El Papa Francisco destituyó este 9 de marzo a Mons. Daniel Fernández Torres como Obispo de Arecibo (Puerto Rico), y nombró como Administrador Apostólico a Mons. Álvaro Corrada del Río, jesuita y Obispo Emérito de Mayagüez.
El comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede no indica razón
alguna sobre la destitución de Mons. Fernández Torres, de 57 años.
Los obispos están obligados a presentar su renuncia al Papa a los 75
años, según establece el canon 401 del Código de Derecho Canónico, la ley de la
Iglesia. Si lo hacen antes, debe haber una razón grave que suele ser por
motivos de salud.
Este 8 de marzo, ACI Prensa, con información de una fuente cercana al
caso, explicó que la destitución del Obispo de Arecibo era inminente.
La destitución estaba originalmente programada para el 9 de marzo. Sin
embargo, la tarde de ayer, en medio de consultas por vía telefónica y correo
electrónico realizadas por esta agencia, el Delegado Apostólico para Puerto
Rico, Mons. Ghaleb Moussa Abdalla Bader, le comunicó al Obispo de Arecibo que
la decisión de la Santa Sede quedaba temporalmente suspendida.
Según Mons. Bader, la destitución quedaría detenida hasta que el Papa
Francisco concluyera sus ejercicios espirituales de Cuaresma, el 11 de marzo, y
pueda recibir en audiencia en el Vaticano al Obispo de Arecibo.
POCAS HORAS DESPUÉS, LA DESTITUCIÓN DEL PRELADO FUE
PUBLICADA POR EL VATICANO.
Aunque la Santa Sede no ha hecho público el motivo de la destitución,
ACI Prensa pudo conocer que al menos dos razones llevaron a que el Vaticano
tomara esa decisión.
La primera fue la inicial negativa del Obispo de Arecibo a trasladar a
los seminaristas de su Diócesis, actualmente en formación en la Universidad de
Navarra (España), al nuevo Seminario Interdiocesano de Puerto Rico, aprobado
por el Vaticano a inicios de marzo de 2020.
El otro factor fue la defensa del
Obispo de Arecibo del derecho a la objeción de conciencia de los fieles católicos ante la vacunación
obligatoria en un comunicado publicado el 17 de agosto de 2021, siguiendo las orientaciones difundidas más de medio año antes
por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede.
Mons. Fernández Torres se negó días después a firmar un comunicado
conjunto de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña que aseguraba
que “hay un deber de vacunarse y que no vemos cómo
pueda invocarse una objeción de conciencia desde la moral católica”.
En el polémico comunicado del Episcopado de Puerto Rico, sin la firma
del Obispo de Arecibo, se solicitó que los católicos no vacunados “se abstengan de participar en las demás actividades
comunitarias presenciales de las iglesias”.
Tras las quejas del Episcopado, el Delegado Apostólico para Puerto Rico,
Mons. Ghaleb Moussa Abdalla Bader, solicitó directamente la renuncia a Mons.
Daniel Fernández Torres, que se negó a firmar por razones de conciencia.
Poco después, el Obispo de Arecibo fue llamado al Vaticano, pero el Prelado
no consideró conveniente realizar ese viaje en medio de la crisis de salud por
la pandemia de COVID-19.
Nacido en Chicago (Estados Unidos) en 1964, Mons. Daniel Fernández
Torres fue ordenado sacerdote de la Diócesis de Arecibo a los 30 años, en 1995.
En 2007, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI lo nombró Obispo Auxiliar de
la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, liderada entonces y actualmente
por Mons. Roberto Octavio González Nieves. Tres años más tarde fue designado
como Obispo de Arecibo.
Mons. Daniel Fernández Torres ha sido la voz más crítica en la Iglesia
en Puerto Rico contra la ideología de género, exigiendo en
2020 a Pedro Pierluisi, actual gobernador de la isla, que
frene la imposición de esta agenda.
