TRAS 15 AÑOS COMO BRUJA DE LA NUEVA ERA, LUISA LOMELI ADVIERTE DE QUE EN ESTA CORRIENTE SE ABREN PUERTAS AL DEMONIO, MUCHAS VECES SIN SABERLO.
Durante 15 años, la mexicana Luisa Lomeli fue maestra de Feng Shui, una variante New Age de brujería china dedicada a armonizar supuestas
corrientes energéticas similar al Reiki
pero, en lugar de en los cuerpos, en los espacios. Acosada por extraños
sucesos, pronto supo que Dios se valió de otra bruja
para su regreso a la fe.
Luisa Lomeli nació en una familia católica,
recibió el bautismo, la comunión y fue a un colegio acorde a su fe. Una vida
que, como explica a Jaime Duarte, fundador
del Centro de Investigaciones sobre la Nueva Era (CISNE),
contrastaba con la ausencia de vida religiosa en su día a día.
CONSAGRANDO PERSONAS A SATANÁS
No tardó en dar sus primeros pasos en el
ocultismo y la Nueva Era. "Empecé con programación neurolingüística, reiki, sanación y me
hice consultora de Feng shui sanando la tierra y las casas… estaba totalmente metida en el ocultismo",
relata.
De hecho, fue una de las pioneras en introducir el Feng shui en México y
una exitosa maestra de esta disciplina. Desde el principio le reconocían ser
"una excelente bruja". Creía estar ayudando a la gente que acudía a
ella, pero más tarde supo que sucedía lo contrario. "No
te imaginas que estás metiendo a la gente en cosas terribles: estás consagrando la casa y
las personas a Satanás", advierte.
Durante años, un aparente éxito acompañó a Lomeli y las brujas que la
seguían pero a más influencia tenía, más "fracasada"
se sentía. "Gané mucho dinero que
nunca pude disfrutar, pues Satanás se encarga de quitártelo todo y que vivas en la miseria. A veces no tenía ni para
comer, todo era para viajes por todo el mundo y perfeccionar la técnica: me dio
fama y dinero y [el demonio] se encargó de cobrármelo todo".
SIRVIENDO AL DEMONIO "SIN CONTROL"
Luisa, cada vez más "contaminada" por
lo que creía que eran energías negativas llegó a participar en un curso para alcanzar la clarividencia, donde a través de ciertos rituales
podría "obtener poderes, ver más allá de la realidad
y acceder a conocimientos" ocultos.
En una de las sesiones fue víctima del llamado "síndrome de kundalini",
una dolencia que puede ir acompañada de brotes psicóticos, la sensación de entrar y salir de
dimensiones sin control, escuchar voces o tener experiencias
extrasensoriales y también sentía hormigueos continuos.
Aquello no sería nada comparado a lo que comenzaría a pasarle tiempo
después. "Yo era una bruja [...] Me contaminé
completamente. Cuando toqué fondo dejé de trabajar, sufría cosas terribles y a las
3:00 de la noche sentía que algo me atrapaba. Fui ver miles de
brujos y chamanes, pero no encontraba quien me sanara", relata.
UNA BRUJA LE LLEVÓ A LA FE
Hundida, Luisa pidió consejo a otra bruja y esta le recomendó
una "receta" para lograr la
sanación: tenía que acudir a la Iglesia
y pedir que le "impusieran los evangelios en latín".
Hacía años que había abandonado todo lo relacionado con su fe, pero cuando
entró recuerda que sintió "paz y calor".
"Fue algo impactante, no podía parar de llorar y era
muy feliz. Vi que la Eucaristía era un milagro y cuando acabó la
misa me dio miedo salir de la Iglesia. Aquí está realmente Dios", pensó.
Aquel día permaneció horas en la iglesia, comenzó a ir a
misa con frecuencia y más tarde aprendió a rezar el rosario, pero
continuó con sus prácticas, cursos y materiales de la Nueva Era.
"Unos días después volví a sentir hormigueos y
cuando dije que pertenecía a la Iglesia, los demonios empezaron a atacar. Me
pasaron cosas horribles", explica.
SALIR DE LA NUEVA ERA, CASI IMPOSIBLE
Solo entonces fue consciente de que había abierto puertas que nunca
habría imaginado. "Cuando me
confesé, el sacerdote me mandó un rosario que no tenía ni idea de rezar. [Desde
entonces] rezaba siete rosarios diarios, estaba toda la mañana en la iglesia y pasé
años con muchos exorcistas, pero poco a poco empecé a tener mi
corazón en la Iglesia", afirma.
Recuerda, además, que durante su conversión
comenzaron a sucederle "cosas terribles" que más tarde comprendió como una forma del
demonio para que pensase que no tenía que seguir por ese camino.
Hoy, alerta continuamente desde su propio canal de YouTube y en las
entrevistas que concede para que nadie "se meta en eso,
no hay como salir". También se dirige a aquellos que, como ella, se
plantean abandonar las prácticas ocultistas y les aconseja "sacar
todo lo de la New Age fuera de casa. Un
año después yo lo tiré todo", comenta.
Tras "un proceso sumamente
doloroso" desapegándose de una vida consagrada al ocultismo y la
brujería, Luisa alerta a sus seguidores para que no comiencen a involucrarse en este tipo de prácticas y agradece "la recompensa de un Dios que no se deja ganar en
bendiciones", entre
otras la conversión de su familia, el fin de sus ataques espirituales e incluso
el trabajo que consiguió al quedarse sin ninguna dedicación como bruja e
instructora de Feng shui. Actualmente, se dedica al acompañamiento y
asesoramiento de familias desde la fe.
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