Por las veces que me aferré al dolor por tenerle miedo a la felicidad.
Por sujetarme a lo que me hacía daño en vez de soltarlo.
Por
no ser libre cuando la jaula estaba abierta.
Por
permitir que me amaran cuando quisieran.
Por dar todo de mí y no querer nada a cambio.
Por malgastar mis lágrimas en lo que no lo merecía.
Por
recoger las migajas que dejaban en mi camino.
Por no verme, no alzar mi cabeza y quedarme estancada.
Por
poner mi vida a un lado y darle prioridad al qué
dirán.
Por
querer ser escultura en las manos de quienes no son
artistas.
Por
tenerle miedo al miedo, por
mis errores, por mis fracasos, por lo que he vivido y lo que me falta aún por vivir.
Créditos
a su autor
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