En 2021, Mons. Fernández Torres advirtió
que la imposición de la ideología de género es una “persecución
religiosa” y un atropello al derecho de los padres a educar a sus hijos
de acuerdo a sus convicciones.
El caso de Mons. Daniel Fernández Torres presenta notables semejanzas al
del fallecido Obispo de Ciudad del Este en Paraguay, Mons. Rogelio Livieres
Plano, cesado en el
cargo por el Papa Francisco el 25 de septiembre de 2014.
Mons. Livieres Plano, miembro del Opus Dei, dirigía una de las diócesis
más florecientes de Paraguay, con uno de los seminarios más exitosos en
vocaciones y formación sacerdotal.
La Santa Sede destituyó a Mons. Livieres Plano tras una visita
apostólica en medio de acusaciones de falta de colegialidad, y a causa de su
negativa a firmar su renuncia por razones de conciencia.
El Prelado paraguayo falleció
casi un año después de su destitución, el 14 de agosto de 2015, a causa de una
afección al hígado.
OBISPO
DESTITUIDO POR EL PAPA FRANCISCO: SOY BIENAVENTURADO POR SUFRIR PERSECUCIÓN
El Obispo de Arecibo (Puerto Rico), Mons. Daniel Fernández Torres,
destituido por el Papa Francisco este 9 de marzo, aseguró que se siente “bienaventurado por sufrir persecución y calumnia”.
En una carta
publicada poco después de que la Oficina de Prensa de la Santa Sede
anunciara la decisión del Papa, Mons. Fernández Torres aseguró que “hoy puedo tener la frente en alto y aún siendo
imperfecto y pecador, saber que he hecho lo correcto y eso me da mucha paz
interior”.
“Me conforta además el significado en hebreo del
nombre Daniel, que providencialmente recibí en mi bautismo, ‘Dios es mi juez’”,
expresó.
Con información de una fuente cercana al caso, ACI Prensa señaló el 8 de
marzo que la destitución del Obispo de Arecibo, de 57 años, era inminente.
Los obispos están obligados a presentar su renuncia al Papa a los 75
años, según establece el canon 401 del Código de Derecho Canónico, la ley de la
Iglesia. Si lo hacen antes, debe haber una razón grave que suele ser por
motivos de salud.
La destitución estaba originalmente programada para el 9 de marzo. Sin
embargo, la tarde de ayer, en medio de consultas por vía telefónica y correo
electrónico realizadas por esta agencia, el Delegado Apostólico para Puerto
Rico, Mons. Ghaleb Moussa Abdalla Bader, le comunicó al Obispo de Arecibo que
la decisión de la Santa Sede quedaba temporalmente suspendida.
Según Mons. Bader, la destitución quedaría detenida hasta que el Papa
Francisco concluyera sus ejercicios espirituales de Cuaresma, el 11 de marzo, y
pueda recibir en audiencia en el Vaticano al Obispo de Arecibo.
Pocas horas después, la destitución del Prelado fue
publicada por el Vaticano.
El Papa Francisco nombró como Administrador Apostólico a Mons. Álvaro
Corrada del Río, jesuita y Obispo Emérito de Mayagüez.
Aunque la Santa Sede no ha hecho público el motivo de la destitución,
ACI Prensa pudo conocer que al menos dos razones llevaron a que el Vaticano
tomara esa decisión.
La primera fue la inicial negativa del Obispo de Arecibo a trasladar a
los seminaristas de su Diócesis, actualmente en formación en la Universidad de
Navarra (España), al nuevo Seminario Interdiocesano de Puerto Rico, aprobado
por el Vaticano a inicios de marzo de 2020.
El otro factor fue la defensa del Obispo de Arecibo del derecho a la
objeción de conciencia de los fieles católicos ante la vacunación obligatoria
en un comunicado publicado el 17 de agosto de 2021, siguiendo las orientaciones
difundidas más de medio año antes por la Congregación para la Doctrina de la Fe
de la Santa Sede.
