Presentamos varios consejos para que el Señor nos colme con su gracia mientras vivimos el ayuno, la oración, la limosna y el ofrecimiento de obras
Por: Redacción de ACIprensa.com | Fuente: ACI
Prensa
El sacerdote, escritor y funcionario de la
Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus, compartió algunos
consejos para vivir las 3 dimensiones fundamentales de la Cuaresma: el ayuno, la oración y la limosna.
En una columna publicada en CNA Deutsch -agencia alemana del Grupo ACI-, el presbítero
indicó que los cristianos "no somos maestros
yogis que deban realizar prácticas ascéticas exigentísimas” en los 40
días de preparación para la Pascua.
Por el contrario, precisó, “somos discípulos de Jesús que debemos experimentar la
pobreza espiritual y a veces material, para dejar así que el Señor nos
gratifique”.
Aquí presentamos varios consejos de Mons.
Kolfhaus para que el Señor nos colme con su gracia mientras vivimos el ayuno,
la oración, la limosna y el ofrecimiento de obras.
1.
AYUNO
En lo referente al ayuno, dijo, “no se trata solo de lo que se refiere a la comida”, sino
también a “la renuncia de la televisión, celular y
radio, a dejar de usar el auto privado para subirnos al transporte público”.
No obstante, el sacerdote aseguró que el
abstenerse de alimentos tiene un “significado
especial” en la Sagrada Escritura.
“Jesús mismo ayunó 40 días
en el desierto hasta sentir hambre. Tampoco nosotros deberíamos asustarnos con
la Cuaresma, con el sentir hambre, pues a través de este ofrecimiento, tal como
promete el Señor, podemos hacer que nuestra oración produzca muchos más frutos”,
detalló.
Además, aseguró que el ayuda “puede tomar diversas formas” como una sola comida
fuerte y dos pequeños refuerzos (es la prescripción cuaresmal de la Iglesia
para el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo), comer solo pan y agua (o tal
vez frutas y verduras) o esperar hasta la noche para tomar una comida fuerte.
“Por supuesto, la renuncia
a las golosinas y dulces, al café y el alcohol son ofrecimientos que le hacen
bien a la salud corporal, y que a veces pueden significarnos mayor dolor que el
ayuno propiamente”, añadió.
2.
ORACIÓN
El presbítero indicó que la oración es “punto central” de este tiempo de preparación para
la Pascua, entendiendo oración como “encuentro
personal con Dios”.
Por tal motivo, recomendó levantarse 10 minutos
antes para comenzar el día con Dios en oración; visitar cada día, al menos de
forma breve, una iglesia y adorar el Santísimo; rezar el Rosario diariamente o
el Vía Crucis los días viernes; y agradecer a Dios cada día incluso en los
momentos difíciles.
Asimismo, para estar mejor preparados para orar,
alentó a colocar sobre el escritorio una imagen de Jesús o un crucifijo para
tener al Señor siempre presente; leer diariamente las Sagradas Escrituras
memorizando versículos; y leer un buen libro espiritual antes de irnos a
dormir.
3.
LIMOSNA
“Bajo la idea de limosna
entendemos las buenas obras que hacemos por los demás. La cuaresma es una
escuela activa de amor al prójimo”, explica
Mons. Kolfhaus.
En ese sentido, exhortó a hacer una buena obra
cada día. Por ejemplo, rezando por las víctimas de las guerras y catástrofes
naturales; dando limosna al mendigo o donando objetos que sean importantes y
valiosos.
Mons. Kolfhaus también se refirió a la donación
de tiempo, es decir, separar tiempo en el día para conversar con algún vecino,
llamar a antiguos conocidos, escribir cartas o ser paciente con colegas de
trabajo.
OFRECIMIENTOS
O MORTIFICACIONES
Según Mons. Kolfhaus, Nuestro Señor Jesús, “quien estuvo sediento en la Cruz, puede ser consolado
por nosotros, cuando le ofrecemos nuestro amor, manifestándoselo al cargar con
nuestra propia Cruz”.
“No se trata de grandes
sufrimientos o dolores, sino de grandes manifestaciones de amor. Más importante
que la ofrenda en sí son el amor y la confianza”, destacó.
El presbítero sostuvo que durante esta Cuaresma,
los fieles pueden “cargar su cruz” soportando
pacientemente las enfermedades o los problemas.
Indicó, además, que uno puede ser creativo con
los ofrecimientos, por ejemplo, no hablando mal de los demás, ducharse con agua
fría, renunciar a comidas o bebidas que gustan, subir las escaleras en vez de utilizar
el ascensor.
En la vida religiosa, Mons. Kolfhaus destacó
algunas opciones como hacer recorridos largos a pie rezando el Rosario, rezar
de rodillas, rezar abriendo los brazos o hacer peregrinaciones cortas a pie.
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