Desde la Catedral San Pedro Apóstol, el Obispo de Matagalpa (Nicaragua), Mons. Rolando José Álvarez, señaló cómo las tres tentaciones del demonio a Cristo en el desierto siguen siendo utilizadas por el maligno para tentar al hombre en la actualidad.
El 6 de marzo, Mons. Álvarez dijo en su homilía que el demonio o
tentador, “que conoce de las codicias, las
ambiciones, el orgullo y la vanidad”, está presente y al acecho en la
actualidad; y aseguró que las tres tentaciones
que el demonio uso contra Cristo durante
los 40 días que pasó en el desierto, son “como una
síntesis de las tres grandes tentaciones de la humanidad”.
A continuación,
presentamos las tres tentaciones del demonio a Jesús en el desierto y que nos
siguen afectando en nuestros días:
1. LA TENTACIÓN DEL “TENER”
Esta se manifiesta “cuando el tentador
propone convertir las piedras en pan”, y se nos tienta a “pensar que los bienes materiales pueden llenar el
corazón del hombre: ‘tener’ en lugar de ‘ser’”, dijo el Obispo.
“Tener bienes materiales a cualquier costo o precio,
aún de la propia consciencia o dignidad, llega a ser una necesidad, un vicio
adictivo. Para el que no tiene límites de almacenar en sus graneros, el tener
se vuelve en su droga sin la cual no puede vivir”, y bajo esta lógica “cada quién podría ponerse
su propio precio”, dijo. “¿Por cuánto te has
vendido? ¿por cuánto has vendido a tu hermano?”, cuestionó.
Mons. Álvarez dijo que si bien “el pan es
importante, la libertad es más importante, pero lo más importante de todo es la
fidelidad constante y la lealtad a los principios jamás traicionados”.
Entonces, “cuando no se respeta esta
jerarquía de los bienes, si no que se invierte, ya no hay justicia, ya no hay
preocupación por el hombre que sufre, sino que se crea desajuste y destrucción,
caos y anarquía, se entra en el reino de la arbitrariedad”, explicó.
“Cuando a Dios se le da una importancia secundaria,
que se puede dejar de lado temporal o permanentemente en nombre de asuntos
supuestamente más importantes, entonces fracasan precisamente esas cosas
presuntamente más importantes”, agregó.
Con esta tentación “está en juego la
primacía de Dios”, porque “no se puede
gobernar la historia con meras estructuras materiales, prescindiendo de Dios o
utilizando el nombre de Dios en vano”, advirtió.
“Aún las estructuras más sofisticadas, si no nacen
de un corazón nuevo y arrepentido, se vuelven las más injustas e intolerantes.
Si el corazón del hombre no es bueno, ninguna otra cosa puede llegar a ser
buena y la bondad del corazón solo puede venir de Aquel que es la bondad misma,
el bien”, subrayó.
2. LA TENTACIÓN DEL “PODER”
Se manifiesta “cuando el tentador ofrece
dominar la creación a cambio de un acto de adoración. Se trata de la tentación
del poder sobre los reinos de la tierra, el poder sobre el servir”, dijo.
Mons. Álvarez dijo que “el tentador ofrece
el dominio sobre el otro. ¿Cuál es tu reino? ¿Que grande o pequeño puede ser? No
importa, lo que vale aquí es: ‘Mando yo’, ‘Aquí se
hace lo que yo diga’”.
Explicó que “esas expresiones indican que no
se tienen límites y se domina la creación destruyendo, arrasando la propiedad,
las fronteras, llegando a ilimitados poderes irracionales que llegan a
avasallar y destruir al mismo hombre”.
“Esta es la ley del más fuerte que tiene su raíz en
la filosofía sofística ¿A quién adoras para alcanzar ese poder en tu reino?,
¿quién te lo ha dado? Si el poder que tienes viene de Dios, entonces tu poder
será el servicio. Si tu poder no viene de Dios, entonces tu poder será la
muerte”, subrayó.
3. LA TENTACIÓN DEL “PLACER”
Esta es “la tentación de la espectacular
caída desde el alero del templo, la ambición, el éxito fácil y cómodo sobre el
esfuerzo del día a día”, dijo Mons. Álvarez.
El Prelado
observó que aquí “el tentador cita la Sagrada
Escritura para hacer caer a Jesús en la trampa. El tentador muestra ser un gran
conocedor de las Escrituras, se presenta como teólogo”.
Al respecto, afirmó que “hoy se pretende
someter la Palabra de Dios a visiones pseudo ideológicas. Se pretende
instrumentalizar a intereses particulares o personales”.
Esta tentación “es la pretensión de callar a
Dios y suplantarlo con todos los placeres, con el hedonismo, dejando nuevamente
de existir los límites. Después del pan hay que ofrecer algo sensacional. Pan y
circo o las migajas del rico Epulón”, señaló.
Sin embargo, recordó que “en la lucha contra
Satanás ha vencido Jesús” y que “la gloria
de Cristo, humilde y dispuesta a sufrir, la gloria de su amor no ha
desaparecido, ni desaparecerá”.
“Frente a la divinización fraudulenta del poder, de
la ambición, de la avidez de dinero. Frente a la promesa mentirosa de un
futuro, que a través de los poderes temporales garantiza todo a todos. Él
contrapone la naturaleza divina de Dios”, observó.
Sin embargo, “Dios como auténtico bien del
hombre, frente a la invitación de adorar el poder, el Señor pronuncia unas
palabras: ‘Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo darás culto’”, agregó.
Finalmente, Mons. Álvarez pidió recordar que “Jesús
ha entrado en el drama humano, en la pobreza humana, desciende a los peligros
que acechan al hombre y por eso va al desierto”; y llamó a sus
compatriotas a unirse en oración en esta Cuaresma para vencer al mal de la mano
de Dios.
“Nicaragua, pidámosle a Jesús que no nos deje en el
desierto y que no nos dejemos vencer por el demonio, antes bien vencer el mal
con la fuerza indestructible del bien. Así sea”, concluyó.
POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa
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