(continuación de ayer)
DESHOJANDO LA MARGARITA
Por: P. Horacio Bojorge S.J. | Fuente: Clínica del
Buen Amor
5.-
MARCELA
DESHOJANDO LA MARGARITA
Marcela se pregunta si su actual novio la quiere
de veras
Emprendemos con ella un camino de discernimiento.
1. HOLA PADRE.
Al ver las historias que publica en el Blog del Buen Amor y sus consejos pensé
en Ud. para que pueda orientarme en medio de la situación que estoy pasando.
En este último tiempo noté que espero de las personas cosas que ellas no
siempre me dan y que eso es causa de mis decepciones. Así planteado parece un
problema fácil de solucionar: tendría que limitarme a no esperar nada de los
demás y así no sufriría más desilusiones. Pero: ¿qué
es lo que yo espero? Espero que los demás sean conmigo como yo soy con
ellos, espero recibir el mismo trato que doy a los demás. Y yo no trato a los
demás de tal o cual forma para conseguir un cierto "resultado"
a mi favor, sino que busco ser atenta y cariñosa con todos, sobre todo
con las personas que quiero. Y es aquí donde se podría decir que empieza mi
problema.
Yo trabajo y además estudio en la universidad; sirvo en mi comunidad desde
distintos lugares. Actualmente estoy de novia con una persona que, como yo
sirve, en su comunidad en todo lo posible, y a veces parece que hiciera más de
lo que puede.
NECESIDAD DE SENTIRSE QUERIDA
Hoy descubro que en mis relaciones, ya sea de amigos, y sobre todas las cosas,
mis noviazgos, traté de cubrir esa necesidad, lícita o no, de SENTIRME querida. Yo sé que hay mucha gente que me
quiere, pero una cosa es SABERLO y otra muy
distinta, al menos para mi, es EXPERIMENTARLO.
Mi novio se llama Gabriel y al igual que yo, quiere formar una familia
cristiana. El no tiene nada que ver con los otros novios que tuve antes. Es una
persona con mucho empuje y con la que tengo en común el trabajo dentro de la
comunidad. Él es de otra parroquia, pero entre otras cosas, lo que me gusta de
él es que entiende qué es para mi servir a Dios porque él mismo lo hace.
Mis novios anteriores estaban muy pendientes de mí y cada vez que algo me hacia
sentir mal, ellos procuraban consolarme. También les gustaba compartir todo el
tiempo que fuera posible y eran muy complacientes conmigo, eso es algo que
descubrí hace poco. Gabriel no es complaciente y de alguna manera me pone
límites en el sentido de que él no me dice que sí a todo, de que no pasa todo
el tiempo posible conmigo, que no siempre trata de consolarme cuando me siento
herida. Esto me confunde. Quiero que me demuestre que me ama con hechos y con
palabras. Claro que él lo hace, pero no de la forma que quisiera. Sus múltiples
actividades parroquiales le insumen buena parte de la semana.
A él lo conocí a través de mi confesor. Gabriel vino a la parroquia a hacer
unos trabajos durante la remodelación del templo. La familia de Gabriel tiene
una empresa familiar. Él y su padre son herreros y trabajan en ella. Además de
su ocupación, él es catequista, está al frente del coro de su parroquia, y
siempre está pendiente de si falta algo por hacer. Él es muy apreciado por su
comunidad.
NO ME DA TODO EL TIEMPO QUE
ME GUSTARÍA
El problema con mi novio es que no me da todo el tiempo que me gustaría, que es
lo que recibía de mis novios anteriores. Sí, son odiosas las comparaciones.
Pero no sé si tengo derecho a pedir a mi novio más atenciones que las que
recibo. Con él paso unas pocas horas a la semana. Y todo porque si no soy yo
quien no tiene tiempo, es él. Ahora que el año se está terminando trato de no
tomar más responsabilidades para tratar de tener más tiempo libre.
No es que quiera simplemente pasar el rato con alguien que me gusta, sino que
también trato de conocer mejor a mi novio para descubrir si es él o no la
persona indicada para formar la familia que quiero entregar a Dios.
Pero parece que mi novio no ve las cosas así. Varias veces le hice estos
planteos pero su respuesta fue que él tiene muchas responsabilidades. Y en otra
ocasión, me dijo que cuando se casara va a dedicarse de lleno a su esposa. Pero
con este ritmo de vida que lleva no sé si será capaz de cambiar. Hasta estoy
empezando a preguntarme por qué se llena de obligaciones.
Ya hubo una separación y Marcela le pidió que volviera.
A causa de mi malestar, él me pidió pasar un tiempo solo para pensar.
Estuvimos separados varias semanas y volvimos a juntarnos porque yo se lo pedí.
