El P. José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, respondió a la pregunta sobre si Judas Iscariote se salvó o no luego de traicionar a Jesús por 30 monedas de plata y suicidarse.
Para comenzar, el sacerdote mexicano hizo una distinción entre
remordimiento y arrepentimiento.
Sobre el primero dijo que es el “sentimiento
de culpabilidad que hace perder la paz interior”, algo que no basta para
arrepentirse porque “puede haber sentimiento de
culpa sin deseo de cambio”.
En un video sobre el tema que publicó en 2021, el sacerdote recordó que,
durante 7 años trabajó pastoralmente con reclusos y dijo que muchos tenían
efectivamente el “sentimiento de culpa pero no
tenían el deseo de cambiar de vida”.
Para recibir el perdón de Dios se requiere no solo la culpa, sino del “arrepentimiento, un propósito de cambio o propósito de
enmienda”. “La culpa no es suficiente”, precisó.
En el arrepentimiento, resaltó, la persona no solo admite la culpa sino
que tiene “el propósito de no volver a incurrir en
lo mismo” porque existe “un pesar por el mal
que se ha hecho y este pesar lleva a un cambio de vida”.
El P. Aguilar precisa que la Biblia solo habla del remordimiento de
Judas. “Si nos quedamos ahí tendríamos que decir que
Judas no se salvó”, indicó.
“Sin embargo, yo quiero abrir una reflexión que
quiero compartir porque he tenido la oportunidad de platicar con personas que
intentaron quitarse la vida y no lo lograron”, prosiguió.
El sacerdote relató que estas personas tenían en común el remordimiento,
algo que “los llevó a una situación de angustia,
miedo, desesperación, que lamentablemente los hizo llegar” al intento de
suicidio.
“Ellos me decían que, en el último momento, cuando
ya estaban colgando de la soga o cuando estaban perdiendo el conocimiento
porque se estaban desangrando, ahí vino un arrepentimiento. Le
dije a Dios: ‘perdóname por lo que estoy haciendo, no quiero ofenderte,
perdóname’”.
El sacerdote recordó entonces el episodio de los ladrones crucificados
junto a Cristo, uno de los cuales, según la Biblia, no se arrepiente, pero el
otro, en los últimos momentos de vida, sí, “y
Cristo le dice ‘yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso’”.
“Eso significa –resaltó
el P. Aguilar– que un arrepentimiento en los
últimos instantes de la vida puede servir para nuestra salvación”
aunque luego toque “pagar un tiempo en el purgatorio”.
Entonces, cuestionó volviendo al traidor: “¿Qué
pasó por la mente de Judas cuando estaba colgando? ¿Habrá tenido simplemente remordimiento o habrá tenido
arrepentimiento? No lo sabemos”.
“Si solamente tuvo remordimiento, pues no se abrió
a la misericordia de Dios que perdona por muy grave que sea el pecado”.
“Si solo hubo remordimiento, no fue Dios el que le negó la
oportunidad de salvarse sino Judas mismo”, aseguró.
El P. Aguilar explicó que “si Judas, en esos
últimos instantes que no conocemos, hubiera elevado su oración a Dios, a
Cristo, y le hubiera dicho ‘perdón’, entonces sí habría tenido la oportunidad de
salvarse”.
El sacerdote mexicano dijo que “si quieres saber si Judas Iscariote se salvó o no, tendríamos que preguntarle a Dios
que es el único que conoce lo que él tuvo en su mente y en su corazón en
sus últimos instantes”.
Para concluir, el P. Aguilar recordó que “por
muy grande que sea nuestro pecado, el tuyo o el mío, no lo hagamos tan grande
que obstaculice el amor y la misericordia de Dios”.
“Si tu pecado es inmenso, la misericordia de Dios
es millones de veces más grande. Basta que pongas lo tuyo: arrepentimiento y
conversión”, sentenció.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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