lunes, 2 de mayo de 2022

137 – MISCELÁNEA

Un profeta es siempre una persona non grata.

En un profeta autentico todo acusa: sus palabras, su silencio y su vida.

Por eso, un profeta es siempre candidato a víctima.

Todos los profetas, desde Juan el Bautista, son víctimas del dominio del instinto sobre la razón, del poder del dinero sobre la pobreza, de la razón de la fuerza sobre la fuerza de la razón.

Emerson había escrito: «El que quiera ser hombre debe ser inconformista»

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