Me dijo que si no creyera que yo puedo ser su esposa no estaría conmigo, que si
no me amara nunca hubiera vuelto, pero siento que yo soy la última persona en
su vida.
Hoy en día con lo populares que son los celulares y el acceso a internet se
pueden acortar distancias con el chat y con los mensajes de texto. Cuando sólo
éramos conocidos no pasaba un sólo día sin que nos pusiéramos en contacto. Hoy,
a casi 9 meses de relación, hay ocasiones en las que puede pasar varios días
sin decirme nada.
Me pregunto si es posible de que se olvide de su novia entre tantas actividades
que le insumen toda su atención. Si se acordara de mí, ¿no
tendría al menos la delicadeza de decirme que está bien, de preguntarme cómo me
fue durante el día, a pesar de que está muy ocupado? ¿O yo soy muy exigente?
Esta situación me desconcierta. Hay veces en la que me siento abandonada por
él.
Espero haber planteado claramente lo que me está pasando y que pueda ayudarme.
Marcela
QUERIDA MARCELA:
Está muy clara tu carta.
Quizás los noviazgos anteriores te crearon un hábito de relacionamiento
con los novios que ante otro tipo de relacionamiento con tu actual novio, te
desconcierta.
Quisiera saber una cosa: Con tu novio actual ¿oran
juntos? ¿Lo hacías con tus novios anteriores?
Sin ánimo de darte una receta como respuesta, me atrevo a invitarte a
que medites el relato del Génesis acerca de la creación de Adán y Eva y ores
pidiendo luz para entender y discernir bien.
Lo que yo veo en la Sagrada Escritura es que Adán trabajaba en el Paraíso. Y
que después del pecado original, su misión siguió siendo la del trabajo, aunque
ahora fatigoso y lacerante por los cardos y espinas. Veo también que apenas
creado, antes de que el Señor creara a Eva para que fuera su auxilio, Adán
tenía a Dios como su primera y única relación. Es decir que Adán era un ser
religioso antes que convertirse en un ser social. Y que se convirtió en un ser
social gracias a la creación de Eva, pudiendo ser primero esposo y luego padre
de los hijos que Eva le fue dando.
Veo también que no fue creado Adán para Eva, sino que Eva fue creada para Adán.
Veo que Adán al despertar del sueño, la miró y la reconoció como carne de su
carne y huesos de sus huesos.
Veo que Adán fue amasado del barro y se le sopló un espíritu en la nariz.
Mientras que Eva fue creada de carne humana, una materia ya animada por el
soplo.
Veo que Eva no fue amasada, sino, como dice el texto: construida (como una
casa, un templo, una ciudad) y por eso hecha habitable, acogedora física, anímica,
espiritualmente. Adán era el jardinero del paraíso y luego del pecado, el
labrador de la tierra. Eva era la amiga del jardinero, la madre de los hijos
para que el jardinero tuviera hijos y no estuviera solo. Ella era una primera
compañía, pero su misión era multiplicar los hijos y la vida, para darle a
Adán, como don de su amor de esposa, una familia, una ciudad, una nación.
Luego del pecado ella quedó herida en sus amores esponsal y materno, por el
temor a los males que le podían venir del esposo, herido por el pecado
original, que podía dominarla, traicionarla, morírsele, no entenderla o... ser
simplemente varón y no mujer. Y también de los dolores y sufrimientos que le
podían ocasionar los hijos.
Me parece ver que en este momento lo que te atormenta más es no saber. No saber
si tu novio actual te quiere verdaderamente. Es decir, la duda. Y para tratar
de salir de tu duda, comparas el comportamiento de tu novio actual con los
anteriores. Y como ves tantas diferencias, eso aumenta tus dudas.
Pero me pregunto si ese deseo de ser atendida y tenida en cuenta no es parte de
tu herida de hija de Eva y un reclamo de que tu novio sea para ti y no tú para
tu novio. Y también me pregunto si, aún sin darte cuenta, y aunque te parezca
que eres amable sin ánimo de comprar el amor de los demás con amabilidad,
cuando te declaras decepcionada por la falta de correspondencia, no se está
poniendo de manifiesto que esperabas conseguir el amor dando amor.
Ahora intercalo una anécdota: Me contaba alguien que hoy es ya mayor y ha
criado una familia numerosa, que cuando él era joven, era un activista católico
formidable. Profesor y celador en un colegio católico, metido en una editorial
católica que él mismo dirigió, viajó a Garabandal para las apariciones marianas
que difundió en la Argentina, estuvo en Madrid y en Roma con el famoso padre
Menvielle, a cuyo grupo de jóvenes apóstoles pertenecía. Conoció a su esposa en
una conferencia que daba informando acerca de Garabandal.
