viernes, 8 de abril de 2022

EL AYUNO LOS VIERNES Y DURANTE LA CUARESMA FUE IMPUESTO EN EL AÑO 998 A.D.

Ayuno cristiano es la privación voluntaria, evangélica y solidaria, del consumo de bienes materiales, a imitación del Maestro, por vivencia anticipada del Reino de Dios.

Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net

Mito 18: El ayuno los Viernes y durante la cuaresma fue impuesto en el año 998 A.D. Fue impuesto por Papas que estaban interesados en el comercio de la pesca.

La
práctica de obtener permiso para comer carne, algunas autoridades dicen, comenzó en el año 7OO A.D. Esto está contra la clara enseñanza en la Biblia. (Mat.15:10 1Cor. 10:25; 1Tim. 4:1-3)

REFUTACIÓN:

Veamos ahora la enseñanza de la Iglesia católica que está en consonancia con la auténtica tradición apostólica como es la Didaché.

El ayuno ya se encontraba prescrito en la Didaché o enseñanza de los 12 apóstoles. Sabido es que en ella se nos ha transmitido uno de los primerísimos textos de la literatura patrística. La fama de que gozó en la antigüedad se refleja en las alusiones presentes en otras obras de diversos autores (Pastor de Hermas, Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio, Atanasio...). Entre otras cosas, la Didaché consiste en una colección de instrucciones y de prácticas de la Iglesia primitiva. En los capp 6-9 aparecen instrucciones litúrgicas sobre el bautismo, ayuno y oraciones. Este texto encierra un incalculable valor histórico por las cuestiones que trata y por el tiempo en que se sitúa.

Esto es lo que enseña el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica

1430 Como ya en los profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no mira, en primer lugar, a las obras exteriores "el saco y la ceniza", los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior. Sin ella, las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la conversión interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos visibles, gestos y obras de penitencia (cf Jl 2,12-13; Is 1,16-17; Mt 6,1-6. 16-18).

1438 Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de Cuaresma, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia (cf SC 109-110; CIC can. 1249-1253; CCEO 880-883). Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras).

1969 La Ley nueva practica los actos de la religión: la limosna, la oración y el ayuno, ordenándolos al "Padre que ve en lo secreto" por oposición al deseo "de ser visto por los hombres" (cf Mt 6,1-6. 16-18). Su oración es el Padre Nuestro (Mt 6,9-13).

2043 El cuarto mandamiento (abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón (cf CIC can. 1249-51; CCEO can. 882).

El derecho canónico dice esto en los números 1251-1252
1251:
Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

1252: La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.

En cuanto a que esta práctica "fue impuesta por Papas que estaban interesados en el comercio de la pesca", la verdad es que no he encontrado nada que lo avale en los diversos libros de historia de la Iglesia que he consultado. Gregorio V fue Papa del 996 al 999. No era italiano, sino originario de lo que hoy es la Carincia austríaca. Se mencionan ciertos hechos para el año 998 como la existencia de un antipapa, Juan XVI, a causa de una sedición organizada por Crescencio II Nomentano que logró echar de Roma a Gregorio V. Fue un acto de mucha ingratitud por parte de Crescencio, ya que Gregorio había intercedido por él ante el emperador que lo había castigado con el destierro. Crescencio se nombró entonces patricio y cónsul de los romanos.

El Papa se refugió en Espoleto gracias a la hospitalidad que le ofreció Corrado de Espoleto; el año 997 se dirigió a la Lombardía. Tuvo un sínodo en Pavía en que se excomulgaba a Crescencio. Pero éste no hizo caso sino que promovió la elección del calabrés de origen griego Juan Filagato como antipapa, antiguo arzobispo de Plasencia. El emperador decapitó a Crescencio y mandó a Filagato a la cárcel. Para el año 998 Gregorio pudo volver a Roma. Esto ocurrió entre febrero y abril. El Papa confirió a Gerberto el palio episcopal de Rávena para finales de abril.

En el mes de junio Papa y emperador llevaron a cabo una acción militar contra Cervéteri, ocupada por un pariente de Crescencio, Benedicto II. Pero eso del ayuno por intereses pesqueros de los papas, nada de nada.

En cuanto a la afirmación de que "la práctica de obtener permiso para comer carne, algunas autoridades dicen, comenzó en el año 7OO A.D", quisiera saber qué autoridades son las que lo refieren. El año 700 era Papa Sergio I. Fue un pontífice muy eficaz y enérgico, que de varias maneras supo afirmar la autoridad papal en occidente. El obispo de Rávena dispuso acudir a Roma para recibir la consagración. Sergio dedicó buena parte de sus energías a la Iglesia inglesa: el 689 bautizo a Caedwalla, joven rey de los sajones occidentales; el 693 ofreció el palio a Bertwaldo de Cantórbery; el 700 ordenó que Wilfrido fuera restablecido en la sede de York. El año 693 autorizó la misión en la Frigia (Holanda) de Willibrordo y el 695 le entregó el palio.

El año 700 readmitió Aquilea a la comunión, ya que se había separado de Roma desde el 553 a raíz de la condena de los tres capítulos.

Sergio fue muy resuelto en su autoridad al oponerse a Justiniano II que deseaba que aceptase el concilio Trulano II. Este emperador había reunido para el año 692 una asamblea de obipos para completar los trabajos de los concilios V y VI (de ahí el nombre de "Quinisexto"), pero no había invitado al occidente. Estos concilios, de inspiración oriental, ignoraban los cánones de la ley occidental: eliminaban el celibato eclesiástico, el ayuno el sábado de cuaresma, y querían promover el canon 28 de Calcedonia, rechazado por el Papa, que definía a Constantinopla segunda sede patriarcal después de Roma. Los apocrisarios fueron obligados a firmar las actas del concilio, pero Sergio se negó tanto de firmar como de permitir que los cánones se leyeran aun públicamente.

Justiniano se mostró indignado y quiso recurrir a la violencia: hizo deportar a Constantinopla a los consejeros principales del Papa; envió una delegación para obligar a Sergio a firmar, para que en caso de que aún se negara, lo condujeran prisionero a la capital imperial. Pero las tropas imperiales defendieron al Papa no sólo desde Rávena, sino de toda Italia. Forzaron el lugar donde la expedición de Justiniano se había refugiado, y la
persiguieron, de suerte que Zacarías, que era el protospatario de dicha expedición, se escondió bajo el lecho del Papa. Sergio intercedió para que no dieran muerte a Zacarías. Todo esto constituyó una verdadera lección para Justiniano, de la que no se pudo vengar. Fue destronado el 695 y luego exiliado. Sergio restauró y embelleció muchas iglesias de Roma, como san Pedro, san Pablo, Santa Susana. Fue él quien introdujo el canto del "agnus Dei" en la Misa. Fomentó procesiones en cuatro fiestas marianas: anunciación, dormición, natividad y purificación.

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