto consideran despectivo”.
En su opinión, “esto seguramente enfurecerá
al lobby a favor del derecho a decidir y estimulará los intentos de
última hora de influir en uno o dos jueces”.
CAUTELA ENTRE LOS PROVIDA
Entre los grupos provida están viviendo estos momentos entre la alegría
contenida de una posible victoria tras décadas de lucha y la cautela, al interpretar esta filtración como una estratagema
de los proabortistas.
Jeanne Mancini, presidenta de la March of Life, considera que “dada
la filtración, la Corte debe emitir un fallo lo antes posible”. A su
juicio, “esta filtración estaba destinada a corromper el
proceso. Es desgarrador que algunos
defensores del aborto se rebajen a cualquier nivel para intimidar a la Corte
sin importar las consecuencias”.
Por su parte, la presidenta de SBA List, Marjorie
Dannenfelser, señala, según recoge CNA: “Si el borrador de opinión hecho público es la opinión final de la corte,
aplaudimos de todo corazón la decisión. El pueblo
estadounidense tiene derecho a actuar a través de sus funcionarios electos para
debatir y promulgar leyes que protejan a los niños por nacer y honren a las
mujeres. Si de hecho se anula Roe, nuestro trabajo será generar consenso
para las protecciones más fuertes posibles para los niños no nacidos y las
mujeres en cada legislatura”.
EL MOVIMIENTO PROVIDA LLEVA AÑOS AVANZANDO EN SU
LUCHA, Y AHORA VE CERCA UNA GRAN VICTORIA.
Mientras tanto, Lila Rose, fundadora de Live
Action, ha hablado a través de Twitter asegurando que “el derecho a matar a un niño no existe. Pero el derecho a la vida es un
derecho humano básico”. “Roe se ha decidido erróneamente desde el día en
que se emitió. Es ilógico y gravemente injusto. Rechazar a Roe sería un paso
importante en la dirección correcta para proteger nuestro derecho fundamental a
la vida. Pero si se emite esta decisión, aún no se ha logrado la verdadera
justicia”, ha agregado.
UN POTENTE ARGUMENTO JURÍDICO
Politico informa de las posiciones de los jueces en este caso, excepto la del
presidente John Roberts, lo cual no es una sorpresa, pues desde hace tiempo se
ha informado de sus dudas al respecto.
En un pasado artículo en The Hill,
la jurista Helen Alvaré, profesora en la Antonin Scalia Law School de la Universidad George Mason (Virginia), ya
aportaba argumentos para ayudar a Roberts a tomar la opción provida en lo que
puede ser una histórica sentencia. Y lo hacía utilizando las
propias razones jurídicas de Roberts en la sentencia Obergefell que declaró constitucional el 'matrimonio' homosexual, a la que él se opuso.
En junio de 2015, Roberts votó junto a Thomas, Alito y Antonin Scalia,
pero fue otro "centrista", Anthony
Kennedy, católico y nombrado por Ronald Reagan, quien dio la espalda a la
lógica constitucional y dio la victoria a los partidarios de la destrucción
legal del matrimonio. En su voto particular contra la sentencia, Roberts
utilizaba un argumento jurídicamente impecable: una
sentencia carece de legitimidad si su decisión por la constitucionalidad de una
ley "tiene poco o ningún vínculo reconocible con el lenguaje o incluso
con el designio de la Constitución".
En efecto, a ninguno de los Padres Fundadores se les pudo ni siquiera
pasar por la cabeza que la institución matrimonial abarcase el compromiso entre
dos hombres o dos mujeres. Por eso Roberts añadía con ironía: "Si estás entre los muchos estadounidenses
partidarios de ampliar el matrimonio a personas del mismo sexo, celebra a tope
la decisión de hoy, pero... no celebres la Constitución, porque no tiene
nada que ver con ello".
Alvaré sugiere a Roberts que aplique este mismo
criterio a Roe v. Wade. Es una consideración
interesante no solo a efectos de la peculiar dinámica jurisprudencial
norteamericana, sino para entender hasta qué punto cambió la mentalidad
respecto al aborto a partir de la Revolución Sexual de los años 60 y 70.
En su voto particular contra el matrimonio gay, Roberts defendía que las
garantías procesales establecidas por la Constitución exigen
que el derecho alegado "esté objetiva y profundamente arriagado en la
historia y la tradición de esta nación" e "implícito en
el concepto de libertad ordenada, de modo tal que, si fuese eliminado, no
habría libertad ni justicia".
Es decir, aplicado al caso del aborto, no puede haber
ningún "derecho" que esté en abierta contradicción con las leyes
adoptadas generalmente por los estados en la época en la que se ratificó la 14ª
Enmienda, que fue a la que se acogieron los jueces en 1973. En aquel
entonces, decidieron -en un argumento tan forzado que aún hoy asombra a muchos
constitucionalistas- que las garantías de la primera sección de la enmienda
sobre el "debido proceso legal" obligado
para cualquier limitación de derechos, se aplicaban al "derecho
a la intimidad" de la madre sobre si continuar o no con su
embarazo.
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