Y me decía que, cuando se casó, se dedicó a su familia. Y sus amigos vinieron
un día a la puerta a reclamarle que por qué se estaba retirando de la acción. Y
él les explicó que ahora estaba casado y que tenía que atender a su esposa y la
familia que iba a venir.
No sé si será el mismo caso de tu novio, pero te lo cuento para que veas que
eso es posible, aunque no te puedo asegurar que tu novio sea igual.
El amor que tiene el hombre a la mujer, no es lo mismo que el que tiene la
mujer al hombre. Ambos quedaron además heridos por el pecado original de manera
distinta y eso crea un malentendido y una dificultad para ponerse en el lugar
del otro.
Bueno te mando esta primera respuesta. Espero el eco de lo que te sugiere y
despierta en ti.
Padre Horacio
2. MARCELA SE PREGUNTA SI SU
ACTUAL NOVIO LA QUIERE DE VERAS
¡Hola estimado
Padre Horacio!
Gracias por responder pronto.
Efectivamente, el modo de relacionarme con mis novios anteriores es muy
distinto de éste, y me confunde.
Con ellos tuve oportunidad de orar: con uno para pedir a Dios que nos tuviera
unidos y que pudiéramos casarnos. Él falleció en un accidente mientras iba de
viaje a visitar a sus padres que viven en el interior y nuestro sueño no se
pudo concretar. Estábamos muy, pero muy bien, y no podía entender por qué Dios
había permitido esto, ¡realmente no podía! Me
preguntaba si él tenía en mente otra cosa para mí, otra cosa que no fuera el
matrimonio. Este hecho me hizo cuestionar un montón. Hablando esto con mi
confesor me dijo que orara para tener la certeza de lo que Él había pensado
para mí. Lo que pasa es que el matrimonio
es algo que hace tiempo que quiero, pero estos sucesos me hacían pensar que mis
deseos no fueran los de Dios.
Al año siguiente conozco a Eliseo, mi
segundo novio. Con él también pude compartir bastante la fe ya que compartimos
muchas misas (él volvió a la Iglesia por mi intermedio) y algunos ratos de
oración frente al Santísimo. Si bien con este novio estábamos por casarnos,
algunos meses después de anunciarlo a nuestras respectivas familias, me
abandonó. Me dijo que no se sentía preparado para dar ese paso y se fue.
Con Gabriel ocurre algo que no debería, y es que a pesar de ser ambos personas
que procuran servir a Dios en todo lo que nos sea posible, nunca compartimos
una misa y menos un rato de oración. Bah, en realidad una vez fuimos a Luján,
pero cuando llegó el momento de rezar el rosario, él se fue a cargar la imagen
de la Virgen que iba en procesión dentro del templo.
Yo un par de veces lo invité a venir a mi parroquia, pero por una razón o por
otra no vino. Y él tampoco me invitó a la suya.
Además no fui presentada a su familia aún (¡hace
nueve meses que estamos de novios!). Él si quisiera lo podría hacer, ya
que no tiene las dificultades que yo tengo en mi casa para llevarlo. Mis padres
después de que Eliseo me dejó, no quisieron saber nada con que les presentara
algún otro novio, porque no quieren encariñarse y después sufrir otra vez.
Al principio Gabriel me decía que pronto me presentaría a sus padres pero ahora
ya no menciona ese tema. Y eso me hace pensar que alguna duda debe tener con
respecto a nosotros. Varias veces le reclamé por el poco tiempo que podíamos
pasar y que a mi modo de ver él debería dejar que los demás asuman las
responsabilidades, que él no tiene que hacer todo. Lo que ocurre es que lamentablemente
la gente no se compromete y espera que sea otro el que haga las cosas. Es algo
que uno puede ver en todos lados, no sólo en la iglesia.
Entonces su respuesta es "no puedo",
"tengo muchas responsabilidades", "estoy muy ocupado",
"tengo que hacerlo".
Entiendo que él tiene que estar con su familia, y está bien. Además su hermana
menor está embarazada y el padre de su bebé nunca la ayuda en nada (ellos no
están casados). Y de tanto en tanto ella tiene discusiones con ese hombre. Cada
vez que ella tiene que ir al médico, Gabriel falta al trabajo y la lleva. Eso
es un buen gesto, pero cuando yo le pido que nos veamos, si tiene que elegir
entre acompañar a su hermana o estar conmigo, me deja de lado, a pesar de que
la hermana mayor y los papás puedan hacer lo mismo. Como si fuera poco, en
estos días habrá un encuentro de coros parroquiales que él mismo organizó. A
eso le dedica buena parte de su tiempo fuera de la herrería.
