Cuando un pingüino macho se enamora de un pingüino hembra, busca la piedra perfecta en toda la playa para regalársela.
Cuando
finalmente la encuentra, él se inclina y coloca la piedra justo frente a ella.
Si ella
toma la piedra, significa que acepta la propuesta.
Una vez
al año se reúnen en el mismo lugar, lo que se llama la parada nupcial.
Cada uno
memoriza tan bien el canto del otro que, tras meses de separación consiguen
localizarse.
El
cortejo es todo un ritual.
-Cuando
un macho corteja a una hembra infla su pecho e inclina la cabeza hacia atrás y
ambos empiezan a emitir fuertes sonidos parecidos a un rebuzno agudo.
Se pueden
gritar mutuamente por horas.
Muchos
llaman a estos cantos “la canción del corazón”, ya
que cuando una pareja de pingüinos se une es para toda la vida.
Son
una de las especies más fieles.
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