Con el título “Herboristería biodinámica”, está previsto que los días 23 y 24 de abril se celebre en Poppi (Arezzo) un “curso intensivo teórico y práctico” que tiene como subtítulo “Las plantas medicinales entre el Cielo y la Tierra”. Esta actividad está organizada por el Instituto de Formación APAB (Associazione per l’Agricoltura Biodinamica).
Algunas personas se han
sorprendido al conocer la convocatoria, ya que este curso tendrá
lugar en el Monasterio y Ermita de Camaldoli (Camáldula), un
importante lugar de espiritualidad católica, ya que lleva siglos habitado por los monjes camaldulenses, fundados por San Romualdo.
Precisamente fue el lugar en el que este monje santo estableció su reforma de la Orden de
San Benito en el siglo XI. Este monasterio
destaca también por su antiquísima
farmacia, lo que puede
explicar que haya sido elegido para este evento dedicado a la “medicina natural”.
BIODINÁMICA, UNA
DOCTRINA ESOTÉRICA
Es sobradamente conocido que la “agricultura biodinámica” forma parte de la Sociedad
Antroposófica, fundada por Rudolf Steiner (1861-1925). Junto a la entidad de la que procede
–la Sociedad Teosófica, fundada por Helena P. Blavatsky (1831-1891)–, se trata quizás del movimiento esotérico más influyente en el mundo actual.
Steiner, fascinado por la obra de Goethe, abandonó la Teosofía para
fundar su propia organización, dándole un contenido “espiritual”
más occidental, basándose en sus propias “percepciones”.
Aseguraba haberse encontrado con
Cristo, pero siempre lo entendió desde una clave gnóstica y simbólica, no
cristiana.
LA ALERTA DE UN EX
ADEPTO
Toda esta información está
extraída de un
artículo que ha escrito Luis
Santamaría, investigador que pertenece a la Red Iberoamericana de Estudio de
las Sectas (RIES) y que colabora desde hace años con el GRIS (Grupo de
Investigación e Información Sociorreligiosa) en actividades formativas. El
artículo, en italiano, está disponible en la web del GRIS.
En él se hace eco de un mensaje de correo electrónico que ha escrito un ex adepto de la
Antroposofía a la comunidad camaldulense implicada “para
advertir de la gravedad de la situación, aunque no ha recibido respuesta”.
Este mensaje recuerda a los
monjes que la biodinámica, además de no tener una base
científica, se basa enteramente en nociones místicas y astrológicas.
Mientras que los consumidores a menudo no están informados sobre el origen de
los productos antroposóficos, aquellos que pertenecen a asociaciones/empresas
antroposóficas sí lo están. Los devotos de Steiner
practican lo que es una verdadera “religión”, compuesta por ejercicios,
meditaciones y rituales esotéricos.
Es importante subrayar que la
fe cristiana no tiene nada que ver con la Antroposofía. Los antropósofos no son
católicos ni viven en comunión con la fe de la Iglesia. Creen en la
reencarnación y el karma, y en un camino espiritual para alcanzar la
iluminación y la “clarividencia”, y a menudo omiten los orígenes esotéricos de
lo que venden.
UN PROBLEMA MUY
EXTENDIDO
Por desgracia, es común en
todo el mundo que haya sectas y grupos esotéricos o del movimiento New Age que
intenten (y muchas veces lo consiguen) celebrar encuentros y
actividades en monasterios, casas de espiritualidad y otros centros de la
Iglesia católica.
Esto sucede especialmente en
países con mayor presencia de la Iglesia católica, como Italia y España. Con
ello buscan dos objetivos principalmente: el
primero, reunirse en lugares de gran belleza arquitectónica y riqueza
patrimonial a un precio muy bajo; el segundo: legitimar el propio grupo y sus
actividades. Porque mucha gente piensa que si el
grupo es acogido en un espacio católico, no puede ser malo, e incluso es
aceptable desde el punto de vista católico.
El documento que publicó la
Santa Sede en 2003 –fruto del trabajo conjunto de varios dicasterios– sobre la
Nueva Era, titulado Jesucristo, portador del agua de
la vida, reconoce la situación de la que estamos hablando
y responde de forma clara y breve: “Desgraciadamente,
hay que admitir que en muchos casos algunos centros de espiritualidad
específicamente católicos están comprometidos activamente en la difusión de la
religiosidad de la Nueva Era dentro de la Iglesia. Es necesario corregir esta situación, no sólo para detener la propagación
de la confusión y del error, sino también para que se conviertan en promotores
eficaces de la verdadera espiritualidad cristiana” (en el apartado de “iniciativas
prácticas”, 6.2).
Por eso, ni las
comunidades religiosas ni las parroquias pueden ceder sus espacios a
organizaciones como la Antroposofía, por la gran confusión que pueden provocar en los fieles católicos y en la sociedad en
general. Las sectas aprovechan estos lugares para hacer proselitismo, y desde
la Iglesia no podemos ser cómplices de su actividad dañina.
Secretaría RIES
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