HACE TIEMPO QUE ME SIENTO LA ÚLTIMA PERSONA DE SU LISTA
Hace un tiempo que me siento la última persona de su lista, y eso me
pone muy mal. Muchas veces cambió el horario de nuestras citas a último momento
o directamente las canceló porque tenía un compromiso parroquial, o laboral, o
uno familiar. Y por eso, algunas veces podemos vernos a duras penas una vez en
la semana. Para mí eso es muy poco. Yo no pretendo que esté conmigo casi todos
los días de la semana como hacía con los otros novios que tuve antes; entiendo
que Gabriel está muy ocupado. Y lo que pretendo es que al menos algunas cosas
sean como al comienzo de nuestra relación: varios mensajes de texto al día si
no podíamos vernos, alguna que otra llamada, chatear, invitarme a sus reuniones
con amigos.
ME INSINUÓ TENER RELACIONES POCO DESPUÉS DE CONOCERNOS
Es como si ya estuviera seguro de que me tiene y por eso ya no es tan atento.
Hasta me parece que dijera más seguido que me desea en vez de decirme que me
ama. Es más, a pocas semanas de ser novios me insinuó tener relaciones pronto.
Y de tanto en tanto me dice que le gustaría llevarme "a
un lugar más cómodo" pero ya no dice nada de hacerme parte de sus
cosas. A pesar de eso cuando me ve mal me dice que si no creyera que nosotros
dos podemos tener un futuro juntos, no estaría conmigo. Entonces no sé qué
pensar.
Con respecto a mis atenciones a los que quiero, no creo que lo haga con la
clara intención de ser correspondida, pero ¿a qué
persona le da igual ser querida o ignorada? Hasta los actos más
altruistas están contaminados por la búsqueda de algún tipo de reconocimiento.
Yo procuro ser atenta o al menos mínimamente educada con todos porque sé que es
feo el maltrato, porque yo lo viví en mi familia y sé que es horrible.
Yo siendo niña ví cómo las discusiones de mis padres terminaban a los golpes,
con mi madre yendo al hospital para curarse las heridas que recibía, cómo mi
padre después de tomar rompía cualquier cosa porque sí y hacía otras cosas por
el estilo. A pesar de todo esto sé que Dios me cuidó y puso delante de mí un
modelo a NO seguir en muchos aspectos.
Cuando algo no me gusta trato de decirlo con cuidado de no ofender a nadie.
Incluso a veces, me callo, pero en la medida de lo posible hablo, porque con el
silencio las cosas no se arreglan.
Obvio que en ocasiones es mejor callar para no echar más leña al fuego... Y es
por eso que la última vez que nos encontramos mi novio y yo, él, al verme con
mala cara me preguntó qué me pasaba. Yo me limité a decirle que lo extraño
mucho, pero no más. No quise hacer reclamos. Su respuesta fue "no tengo más tiempo". Entonces, ¿no tengo ningún derecho a nada? ¿Tengo que seguir
esperando que él tome la iniciativa de todo? ¿Tengo que seguir dejando que sea
él el que decida cuándo nos vemos y cuándo no? ¿Que él cambie los planes a
último momento y yo no decir nada, porque los motivos son loables?
¿Que yo haya reservado tiempo para él y deje de
lado otras cosas no tiene valor?¿Por qué no puedo pedir lo mismo que doy? ¿Sólo
puedo conformarme con que me sea fiel y nada más? Es feo lo que voy a
decir, pero ¿por qué no puedo pedir lo que otras
parejas tienen: tiempo, salidas con amigos, alguna tarde para nosotros solos
aunque más no sea mirando la tele, compartir alguna actividad...?
Algunos amigos con los que hablé esto me dicen que soy tonta por darle tanto
margen a mi novio, incluso uno me dijo que lo dejara, luego de pedirle su
opinión como hombre.
Yo quiero que la gente que quiero y que me quiere sea demostrativa, afectuosa. Es lindo ver cómo el otro se pone contento con un detalle que uno haya tenido: un piropo, un regalito, una ayuda con alguna tarea... ¿Eso está mal? ¿Está mal tratar de ser útil, tratar que mi vida valga la pena haciendo feliz a alguien? ¿En qué me estoy equivocando?
Espero ansiosamente su respuesta.
Marcela
QUERIDA HIJA (PERMÍTEME QUE
TE LLAME ASÍ)
Es un mal signo que tu novio no ore contigo y no acepte la invitación a orar.
Es posible y sucede a veces que alguien trabaja en la Iglesia no por verdadera
devoción y amor a Dios, sino por una especie de inconsciente búsqueda de
protagonismo y de sentirse importante, por un cierto narcisismo que en el fondo
es una idolatría de sí mismo. Y por lo que me cuentas, es lo que me está
pareciendo de tu novio. Que la suya no es verdadera virtud de religión, sino
una especie de oculta superstición y adoración de sí mismo en las cosas de Dios.