Mons. Fernández Torres se negó días después a firmar un comunicado
conjunto de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña que aseguraba que “hay un deber de vacunarse y que no vemos cómo pueda
invocarse una objeción de conciencia desde la moral católica”.
En el polémico comunicado del Episcopado de Puerto Rico, sin la firma
del Obispo de Arecibo, se solicitó que los católicos no vacunados “se abstengan de participar en las demás actividades
comunitarias presenciales de las iglesias”.
La Santa Sede solicitó al Obispo de Arecibo renunciar al cargo, pero
este se negó por razones de conciencia.
En su carta de este 9 de marzo, Mons. Daniel Fernández Torres lamentó “que en la Iglesia donde se predica tanto la
misericordia, en la práctica algunos carezcan de un mínimo sentido de la
justicia”.
“A mí no se me ha hecho ningún proceso, ni se me ha
acusado formalmente de nada y sencillamente un día el Delegado Apostólico me
comunica verbalmente que de Roma se me pedía la renuncia. Se sustituye ahora a
un sucesor de los apóstoles sin emprender ni siquiera lo que sería un proceso
canónico deberoso para destituir a un párroco”, dijo.
El Prelado reveló que la Santa Sede le informó
“que no había cometido ningún delito pero que supuestamente ‘no había sido
obediente al Papa ni había tenido la suficiente comunión con mis hermanos
obispos de Puerto Rico’”.
“Se me sugirió que si presentaba la renuncia a la
diócesis quedaría al servicio de la Iglesia por si en algún momento me
necesitaban en algún otro cargo; oferta que de hecho demuestra mi inocencia.
Sin embargo, no renuncié porque no quise hacerme cómplice de una acción del
todo injusta y que aún ahora me resisto a pensar que pueda ocurrir en nuestra
Iglesia”, manifestó.
Mons. Fernández Torres destacó que “esta
experiencia personal, por otro lado, me ha ayudado a darme cuenta de un modo
nuevo de la grave responsabilidad que tenemos todos los obispos en el gobierno
de la Iglesia que es apostólica y no piramidal, sinodal y no autocrática”.
“Creo que por bastante tiempo muchos obispos hemos
estado observando preocupados lo que ocurre en la Iglesia y nos hemos resistido
a creer lo que está pasando. Hoy más que nunca debemos recordar nuestro llamado
a ser profetas”, señaló.
“Son tiempos difíciles, pero no perdamos la
esperanza”, alentó.
Mons. Daniel Fernández Torres nació en Chicago (Estados Unidos) en 1964,
y fue ordenado sacerdote de la Diócesis de Arecibo a los 30 años, en 1995.
En 2007, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI lo nombró Obispo Auxiliar de
la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, liderada entonces y actualmente
por Mons. Roberto Octavio González Nieves. Tres años más tarde fue designado
como Obispo de Arecibo.
Mons. Daniel Fernández Torres ha sido la voz más crítica en la Iglesia
en Puerto Rico contra la ideología de género.
En su carta, el hoy Obispo Emérito de Arecibo expresó su alegría por “cuanto hemos podido hacer juntos desde la diócesis de
Arecibo, en estos casi doce años, en la pastoral juvenil y vocacional, en la
lucha por la dignidad del amor humano, la familia y el respeto a la vida”.
Además, destacó el trabajo realizado “en la
libertad de la Iglesia frente a las injerencias políticas, en la formación de
sacerdotes santos y en haberle regalado una ‘Casa’ a la Virgen en nuestro
Santuario diocesano”.
“Si por procurar ser fiel a Dios se me sustituye en
el cargo, vale la pena, pues como obispo puedo ser útil a la Iglesia con mi
propio testimonio”, expresó.
Hacia el final de su mensaje, Mons. Fernández Torres reiteró su “comunión en la fe católica, con el Papa y mis hermanos
en el episcopado, a pesar de mi perplejidad ante una arbitrariedad
incomprensible”.
“Y si, de aquí en adelante, puedo servirles en
algo, declaro mi plena disponibilidad”, dijo.
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
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