Este martes 31 de mayo, dos voluntarios de AMAVI serán juzgados por la acusación -probablemente falsa- de "increpar" a una mujer que quería abortar en Zaragoza. La mujer testificará en la defensa de los ancianos "que no pueden ni andar" (En la imagen, Margarita Cabrer, presidenta de la organización AMAVI, a la que pertenecen los voluntarios denunciados).
El próximo 31 de mayo tendrá
lugar en Zaragoza el primer juicio contra dos
voluntarios provida desde la reforma del Código Penal que
tipifica como delito "acosar" a
las mujeres que acudan a las clínicas a abortar. Estos fueron denunciados por
la gerente del centro abortista ACTUR,
situada frente al local de la organización provida AMAVI (Amigos de la Maternidad y de la Vida) a la
que pertenecían los voluntarios. Tendrá lugar este martes 31 de mayo, en
el Juzgado de Instrucción nº 8 de Zaragoza, a las
12.10 horas.
AMAVI lleva desde 2013 presente en Badajoz "con
el propósito de ayudar, acoger y formar a las mujeres
embarazadas y adolescentes cuya familia o situación les impide
garantizar el nacimiento y educación de sus hijos". Desde entonces
ha sufrido numerosos y violentos ataques por parte de peatones y colectivos
contrarios al derecho a la vida sin que su actividad se haya paralizado.
Una de sus principales
motivaciones es "defender la vida desde la concepción hasta la
muerte natural", y para ello sus voluntarios se
organizan en grupos de dos, que se sitúan entre su local y la clínica para
ponerse a disposición de las mujeres interesadas en abortar que deseen
información.
Margarita Cabrer, presidenta de
la organización provida, cuenta a Religión
en Libertad que fue la
gerente del centro abortista la que denunció a dos ancianos de 80 y 87 años, "Mari nieves" y José Luis, por supuestamente "increpar" y molestar a una mujer que se disponía a abortar en la clínica.
Según relata Cabrer, la
voluntaria de su organización, Mari Nieves, ofreció un folleto a la cliente de ACTUR y
después esta entró en el abortorio. De lo siguiente se tiene constancia porque
a la propia mujer que iba a abortar le solicitaron, repentinamente, "mil euros por el aborto en lugar de 300".
La mujer abandonó el centro y
acudió al local de AMAVI situado a pocos metros buscando ayuda,
donde la misma Mari Nieves le ofreció ayuda
para tener a su hijo.
"Cuanto
más grande fuese el niño más dinero había que pagar": es lo que le dijeron a la cliente del centro
abortista y que relató posteriormente a los voluntarios de AMAVI una vez en el
local.
Los voluntarios de la
organización afirman que no van "a quedarse
quietos" ante lo que consideran una posible práctica
de abortos ilegales por
exceder estos en el tiempo sin las condiciones necesarias, y el caso de la
subida de precio a esta clienta es solo una de las muchas pruebas que pueden
darse cada semana en las clínicas.
ANTE
UNA PROBABLE DENUNCIA FALSA
Según la denuncia interpuesta por
la gerente a los voluntarios de AMAVI, estos habrían supuestamente "increpado" a la
cliente antes de que entrase a la clínica. Algo que Cabrer
considera "imposible" que
sucediese, máxime cuando la denunciada fue la que posteriormente atendió y consoló a la cliente. Esta ha decidido tener a su
hijo y testificar en defensa de la denunciada.
Por ello, entre otros motivos,
comentó a El Confidencial Autonómico su
convicción de que esta "es una acusación
falsa, con el fin de amedrentar a nuestra entidad y a otras
entidades pro-vida". La denuncia tuvo lugar, además, días antes de que se aprobase la reforma del Código Penal, por lo que los integrantes de AMAVI confían en que ni si quiera los motivos
alegados en la denuncian tengan trascendencia en el juicio que tendrá lugar
mañana, a pesar de que sean de por sí negados por la mujer que renunció a
abortar.
Los denunciados, explica Cabrer, "son tan mayores que ni si quiera pueden andar
una vez se quedan quietos" -tienen 80 y 87 años- y en
ese momento paseaban por la calle con su rosario en mano, en equipos de dos
para tratar de aportar algo de seguridad a su voluntariado pese a su avanzada
edad: tan solo portan folletos informativos para quien se los solicite y redireccionan
a quien le pregunta al local de AMAVI, situado a pocos metros.
Y es que junto con los ataques
legales, los que se oponen al derecho a la vida de los no nacidos no tienen
escrúpulos en agredir físicamente a los voluntarios de AMAVI
así como al local mismo, como ha sucedido en varias ocasiones: "Nos han tirado huevos a la fachada o nos han roto los
cristales: todo ello lo denunciamos a la Policía, no nos
amedrentan ese tipo de actuaciones”.
AMAVI confía
en que el juicio no tendrá mayor repercusión en su actividad y pretenden investigar si se pudiese estar cometiendo abortos ilegales en Zaragoza, así como responder legalmente a
la que confían en que es una denuncia falsa realizada por gerente de la
abortista ACTUR.
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