Cuando un hombre ama verdaderamente a una mujer, desea estar con ella, salir
con ella, compartir con ella, hablar con ella, confiarse y comunicar con ella,
escucharla... El que no te haya presentado aún a su padres es un mal signo, no
solamente de tu novio sino del ambiente o clima de su familia.
Y ni qué decir que a poco de haberse conocido te haya insinuado tener
relaciones ¿Qué fe tiene ese hombre?
En la Iglesia lo único que corresponde hacer es celebrar digna y fervorosamente
los sacramentos. Hay un cierto activismo pelagiano que pone la vida de la
Iglesia más en las actividades humanas de los fieles que en la receptividad
para la gracia de Dios. Y tu novio debe compartir esa falsa espiritualidad
pelagiana, en la que el hombre y no Dios es la causa eficaz y santificadora.
Por eso se siente importante y no puede dejar las cosas en la mano de Dios.
Cuando su respuesta es "no puedo",
"tengo muchas responsabilidades", "estoy muy ocupado",
"tengo que hacerlo" ¿él se cree Dios?
Además se mide todo por el número, y no por los frutos espirituales. Y el
número es importante porque es allí donde se pone la gloria. Lo lamentable es
que en la Iglesia suceda lo que en todos lados. Eso significa que la Iglesia o
los católicos están mundanizados y no tienen capacidad crítica para darse
cuenta de que están mundanizados hasta en su religión.
Tienes razón en tus reclamos. Con poco tiempo para ustedes no puede crecer la
amistad. Sobre todo porque de parte de él no hay interés o deseo de cultivarla.
Pero el caso opuesto era una exageración y eso es malo para el noviazgo porque
produce un desgaste de la relación. Quizás es por falta de cultura familiar,
pero no me parece lo que hace tu novio sean las actitudes de un hombre
realmente enamorado.
Y si fuera religioso, ciertamente debería ser otro su discurso, porque Dios
debería entrar en sus pensamientos y por lo tanto en sus expresiones, en su
visión acerca de su relación. Es otro signo que me hace dudar de la
autenticidad de su religiosidad. Con lo cual no quiero decir que tenga una
intención dolosa, sino que tiene una visión errónea de la vida de fe católica.
Y una ignorancia grande de lo que es el matrimonio como sacramento.
Tienes razón, a nadie le gusta pasar inadvertido. Todo es cuestión de la medida
y la discreción en no excederse ni desordenarse y eso es asunto de gracia
divina que debemos pedir y recibir. Y con respecto a los actos altruistas, yo
diría más bien están mezclados con la búsqueda de reconocimiento, no
contaminado.
EL MENOS-PRECIO
Además, el maltrato no solamente consiste en el castigo verbal o físico, pero
también en el menos-precio, o el des-precio. Y creo que es esto lo que te está
sucediendo con tu novio. Creo que llega la hora de que hables seriamente con
él, planteándole que como sigue sin cambiar, consideras que debes cortar.
Cuando él te dijo "no tengo más tiempo"
hubiera sido el momento de decir la verdad y plantear la situación. Puedes
volver sobre este episodio y reevaluar su respuesta.
Si no das a conocer tu corazón de mujer, él no lo conocerá nunca. Su respuesta
de falta de tiempo es como para contestar, "si
no puedes cambiar no podré ser tu mujer, mejor cortemos ya". Si no
quieres cortar del todo de entrada, propón un corte por un tiempo, porque las
personas no son dueñas de sus hábitos y necesitan cierto tiempo para
cambiarlos. No debes seguir perdiendo tiempo en relaciones que no te dan
seguridad del amor del otro.
Tienes derechos como novia, pero el que no los ejercita los pierde. Tampoco
tienes que seguir esperando que él tome la iniciativa de todo y si él hoy
cambia lo acordado, mañana cambiará hasta el pacto matrimonial. Para un ídolo,
para un individualista radical, lo único que tiene valor es él mismo, por eso
te digo que me parece que el perfil personal de tu novio es el del individualista
moderno, que solamente tiene derechos pero que se considera el centro del
mundo, porque se ha puesto en el lugar de Dios.
No lo encuentro feo de tu parte, sino muy razonable y bien mirado, eso de
querer tener esas cosas que tienen otras parejas. Me inclino a coincidir con el
consejo que te dio de ese amigo varón, que, como varón ve claro que ese
muchacho no te está dando los signos del varón enamorado.
Más bien te busca por alguna forma de su propio interés, como una pieza en el
proyecto de su autorrealización personal y de su propio culto del YO.
