Cuentan los pobladores de Carquín, que un día un trabajador fue a pescar a un lado de la playa llamado El Potrero.
Entre las
peñas había unos boquerones y en uno de ellos se notaba algo raro, que se
movilizaba. El pescador comenzó a seguir al extraño que ingresó poco a poco al
fondo del boquerón. Su familia lo creía ahogado porque encontró solamente su
canasta y anzuelo.
Después
de algunos años el pescador apareció envejecido, canoso y con una barba crecida
Comenzó a contar lo sucedido a su familia, en el sentido, que entró al boquerón
porque le llamaba una mujer.
En ese
lugar había mujeres hermosas, con cabellos rubios, largos y lindas siluetas,
que no lo dejaron regresar. A la entrada había dos fieras que cuidaban, hasta
que éstas se quedaron dormidas y entonces logró escapar. Terminado de contar lo
que le ocurrió, a los tres días dejó de existir.
Tradición oral recogida por: Sarita Laos Muñoz.
Fuente: Mitos y leyendas de Huacho y distritos aledaños. 2017.
Compilador: Samuel Cornelio Abad.
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