El Papa Francisco presidió la Audiencia General de este miércoles 4 de mayo en la Plaza de San Pedro, un día después de haber sido intervenido por un fuerte dolor en la rodilla.
El Papa Francisco se disculpó ante los fieles por no poder
levantarse de su silla debido a los problemas con su rodilla y esperó poder recuperarse pronto.
Durante los saludos a los peregrinos, el Santo Padre recordó el mes de
la Virgen María y animó a los fieles a “invocar su
intercesión por vuestras intenciones personales, por las intenciones de la
Iglesia y por la paz en el mundo”.
“En Jasna Góra han recordado al beato Cardenal
Wyszyński, que les ha enseñado a confiar en María en los momentos más
difíciles de su historia. Siguiendo su ejemplo, encomienden a la
Virgen el destino de su patria y la paz en Europa”, dijo el Papa Francisco.
“Acabamos de empezar el mes de mayo, que
tradicionalmente llama al pueblo cristiano a multiplicar sus gestos cotidianos
de veneración a la Virgen María. El secreto de su paz y su valor era esta
certeza: ‘nada es imposible para Dios’. Tenemos que aprender esto con la Madre
de Dios; mostremos nuestra gratitud rezando el rosario cada día”, concluyó.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
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