¿No has leído las cartas de José y Felicita, Una
historia de amor que yo publiqué? Creo que te estás equivocando en
seguir con él por miedo a no encontrar otro. Me parece también que has tolerado
demasiado tiempo el destrato y la desconsideración de parte de tu novio y que
eso empieza a deteriorarte psicológicamente y hacerte dudar de ti misma y de tu
sano juicio. Si sigues así terminarás sacrificando a un ídolo tu dignidad de
hija de Dios.
Padre Horacio
3. ESTIMADO PADRE, HOLA!
Ningún problema en que me llame Hija.
Yo creo que mi novio está actuando así de manera inconsciente. Espero no estar
equivocada. Tuvimos un breve período en el que estuvimos separados, y luego de
arreglarnos me dijo que durante ese tiempo estaba muy preocupado por mí porque
sabe que me pongo muy mal en ciertas ocasiones. Soy una persona muy sensible.
Me dijo también que me había extrañado y que se dio cuenta de que tenía temores
que creía superados. No sé exactamente en que consistirán sus temores, pero
intuyo que tiene que ver con el miedo a ser traicionado, ya que varias de sus
novias anteriores le fueron infieles, al menos tres, y eso parece mucho, ¿no?.
Cuando estábamos conociéndonos me contó que una novia le había dicho que él
pasaba mucho tiempo en la iglesia y ocupado en su trabajo; que no la
acompañaba, que él nunca tenía tiempo para ella. Pensé que quizá a ella le
parecía eso porque no es una persona de fe, o porque fuera celosa. Ahora yo
creo que ella tenía razón. Y al comienzo de nuestro noviazgo me repitió muchas
veces que él lo da todo por la persona que ama. Cuando le hice mi primer
reclamo le repetí esa frase suya. Admitió que yo sí lo hago, que yo pongo todo
para que nuestra relación vaya bien, pero no él.
A pesar de admitir sus fallas también me dijo que soy demandante por querer
pasar más tiempo con él. Se está contradiciendo y no entiendo la razón. Creo
que en estos temores está el hecho de que ya no se muestre interesado en
presentarme a su familia.
También tengo la sospecha de que su fe está algo deforme, pero no pensé que
fuera por las razones que Usted dice. Creí que él se equivoca sólo en el tema
de la castidad (me propuso tener relaciones, pero yo le dije que no, porque no
era el momento, que está reservado para el matrimonio y no me cuestionó en
absoluto, es más, de tanto en tanto me dice que no ve la hora de que llegue ese
momento, pero no me presiona).
Él me desatiende. En alguna forma es un maltrato porque no me trata como a su
posible esposa. Y lo digo así porque nosotros somos novios porque pensamos
casarnos.
Las cartas de las que me habla las leí, algunas, hace un tiempo. En ellas yo me
vi reflejada a mí como la persona que espera un gesto de su amada, pero que en
este caso, la persona que se hace rogar es mi novio y no yo. Es como si los
papeles estuvieran invertidos. Yo espero, espero y espero. Trato de ser dulce,
de no presionar, pero del otro lado no encuentro las cosas tal cual como yo
quisiera. Encuentro algunos gestos de amor, pero también falta de
correspondencia en otras ocasiones. Y pensaba: ¿tendré
yo también la suerte de que mi espera y mi paciencia consigan lo que busco?
Gracias de nuevo por su ayuda
Marcela
QUERIDA HIJA:
Me confirma en mis dudas acerca de la autenticidad de la religiosidad de
tu novio, el hecho de que te haya propuesto tener relaciones antes del
matrimonio. O lo hizo para tantear tus disposiciones (lo cual tampoco está
bien, porque es el uso de astucia) o es capaz de estar haciendo de apóstol en
la Iglesia sin verdadero amor a Dios. Y en ese caso padece de un desdoblamiento
moral bastante peligroso. Llamémosle hipocresía sistémica. Y sería un mal signo
a la hora de evaluar su personalidad.
No sea cosa que estés de nuevo perdiendo tiempo. Quizás te convenga cortar por
un tiempo para pensar más serenamente todo. Porque a la mujer, una vez que se
encariña, le cuesta mucho ver objetivamente los defectos en el otro y darse
cuenta de su real magnitud. Más vale que sufras una separación temporal ahora y
no después.
Sabiendo que lo dejaron tres novias, me explico que no quiera presentar una
cuarta en su familia hasta no estar más seguro. Pero ¿qué
les pasó a las otras? ¿no has hablado con ellas?
Bendiciones
Padre Horacio
4. ¡NO ME QUIERE!
