lunes, 18 de abril de 2022

122 – MISCELÁNEA

Con Dios no se puede chalanear.

A Dios no se le puede sorprender capciosamente desde la atiborrada palabrería de una oración formalista: «Cuando recéis no charléis mucho como los paganos»

La antesala del encuentro con Dios es el silencio respetuoso y humilde como predisposición para ser recibidos y escuchados.

Solo un corazón recto y sencillo encuentra eco en el corazón siempre recto y sencillo de Dios.

Hay mucha oración complicada – almacenes repletos de ganga espiritual barata – que nace muerta por su insinceridad y verborrea.

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