MARCELA CORTA FINALMENTE CON SU NOVIO
Hola Padre
Hoy corté con (el que era) mi novio. Fue muy cobarde conmigo. Debido a que yo
esperaba un mensaje de texto en el que me confirmaba o no si hoy nos veíamos, y
al no tener respuesta después de varias horas de espera, lo llamé. Porque cabía
alguna posibilidad de que su mensaje no llegara a mi teléfono. Cuando hablamos
le planteé que esperaba su contestación y él me dice que últimamente no nos
estábamos entendiendo. Y así como si nada me dice que está muy confundido y que
le dé tiempo. Le pedí que habláramos en persona, y su respuesta fue que así
sería más duro (no sé a quién se refería, si sería más duro para mí o para él).
Corté la comunicación, pero luego recordé las muchas vueltas que él había dado
para decirme que se había fijado en mí.
Es que antes de ser novios pasábamos horas chateando, nos mandábamos mensajes
al celular, nos quedábamos también charlando en el atrio de la parroquia
durante el tiempo que estuvo trabajando en la remodelación del templo. Además
varias veces me invitó a tomar un café y yo siempre aceptaba, para dejarle en
claro que yo también estaba interesada en él.
Por esto de que me buscaba fue que me di cuenta de que yo le gustaba, pero
nunca me decía nada, daba muchas vueltas. Así que recordando el hecho de que no
es directo en ciertas ocasiones, decidí llamarlo de nuevo y contarle lo que me
estaba pasando. Le dije que no desconfiara de mi, que no tiene que tener ningún
temor conmigo (¿se acuerda que él me había dicho un
tiempo atrás que tenía miedos que creía superados?).
Le dije que yo quiero su bien y que estaba dispuesta a ayudarlo en solucionar
lo que le está pasando, porque ese temor a no sé qué hoy lo tiene conmigo, y
que luego lo tendrá con otra persona. Le dije que por la forma en la que se
estaba comportando, si yo fuese otro tipo de mujer, le hubiera sido infiel, por
desatenderme, como para que le quede claro que si antes le fueron infieles
otras, había seguramente alguna responsabilidad de parte de él (por supuesto
que a la infidelidad no la justifico, pero hay casos en los que puedo entender
perfectamente los motivos).
Me repitió una y otra vez que el problema es él. Y de a ratos me insinuaba que
yo soy demandante por pedirle más tiempo, que si él no acepta verme es porque
llega muy cansado de la herrería.
Mientras me decía eso me preguntaba a mí misma ¿acaso
antes no se cansaba también cuando me esperaba a la salida de la facultad a las
10 y media de la noche, o cuando nos quedábamos chateando hasta las 2 o 3 de la
mañana?. Ahí me di cuenta de que me estaba evitando. Antes pensaba que
realmente estaba cansado, que tenía el típico agotamiento de fin de año. O que
quizá, después de mi primera queja estaba siendo más cuidadoso y se tomaba la
relación con más calma (al comienzo estaba súper entusiasmado, quería presentarme
pronto a su familia y me presentó como su novia a varios de sus amigos con
mucho orgullo).
Mientras hablábamos ayer por teléfono me remarcó que yo le pedía más tiempo y
que él no lo tenía, que yo también tengo poco tiempo (en realidad ahora estoy
más desocupada que al comienzo de la relación).
Sentí que me acusaba de ser injusta con él. Aproveché para decirle que yo me
quedaba horas esperando a que me contestara, que él no estaba respetando mi
tiempo, que podría invitarme a sus actividades, a sus salidas con sus amigos,
que yo no pretendo acapararlo, sino compartir con él sus cosas, como me
gustaría que él lo hiciera conmigo. Que así nos conoceríamos mejor. Pero que en
vez de eso, últimamente la única invitación que me hacía era otra muy distinta.
Me decía que tenía ganas de llevarme a "otro
lugar" "para estar cómodos" (¿un hotel quizá?). Ya no me
hablaba de hacerme conocer a su familia.
También le pregunté si seguía viendo en mí eso que lo había enamorado, como
para ver si él se hizo de mi una idea equivocada y ahora estaba descubriendo
que no soy tan maravillosa... Me dijo que soy "puro
amor", que yo pongo todo para que la relación funcione, pero que el
problema es él, que no insista más, que no le pida respuestas ahora.
Después de un silencio le dije que yo no puedo seguir así, con sus evasivas, y
que le deseo lo mejor, que si alguna vez lo vuelvo a ver, espero verlo bien.
Esta es la primera vez que me sentí tan mal teniendo un novio a mi lado. Me
sentía abandonada por él desde hacía ya un tiempo.
Espero que Dios me conceda pronto lo que quiero. No quiero cansarme de esperar. Hoy confío plenamente en ÉL, y espero que las fuerzas no me abandonen y que la tristeza no me gane.
Usted y mi mejor amigo me son de mucha ayuda. Los dos me han aconsejado y me animé a tomar la decisión de dejar a Gabriel. ¡Gracias!
Hasta pronto.
Marcela
QUERIDA HIJA
Me parece muy acertado lo que has hecho.
Lo que te dijo por teléfono ese muchacho es la salida de un mentiroso que no se
atreve a decir la verdad o no quiere decirla, o teme ser descubierto o la de un
cobarde, o ambas cosas.
Menos mal que lo pusiste al fin entre la espada y la pared porque te iba a
seguir haciendo perder tiempo. Y durante un eventual matrimonio seguiría
celando sus propios pensamientos y usándote para sus fines. Un individualista
radical, me parece. Un yo yo yo.
Abandono hay cuando hubo amor. Yo dudo de que lo haya habido. Él te probó un
tiempo como quien prueba un yuyo contra la soledad, pero no se la curabas.
Quizás porque la receta era que el yuyo había que tomarlo en la cama de un
cuarto de hotel. Más vale que sufras ahora y no más tarde. Aunque él te llame
de nuevo no lo debes atender. Quédate libre y esperando si el Señor te hace
encontrar con alguien al que te destina.
Me imagino que lo que quieres es un buen esposo. Esperemos que tú encuentres
pronto lo que el Padre quiere para ti, y es un amor a Dios que convierta todo
lo demás en indiferente.
A veces lo que puede hacer sufrir, es tener una ilusión propia, o un deseo,
que, sin darte cuenta es desordenado. Trata de profundizar en la relación con
tu Padre, aplicando tu inteligencia a conocerlo más, mediante lecturas, vidas
de santos, doctrina, ¡las obras de Santo Tomás
donde él habla de Dios!. Dios es nuestro bien y fin último y supremo,
todos los demás bienes son medios para alcanzarlo a él. No hagas del matrimonio
un ídolo, cuidado.
Bendiciones
Padre Horacio
5. EL DISCERNIMIENTO DEL
VERDADERO AMOR
Padre:
Ahora que ese noviazgo se terminó, ya estoy muy bien, muy tranquila. Siento un alivio
muy grande. Yo pensaba que cortar esa relación sería como escaparse de un
problema sin intentar resolverlo y por eso no me animaba a dar este paso.
¿Sabe? Mi mejor amigo, al que le confié todo esto con el mismo detalle que a Ud., me iba diciendo cosas muy parecidas a los consejos que Ud. me dio. Se fue preocupando cada vez más por mí, así como yo lo hice cuando él tuvo sus dificultades a nivel personal y espiritual. Su consejo como varón fue lo que me hizo empezar a considerar que ese novio con el que acabo de cortar no me estaba tratando como a una novia en serio. Creo que él también fue un instrumento de Dios en mi vida. Ese amigo, sin darse cuenta, fue quien me hizo buscar ayuda y consejo en Ud.
Gracias Padre por sus palabras.
Marcela
QUERIDA HIJA EN EL SEÑOR:
La paz que has recibido es un signo de que era lo que el Padre quería que
hicieras. Dios nos confirma con la paz.
Te aconsejo que te olvides del que dejaste colgado y te dediques a cultivar la amistad y la relación con tus buenos amigos. Quizás en especial con ése que te ayudó con sus buenos consejos y sus puntos de vista de varón.
Ellos te han sabido aconsejar también. Son un don del Padre y por eso puedes considerar que tienes ese amigo del que me hablas porque es Su Voluntad.
No tengas más inquietud que la de gozarte en el bien que se te ha dado. Que no
te gane la desconfianza después de la mala experiencia que has tenido con ese
novio, porque si te dejaras determinar por el temor, la falta de esperanza no
te dejaría cultivar el bien. Ponte de cara a tu Padre celestial y ora. Y ponte
en su mano.
Bendiciones
Padre Horacio
¡HOLA PADRE, TANTO TIEMPO!
Ya hice algunas modificaciones en la correspondencia que tuvimos usted y yo. Me
demoré un poco porque quería dejarlo lo mejor posible, además de que en estos
días las celebraciones me insumieron algo más de tiempo del que pensaba. Revise
lo que armé y haga los cambios que considere pertinentes. No se me ocurrió un
buen resumen. Le adjunto 5 archivos.
Aprovecho para decirle una vez más que usted fue de gran ayudad para mi. Yo sigo muy bien anímicamente a pesar de que hace poco terminó mi último noviazgo.
Le cuento también que sigo teniendo una relación muy estrecha con ese amigo del
que le hablé y estuve considerando aceptar su invitación de ir a visitarlo,
pero luego de pensarlo bastante, esperaré un poco.
Le doy las gracias a Dios por haberme facilitado todo para encontrarme con
usted y haber recibido su consejo.
Hasta pronto.
Marcela
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